Las olas de calor nos ahogan, como tanta albricia y mangoneo de la pestilente política estatal made in Madrid. Y mientras por estas latitudes ribereñas mediterráneas hemos finiquitado un final de junio presto y enjundioso. A mi parecer pasado por agua, en el sentido de desabrido y desapercibido. Toda una buena retahíla de efemérides que bien valdría cada una de ellas una misa, de gloria o de penitencia, pero al menos de significación y conmemoración. Pasen y vean.

Ernest Lluch fue uno de los 10 d'Alaquàs
La festividad de Sant Joan nos trajo este 24 de junio el cincuenta aniversario de la detención de Els 10 d’Alaquàs, verdadera primera piedra del futuro Consell Preautòmic valenciano allá por 1975. Políticos de diferentes procedencias, sensibilidades y credos aunando esfuerzo y compromiso por la recuperación del autogobierno y la democracia. Con destacados como mi admirado Vicent Soler y mi añorado Ernest Lluch, pero también con los de mi equipo… esos democristianos comandados por Joaquín Maldonado con los destacados Vicent Miquel o Ernest Sena. Sin descabalgar de todo este épico proceso a personalidades irrepetibles como Muñoz Peirats o Vicent Ventura. Una alineación imbatible.
Justo dos días más tarde, como esa Ley de Murphy basada en la maledicente teoría del yin y el yang, el pleno municipal de Alacant va y se saca de la chistera mugre una petición de declaración de la segunda ciudad de la Comunitat Valenciana como zona castellanohablante, bajo peligro trumpista de denuncia y expulsión. Vox dicta y el PP acata, y así hasta la victoria final de la declarada guerra cultural contra la pluralidad cultural y territorial. Que denigrante papel de ciertos dirigentes populares autóctonos meros trileros de los de Abascal.
Y como la justicia divina existe, tres días después nos visita puntualmente el ángel de La Desfeta, en ese 29 de junio de 1707 que sublimó la derrota de Alamansa con la promulgación de la Nova Planta castellana que nos abolió Els Furs iniciándose así la operación quirúrgica de extirpación de cualquier atisbo de identidad valenciana en ésta nuestra tierra. A más de uno no le deja de sorprender que 318 años más tarde aún la cola de la sargantana valenciana siga viva y coleando. Eso sí que es resiliencia y manual de resistencia, Deo gratias.
Para finiquitar esta gincana patriótica con el día grande y vilipendiado a la par, el primero de julio como pistoletazo de salida de nuestra recuperación del autogobierno valenciano con la proclamación del Estatut d’Autonomía allá por 1982. Y como se empecina a repicarnos la Associació de Juristes Valencians machaconamente, continuamos 43 años después con una autonomía recortada… asfixiada financieramente por el Estado Central y con la conjura perpetrada por los partidos estatales contra la recuperación de nuestro derecho civil propio. Por no mentar la quinta columna alistada por PPVOX contra la esfera simbólica e institucional del país de los cinco millones de valencianos.
Lo dicho, que más de una vez te defines o te obligan a definirte cuando te posicionas frente a algo o alguien. Y más aún en los insidiosos y ominosos tiempos de esta larga noche en que nos dejamos o nos obligan a vivir a los valencianos… Vinatea salvo del descuartizamiento al Regne de València allá por el siglo catorce, nuestro primero match ball en la supervivencia como Pueblo superado en el tiempo de descuento. Y ese tremendo héroe patrio desconocido por casi todos y ninguneado por los de siempre aguanta erigido en medio de la plaza central de la Comunitat Valenciana. Esa plaza que debería cambiar de nombre y significado si mi querido Cap i Casal ejerciera su capitalidad como toca y le corresponde.
Pues eso, que el Jurat en Cap Francesc de Vinatea también hubiera participado en los movimientos políticos unitarios proclives a una transición valenciana con salvaguarda de nuestra identidad y nuestros derechos”
Pues eso, que el Jurat en Cap Francesc de Vinatea también hubiera participado en los movimientos políticos unitarios proclives a una transición valenciana con salvaguarda de nuestra identidad y nuestros derechos. Y hubiera sido detenido en Alaquàs junto a los participantes de ese cónclave plural y diverso de convencidos en un futuro de libertad y autogobierno. Y hubiera encabezado la gran manifestación por la autonomía valenciana de ese mítico Nou d’Octubre de 1977, hace ya 48 años. Medio siglo aguantando la vela, tal y como nos dictó el patricio Nicolau Primitiu: treballar, persistir… lo que ya no me cuadra tanto es el esperar…