El oficial jefe de guardia del Consorcio Provincial de Bomberos de València durante la DANA del 29 de octubre, Manuel Alonso Herrerías, ha declarado ante la jueza instructora y ha situado el foco en la vigilancia del Barranco del Poyo, uno de los puntos críticos de la jornada. Según ha relatado esta mañana, a las 13:05 horas se movilizó una unidad al lugar, que comprobó un caudal de 80 centímetros de agua en la escala de medición. Tras verificarse que en menos de una hora el nivel había descendido a 40 centímetros y ante la ausencia de instrucciones de permanencia o periodicidad, los efectivos se retiraron sobre las 14:40 horas, según fuentes presentes en su declaración.
Tres horas más tarde, a las 17:30, llegó un aviso desde la calle Virgen del Olivar, en Ribarroja, que advertía de que el barranco iba “al límite” de agua. Alonso aseguró que esa comunicación se trasladó al Centro de Coordinación de Emergencias, al que atribuyó la responsabilidad de ordenar nuevos seguimientos periódicos. “Si se hubiese pedido, se habría hecho”, insistió ante la magistrada.
Alonso ha comparecido en calidad de testigo, dado que firmó varios de los informes del Consorcio junto con otro responsable
El procedimiento abierto trata de esclarecer si se gestionó adecuadamente la emergencia causada por la DANA en la provincia de València, especialmente en la Ribera y en las comarcas de interior. Uno de los asuntos que más atención concita es el control de los cauces con riesgo de desbordamiento, entre ellos el Barranco del Poyo, cuyo caudal creció de manera alarmante esa tarde.
Alonso ha comparecido en calidad de testigo, dado que firmó varios de los informes del Consorcio junto con otro responsable. Su declaración, de más de dos horas, ha dibujado un panorama de colapso operativo, con centenares de llamadas simultáneas y decenas de rescates en curso, y al mismo tiempo arroja luz sobre las decisiones en torno a la vigilancia del Poyo.
Según ha explicado el oficial, el Centro de Coordinación de Bomberos recibió un oficio desde Emergencias para realizar lecturas de las escalas y rondas de vigilancia en el río Magro, a la altura de Carlet, y en el Barranco del Poyo, en la zona de Torrent. “No nos dicen que haya que estar en permanencia ni en zonas concretas, simplemente que se hagan lecturas”, puntualizó.
A las 13:05 horas una unidad se desplazó al barranco. Los bomberos constataron entonces una lámina de agua de unos 80 centímetros
A las 13:05 horas una unidad se desplazó al barranco. Los bomberos constataron entonces una lámina de agua de unos 80 centímetros. Posteriormente se dirigieron a otra escala en el municipio de Cheste o Chiva, y cuando regresaron, menos de una hora después, la altura se había reducido a 40 centímetros. “Solicitan instrucciones al Centro de Coordinación y se les dice que se retiren a base”, detalló Alonso.
La retirada se produjo alrededor de las 14:40. El sargento coordinador de recursos, Gregori Fallos Escrivá, entendió que el trabajo estaba concluido y dio por cerrada la vigilancia, comunicándolo por el grupo UVE València, monitorizado por el Centro de Coordinación de Emergencias.
En su declaración, Alonso insistió varias veces en que, de acuerdo con el Plan Especial de Inundaciones, corresponde al Centro de Coordinación pedir rondas periódicas de seguimiento y no a los bomberos decidirlas por su cuenta. “Si desde el Centro se hubiese dado una instrucción más detallada, con permanencia o con lecturas cada cierto tiempo, se habría hecho así. Con la información que se dio se entendió que no era una labor con permanencia”, declaró.
El oficial recordó que en episodios anteriores, como en mayo, sí se habían dado órdenes expresas de permanencia y periodicidad
El oficial recordó que en episodios anteriores, como en mayo, sí se habían dado órdenes expresas de permanencia y periodicidad, lo que se tradujo en una vigilancia más estricta. Esta vez no fue el caso. “Nadie volvió a preguntar por las mediciones, incluso cuando el barranco estaba desbordado”, señaló.
El punto más relevante de la comparecencia se produjo al hablar de la comunicación recibida a media tarde. “A las 17:30, desde la calle Virgen del Olivar 27, de Ribarroja, nos comunican que el Barranco del Poyo va al límite de agua. Esto se comunica al Centro de Coordinación de Emergencias”, relató.
Alonso precisó que estos avisos no llegan por vías informales como la Policía Local, sino directamente a través del 112, que es gestionado por Emergencias. Es decir, fue el propio Centro quien emitió el aviso. Esa circunstancia, subrayó, demuestra que la información crítica estaba en conocimiento de la administración autonómica.
Más allá del Poyo, Alonso describió el escenario de saturación que se vivió durante toda la jornada. Desde primera hora de la mañana hubo intervenciones en la Ribera Alta y en Utiel-Requena, donde incluso se montó un puesto de mando en un hotel por la imposibilidad de acceder al municipio. “En cuestión de minutos, en Utiel no había accesos”, relató.
Los rescates se realizaban únicamente en los lugares a los que se podía llegar. Las comunicaciones colapsaron hasta el punto de que se recibían llamadas directamente en parques de bomberos no afectados, simplemente porque Emergencias no daba abasto. “Hubo un momento en el que el volumen de llamadas debía haber superado la capacidad del sistema”, indicó. Solo el Consorcio contabilizó 250 avisos, sin contar los derivados por policías locales. La lista de carreteras cortadas era “interminable”.
Durante la declaración, las acusaciones particulares quisieron aclarar quién debía decidir la periodicidad de las lecturas. Alonso fue tajante: “Es el Centro de Coordinación de Emergencias quien debe contactar con la unidad para que haga la ronda periódica”. Los bomberos, dijo, se limitan a ejecutar esas órdenes.
El Cecopi es quien debe contactar con la unidad para que haga la ronda periódica
Preguntado sobre si era razonable que los efectivos se retiraran tras verificar la bajada del caudal, respondió que sí, siempre que no hubiera una instrucción en contrario. “Con la información que se nos dio, se entendió que el trabajo estaba concluido”, reiteró.
El oficial también señaló que el seguimiento de cauces puede hacerse no solo con bomberos, sino también con recursos municipales y con la colaboración de los alcaldes. No obstante, dijo no tener constancia de que esa tarde se realizara.
Manuel Alonso explicó que no estuvo presente en el CECOPI (Centro de Coordinación Operativa Integrada), que se constituyó en la tarde del día 29 en L’Eliana. Fue el inspector jefe del Consorcio, José Miguel Basset, quien se desplazó allí tras recibir la llamada sobre las 15:00 horas. A preguntas de la jueza, Alonso dijo desconocer si Basset tenía constancia directa de la retirada de los bomberos del Poyo, ya que no se sabe si en ese momento portaba emisora.
Otro de los asuntos abordados fue la dificultad para documentar todas las intervenciones. Alonso reconoció que, en circunstancias normales, la retirada de los efectivos habría quedado registrada en el sistema, pero que en el caos de la jornada pudo no quedar constancia. Además, explicó que no siempre se elaboran partes por cada actuación, sino que en ocasiones se agrupan varias en un único informe.
Esa falta de trazabilidad es uno de los elementos que más dudas está generando en la instrucción, ya que dificulta determinar con exactitud qué información estaba disponible en cada momento.
Al final de su declaración, Alonso defendió la actuación de los bomberos y recalcó que se actuó siempre siguiendo las órdenes recibidas. “No se dejaron sin atender las vigilancias; simplemente no se renovó la instrucción”, sostuvo. También insistió en que los avisos más graves, como el de las 17:30 en Ribarroja, sí llegaron al Centro de Coordinación.
“No se dejaron sin atender las vigilancias; simplemente no se renovó la instrucción”
El oficial describió la jornada como un “desastre absoluto” en el que cada recurso se destinaba allí donde había acceso, sin posibilidad de atender todas las incidencias. En ese contexto, aseguró, la decisión de retirar a la unidad del Poyo fue coherente con la información disponible en ese momento.
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