La devastación valenciana

La deforestación sobrevenida o calculada. Medida a partes iguales. Y no lo podemos superar, y no podemos pasar página., mientras la Generalitat Valenciana esté condicionada por los efectos de la gestión de la dana. Cinco millones de ciudadanos pendientes de una actualidad crítica. Y de todo esto algo tendrá que ver el aspirante Feijóo, el cual permite esta lenta eutanasia de nuestra dignidad institucional como territorio con identidad propia. Cosas de la España centrípeta y profunda, que no entiende su composición y pluralidad… gallego tenía que ser, de esa periferia que siempre saca y se reivindica, como catalanes o andaluces. Aquí las colonias mudas, en feliz acepción de mi patrón Salva Enguix.

May 14, 2025: European Commission President Ursula von der Leyen (C) chairs the weekly meeting of commissioners at the Berlaymont building in Brussels, Belgium, 14.05.2025. While the 'Pfizergate' court ruling on her undisclosed vaccine-related text messages dominates media headlines, the Commission avoids discussing the matter publicly. Photo by Wiktor Dabkowski.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der leyen

Europa Press/Contacto/Wiktor Dabkowski / Europa Press

Minuto y resultado. Pues con un President del Consell al cual le han convocado un congreso estatal para julio, con el cronómetro puesto en cruzar la meta volante de la media legislatura que le faculta el estatuto de expresidente y una canonjía desmerecida. Un Feijóo que todo apunta aprovechará los calores del verano para deshacerse de mochilas y alforjas, de cara a su esprint contra un Pedro Sánchez que puede pulsar el botón rojo de las anticipadas en cualquier momento que se antoja próximo. Y más aún ante el descrédito por estas lides de la componenda europea de Von der Leyen y González Pons han provocado en los resortes del Palau de la Generalitat. Más en evidencia imposible de dejar y condenar al Consell de todos los valencianos.

Que Sánchez no se salva, pues no. Que puede hacer lo mismo que sus correlegionarios peperos pues también. Que recibe en La Moncloa a las víctimas de la riada pues es factible… está a trecientos quilómetros. El Parlamento Europeo a mil trescientos. Eso sí, la Generalitat a trescientos metros. Al menos la gobernadora civil Pilar Bernabé se ha mantenido a la altura en emociones y expectativas para con las víctimas. Demos gracias por esas 228 familias a quien corresponda. Reparación y dignidad.

Pues en estos lodos nos movemos, medio año después. Un autogobierno ninguneado y torpedeado, tanto por quintacolumnistas internos como por las brigadas mesetarias externas. Y tiene bemoles que alguno de ellos con los votos y razones de una minoría que se apalanca en nuestras instituciones para hacerlas descarrilar. El entreguismo de cierto PPCV hacia los voxeros es indecente y cortoplacista. Mucho se tardará en recuperar ciertas credibilidades para una derecha autóctona con ansias de representar a la mayoría. Tirando por la borda años de faena en aras a una vertebración identitaria mínima y coherente. Pero los trumpistas ganan y se imponen en el ala conservadora de esta ribera mediterránea.

Con esto de la estupenda geopolítica de Eurovisión, que delicia observar una Suiza plurilingüe y orgullosa de su diversidad. Todo lo contrario que aquí, huidos y desarmados ante los complejos de inferioridad de aquellos que sólo practican la uniformidad y el catetismo. Vanagloriándose unos y otros de aprobar unos presupuestos autonómicos sectarios y miopes, que sólo hacen gala de torpedear el consenso lingüístico que representó la Acadèmia Valenciana de la Llengua, que manipulan y corrompen el sector educativo con falaces encuestas sobre libertades de elección ya ejercidas y normalizadas, contra la edificación estructural de nuestra tierra dilapidando funciones comarcales y mancomunitarias que rompan esa lacra provincialista que nos dilapida y divide, simplemente contra todo aquello que huela o aparente apuesta y promoción en la identidad propia valenciana… estos son quién nos gobiernan.

No me pongo intenso, pero parece que estamos en ese momento que nos persiguen hasta cazarnos. A todos aquellos discordantes y divergentes ante el relato oficial, uno y único. Y una vez más la derecha patria comete el error de creer redimirse con ese espantajo mentiroso de falsa valencianidad mal entendida azuzando ciertas vísceras ya amortizadas cuando vienen mal dadas electoralmente. Ya lo hemos padecido demasiado y no lo merecemos como sociedad que se considera moderna y se piensa vertebrada. Basta ya.

Pues qué quieren que les diga, en este runrún politiquero que se avecina más pronto que tarde, no me encontraran en el provincialismo y la postergación. Ni matando la identidad propia, la cultura autóctona y el autogobierno digno. Igual más tarde que pronto nos toca movilizarnos por la dignidad, la identidad y el Estatut d’Autonomia. Por más que algunos les pese y otros no lo entiendan. Y eso que en 2026 se cumplirán setecientos cincuenta años de la muerte de nuestro padre fundador, el Rei Jaume I.

Por recapitular. A punto de llegar a la meta volante de los dos años de legislatura, que tanto significa para la salvaguarda mundana del President Mazón y la aplicación del garrote vil voxero, el diagnóstico y el paradigma no puede ser más trágico. Y no sólo por la nefasta y negligente gestión de la dramática riada del 29 de octubre, sinó también por el órdago orquestado contra nuestra débil conciencia propia y nuestra identidad líquida como valencian@s orgullosos de serlo e intentar reconocernos como tales.

Esa impugnación de nuestra idiosincrasia como Pueblo Valenciano, como cinco millones de ciudadanos diversos y plurales que demostramos mayoritariamente nuestra voluntad de vivir en comunidad. En Comunitat Valenciana. Pero que llevamos padeciendo desde 2023 el gobierno más contrario para nuestra consolidación como territorio vertebrado. Ahora que se habla tanto falazmente de reparación y reconstrucción…

Cierta recreación de un alicantonismo que parece haber visto la oportunidad de derribar la arquitectura de nuestros cimientos simbólicos y compartidos desde el Sénia al Segura. La peor opción en el peor momento, y más aún aupados y enardecidos por una derecha extrema que sólo existe para fumigarnos como valencianos… lengua, cultura y autogobierno nominados para arrasarlos. Sálvese quién pueda y deba.

El país de los valencianos no es un juguete y sus ciudadanos no somos unos ninots. O no deberíamos… Pero la culpa nunca es solamente exógena”

El país de los valencianos no es un juguete y sus ciudadanos no somos unos ninots. O no deberíamos… Pero la culpa nunca es solamente exógena. Como certeramente me señaló mi faro Juan Lagardera, tal vez deberíamos rescatar la autocrítica que no es lo mismo qué el autoodio, nuestro cáncer patrio. Igual no tenemos ni arreglo ni redención… 

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