Era diciembre de 2022 cuando presidentes y primeros ministros de varios países del sur de Europa eran agasajados en un suculento almuerzo servido en Casa Mediterráneo. Pedro Sánchez actuaba de anfitrión en una cumbre histórica para la ciudad de Alicante cuya importancia quedó reflejada en la gran difusión que el evento encontró en medios españoles y extranjeros. Pasada la cumbre, un reportaje de este diario recogía el deterioro del entorno de la institución gubernamental -depende del Ministerio de Exteriores- ubicada en el edificio que fue estación de Murcia y a cuyas espaldas se mantenían entre matojos y construcciones ruinosas unas inútiles vías que parten el barrio en dos desde hace décadas.
Han transcurrido dos años y medio y la situación no ha hecho sino empeorar, a pesar de las promesas del ministro de Transportes, Óscar Puente, que se mostró predispuesto a hacer efectiva la prometida cesión que sus antecesores, de uno y otro color político, habían ignorado. La Autoridad Portuaria cedió el parque a la ciudad después de cambiarle el nombre (lo llamó ‘del Puerto’ aunque todo el mundo le sigue llamando ‘del Mar), con lo que mantenimiento pasó a depender del Ayuntamiento. Ayer lunes, un recorrido pausado permitió comprobar que las denuncias vecinales están plenamente fundadas.
 
            Uno de los tramos de valla rotos que separa el parque del Mar de las vías abandonadas.
El vallado que aislaba el parque de las vías se ha roto por varios puntos. Los vecinos denuncian la inseguridad que eso causa
No es solo que siga sin ofrecerse una solución a los accesos, ya que las vías continúan impidiendo el paso desde San Gabriel y Benalúa Sur, sino que la vegetación de la zona más próxima a Casa Mediterráneo está seca, inutilizada una fuente ornamental, y el vallado que debe aislar el parque de las vías se ha roto por varios puntos. Los vecinos denuncian la sensación de inseguridad que eso causa, puesto que personas que acampan en la zona de las vías abandonadas acceden al mismo de noche, cuando se cierra al público porque toda la zona verde carece de iluminación artificial, otra queja de los vecinos. La puerta de una caseta de mantenimiento ha sido claramente forzada, y la entrada del búnker antiaéreo que fue restaurado en recuerdo del sistema defensivo emplazado con motivo de los frecuentes bombardeos que padecidos por el puerto y la ciudad durante la Guerra Civil muestra numerosas pintadas.
A finales de abril, varios cientos de vecinos se manifestaron una vez más para pedir la desafectación de los terrenos abandonados de ADIF junto a Casa Mediterráneo y el Parque del Mar. Recuerdan que hace más de dos años que se anunció el acuerdo entre el ministerio de Transportes y el Ayuntamiento de Alicante para la desafectación. con lo que Las vías de tren abandonadas, la basura, los escombros y las chabolas, deberían dejar paso a la expansión de una zona verde muy necesaria, y al retranqueo de la avenida de Elche por el interior del puerto de Alicante. Pero no se ha hecho nada y el deterioro aumenta.
 
            La puerta metálica de la caseta de servicio ha sido forzada
Sus reivindicaciones no se limitan a ese valioso espacio que limita las posibilidades de una zona en clara expansión inmobiliaria, donde se sitúan algunas de las promociones más valiosas de la urbe, sino que apuntan a la existencia de varios edificios en ruina justo enfrente del parque, en la avenida de Elche. Miembros de la Asociación Parque del Mar denuncian que ya han acudido en cinco ocasiones al departamento municipal de Conservación de Inmuebles para denunciar la peligrosa situación de los inmuebles situados en la zona, junto a la carretera de acceso sur a la ciudad, encontrando siempre la misma respuesta “no hay dinero”.
La asociación asegura haber presentado “miles de escritos,” y recuerda que el Sindic de Greuges instó al Ayuntamiento a actuar, sin obtener una respuesta satisfactoria.

