El alquiler en València supera los 1.900 euros y hay ya 40 asentamientos precarios con niños

Crisis de la vivienda

Un informe de la cátedra de la vivienda de la UPV revela que solo hay 91 viviendas nuevas en venta en toda la ciudad y denuncia el “fracaso estructural” de las políticas públicas

Un cartel de 'Se Alquila', 19 de junio de 2023, en Madrid (España). El precio del alquiler interanual creció un 11,1% en mayo en la Comunidad de Madrid hasta los 16,37 euros por metro cuadrado, el ascenso más bajo en cinco meses, mientras que el mensual decreció un 0,2%, según el índice Inmobiliario de Fotocasa. En mayo de 2023, once comunidades han superado los precios máximos del alquiler por metro cuadrado al mes. En cuanto al ranking de Comunidades Autónomas (CC.AA.) con el precio de la vivienda más caras para alquilar una vivienda en España, en los primeros lugares se encuentran Madrid y Baleares, con los precios de 16,30 euros por metro cuadrado al mes y los 16,37 euros por metro cuadrado al mes, respectivamente.

Un cartel de 'Se Alquila'

Eduardo Parra - Europa Press / Europa Press

La ciudad de Valencia enfrenta una crisis de vivienda sin precedentes, según el último informe del Observatorio de la Vivienda de la Universitat Politècnica de València (UPV). Los datos del segundo trimestre de 2025 revelan un escenario alarmante: los precios del alquiler residencial superan ya los 1.900 euros mensuales, mientras que la oferta de vivienda nueva se reduce a niveles “estadísticamente irrelevantes”. Además, se han identificado 40 asentamientos informales en la periferia de la ciudad, donde familias enteras, incluidos más de 200 menores, viven en condiciones precarias. “Lo que no se quiso ver, está ya aquí”, advierte Fernando Cos-Gayón, director del Observatorio, citando al pensador Jacques Attali.

El informe destaca que en toda la ciudad de Valencia, con más de 800.000 habitantes y un parque de 415.000 viviendas, solo se han identificado 91 viviendas plurifamiliares nuevas en oferta durante el segundo trimestre de 2025. “Noventa y una. En una ciudad de este tamaño, esta cifra no solo es baja: es estadísticamente irrelevante, urbanísticamente alarmante y socialmente inaceptable”, subraya Cos-Gayón. La drástica reducción de la oferta —un 88% menos desde 2019— ha provocado que el precio de la vivienda nueva se dispare un 99% en el mismo período.

En toda Valencia solo hay 15 viviendas de protección pública en venta activa

El problema no es la falta de demanda, sino las condiciones para construir: escasez de suelo, burocracia, incrementos del 30% en los costes de materiales desde 2020 y falta de mano de obra cualificada. “El mercado no corrige, enloquece”, sentencia el director del Observatorio. La situación es especialmente grave en distritos como Quatre Carreres, donde el precio medio por metro cuadrado alcanza los 3.823 euros, un 53% más que el año anterior.

La vivienda protegida (VPP) brilla por su ausencia. En toda Valencia solo hay 15 viviendas de protección pública en venta activa, lo que representa el 0,0036% del parque total. “No es una anécdota: es una prueba empírica del fracaso estructural de la política de vivienda asequible”, critica Cos-Gayón. El informe señala que proyectos clave, como el PAI de Benimaclet —que aportaría 400 VPP—, siguen paralizados por disputas políticas. “Las consecuencias de estos postulados puramente ideológicos son los polvos que nos han traído estos lodos: jóvenes expulsados de la ciudad”, denuncia.

El mercado del alquiler tampoco escapa a la crisis. Los precios medios superan los 1.900 euros mensuales, con un incremento del 74% desde 2019. La Ley 12/2023 de Vivienda, diseñada para frenar los abusos, ha tenido un efecto paradójico: “Ha provocado la retirada voluntaria de muchas viviendas, que migran hacia el alquiler turístico o se mantienen vacías por miedo a la okupación”, explica el informe. Como resultado, la oferta de alquiler tradicional ha caído, mientras que los contratos de corta estancia han crecido un 111% en un año (de 605 a 1.278 testigos). “Culpar al turismo es una coartada, no una estrategia. El alquiler no se decreta. Se construye”, zanja Cos-Gayón.

Mientras se paraliza la construcción de viviendas asequibles, la ciudad ha ganado 20.000 habitantes en un año

Uno de los datos más crudos del informe es la existencia de 40 asentamientos informales —chabolas, caravanas, infraviviendas— en Valencia. “Familias enteras viven en márgenes físicos y jurídicos. No es una emergencia puntual. Es un fracaso estructural”, alerta el Observatorio. La paradoja es cruel: mientras se paraliza la construcción de viviendas asequibles, la ciudad ha ganado 20.000 habitantes en un año, el 19% de ellos extranjeros. “Ningún plan de contingencia, ningún parque público activado”, lamenta Cos-Gayón.

El sector de la construcción enfrenta otro desafío crítico: la falta de trabajadores cualificados. La edad media supera los 50 años, y las escuelas de FP no cubren la demanda. “Los jóvenes rehúyen el sector”, apunta el informe, que critica la lentitud en adoptar la construcción industrializada —una solución ya consolidada en otros países— para abaratar costes y plazos. “España sigue regulando para el pasado”, señala.

El sector de la construcción enfrenta otro desafío crítico: la falta de trabajadores cualificados.

El informe cierra con una llamada urgente a actuar: desbloquear planeamientos, reactivar la VPP, formar mano de obra y coordinar políticas entre administraciones. “No se necesita una gran revolución, solo decisiones valientes”, concluye Cos-Gayón. Mientras tanto, Valencia se convierte en un espejo de una crisis nacional: una ciudad donde la vivienda dejó de ser un derecho para convertirse en un privilegio.

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