Chirbes tenía siete años el año que nevó en Valencia. Fue en 1956 (cuatro años después, en 1960, la nieve volvería a cubrir la ciudad de una forma inusual). Entonces todavía no sabía que esa experiencia visual y sentimental nutriría uno de sus relatos más trascendentes.
El año que nevó en Valencia fue escrito por Rafael Chirbes y publicado por Anagrama originalmente en 2017. Se trata de un cuento corto autobiográfico donde, a partir de una experiencia sencilla y personal, ofrece un exquisito e intenso cuaderno de su despertar de la niñez. Hay quien interpreta esta novela como la continuación de La buena letra, pues repite el estilo y la atmósfera íntima, relatada esta vez desde la voz del niño (del hijo) que otorga al relato otra perspectiva.

Portada del libro 'El año que nevó en Valencia'
El gran Chirbes se esconde dentro del pequeño Chirbes —el niño que un día fue— y mira desde ahí, siente desde ahí, cuenta desde ahí. Nos regala ese episodio de su infancia narrado desde la inocencia prematura, donde la nieve no cubre, sino que decora. Donde el comportamiento de los adultos resulta tan incomprensible como insólito. Donde la memoria atesora con la misma fuerza la viva imagen de una playa nevada que el peso que la pérdida sobre las espaldas o el espíritu festivo familiar que pronto se transformaría en recuerdo: “Mientras bailaba con mi madre, pensé que por qué la colonia que ella usaba se llamaba maderas de oriente y, en cambio, la que él se ponía, se llamaba agua de colonia y, en cambio, olía a madera. Era como si ambos fueran complementarios, lo sólido y lo líquido. Por eso le extrañó tanto cuando unos meses más tarde los oí discutir en el cuarto que ella utilizaba para coser”.
El texto, delicado y efímero —como la nieve misma— desvela los entresijos familiares del autor, que se mueven entre la postguerra española: “Dicen que a los gatos les pasa lo mismo que a ciertas personas: que quieren tanto a sus crías, que las ahogan”. Con un secreto familiar de por medio, Chirbes aprovecha para retratar el momento social que atravesaban los niños como él durante el franquismo y nos invita a participar de su infancia, de su familia y de esas casas ruidosas donde todo se desenvuelve entre viandas y hogazas de pan.
Chirbes aprovecha para retratar el momento social que atravesaban los niños como él durante el franquismo
Paula Bonet llegó a ese libro buscando algo corto y distinto, una novela que le otorgara una mirada diferente a la que tenía entrenada: “Quería que alguien me cambiara la vida. Quería desaparecer en un libro donde las palabras, bien elegidas, me hicieran sentir, por primera vez el agua fresca de un río en las piernas, (…) quería salir de mí, pero leyendo a Chirbes entre en mí con más fuerza que nunca”.
Al sumergirse en la lectura buscando desconexión, no esperaba lo que ocurriría después: que ese relato sería solo el primero de los muchos libros de Chirbes que poblarían su biblioteca. Que el autor expondría la homosexualidad de un niño a través de un solo párrafo. Que una escena le ofrecería la sensación exacta que deseaba provocar en su lector.
Años después, le surgió la oportunidad de participar en la novela que tanto significado tenía para ella. Y fue así como este 2025 Anagrama publicó la nueva edición de la novela acompañada y enriquecida por la obra pictórica de Paula Bonet. No se trata de una novela ilustrada, sino de una intervención de la artista sobre el texto original de Rafael Chirbes. En la nueva edición, Paula revisa los espacios que ambos conocieron y vivieron. Y complementa el relato con un epílogo que pone los pelos de punta: “Hay autoras que te cambian la vida. Y autoras que te dicen cuál ha sido tu vida, para que puedas cambiarla. Te dicen que eres, de dónde vienen tus miedos, por qué sientes placer cuando lo sientes, y por qué miras unas cosas y no otras, cuando tienes delante de ti un mundo lleno de estímulos”.
“Hay autoras que te cambian la vida. Y autoras que te dicen cuál ha sido tu vida, para que puedas cambiarla”, escribe Bonet en el epílogo spbre la obra de Chirbes
Cuando el libro estaba a punto de salir, llegó la dana y se cambió el color de las guardas y la tipografía (que inicialmente se habían elegido en marrón barro) en señal de respeto hacia las víctimas.
Además de la publicación del libro, las pinturas fueron mostradas en una exposición en la vivienda de Ruzafa donde ella vivía, que cierra el círculo creativo y afectivo alrededor del relato y su reinterpretación visual.
Ficha del libro
“El año que nevó en Valencia”, de Chafael Chirbes y Paula Bonet. Anagrama, 2025.