L’Esmorzar es una tradición valenciana, y por lo tanto muy difícil de explicar para aquellos que no son de por aquí. Pero lo voy a intentar hacer tratando de ser lo más didáctico posible, para aquellos que desgraciadamente no lo llevan en sus genes. Habrá cosas que a los gentiles les resultarán chocantes, pero aquí están absolutamente normalizadas.

Observando con respeto, orgullo y admiración el creamet de Casa Sanchís, La Tulipa, en Gandia
El acto del almuerzo valenciano o esmorzar, consiste en ingerir bastantes alimentos perfectamente identificados por categorías, atendiendo a los usos y costumbres de cada comarca, o incluso de cada localidad.
Los valencianos almuerzan de lunes a viernes entre las 9 y las 11 de la mañana, aproximadamente. Los fines de semana el horario es más laxo y el ambiente más lúdico. A pesar de la coincidencia espacio temporal con el brunch, nada tiene que ver. L’esmorzar es una tradición secular y el brunch es un tentempié para los pijos y desocupados que han trasnochado, y están con una resaca de cojones. Sin embargo, podemos aprovechar la oportunidad que nos brinda este concepto anglosajón, para introducir l’esmorzaret entre los turistas. Eso sí, sustituyendo los huevos ‘Benedictine’ por dos huevos fritos o una tortilla de ajos tiernos; la mimosa por agua de Valencia; el muffin por coca de llanda; y el ‘Bloody Mary’ por un fantástico cremaet. De esta forma el turista podrá ir conociendo nuestra cocina y despensa de una forma orgánica, muy natural.
Elementos Imprescindibles sobre la mesa para compartir en l’esmorzaret: cacahuetes, pero no vale cualquiera. El cacahuete ha de ser del collaret, tostado y con su corteza, nada de panchitos ni variaditos con pasas y quicos; altramuces (tramussos/chochos); olivas, preferentemente de las partidas y nunca de ese mezcladillo que denominan cocktail; la ensalada es otra opción muy apreciada, sobre todo si incorpora tomate valenciano, cebolla tierna y encurtida, taperots (alcaparras granadas), trozos de pimiento en salmorra, guindillas (vitets). La ensalada adquirirá la condición de delicatessen si incorpora unas migas de capellanet, mojama o bonito en salazón.
El acto principal del almuerzo, en realidad se trata de un plato combinado pero entre dos trozos de pan, por eso lo denominamos ‘entrepà’. Jamás llevará menos de cuatro ingredientes. La única justificación que hay para poner tantos alimentos entre el pan son las prisas. Comemos rápido para seguir produciendo. Una de las consecuencias de sobrecargar los bocadillos con tantas salsas, huevos fritos y productos churretosos, es que te acabas manchando, sí o sí, por eso tanta gente almuerza con mono de faena.
En otras latitudes se lo toman con más parsimonia, como es el caso de Cataluña, donde han mantenido ‘Els esmorzars de forquilla’. Se trata sencillamente de un almuerzo en plato los fines de semana, que guarda ciertas similitudes con nuestro pantagruélico esmorzaret. Aquí también disfrutamos de los almuerzos al plato, principalmente en Castellón, donde valoran muchísimo los guisos de casquería (rabo de toro, callos, manitas, sang amb ceba…) la lista es interminable.
Uno de los estigmas que persigue a la saludable y cordial ceremonia de l’esmorzar, es el alcohol, que al igual que Satanás puede adoptar diferentes formas: cassalla o barrejat
en los prolegómenos; cerveza, vino (pero con gaseosa), para aligerar y no sobrecargar el cuerpo ante lo que está por llegar. Y el Cremaet que, como todo el mundo bien sabe, es el equivalente al postre.
Uno de los estigmas que persigue a la saludable y cordial ceremonia de l’esmorzar, es el alcohol, que al igual que Satanás puede adoptar diferentes formas: cassalla o barrejat"
En la Comunitat Valenciana existe una honda tradición en la elaboración de espirituosos locales, la mayoría de carácter digestivo, como el herbero, cantueso y carnot; tampoco nos podemos olvidar del moscatel, que aquí llamamos mistela. Siempre acompañados por un trozo de coca boba, rollito de anís, escudella o torta cristina, por poner algún ejemplo.
Y ante cualquier atisbo de pesadez estomacal, nada mejor que un inofensivo gin-tonic corto de ginebra, aderezado con la piel de un cítrico.
Como diría mi abuela Dolores: “Pásanos poco.”
*El consumo de alcohol está prohibido a menores de 18 años.
*El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar daños al feto.
*El alcohol puede dañar tu salud. Disfruta de un consumo responsable.
*Si bebes, no conduzcas.