Los frutos olvidados del otoño

Los frutos olvidados del otoño
Nel.lo Pellisser

Aunque las frutas se suelen asociar mayoritariamente al verano, con el otoño llegan nuevos frutos de colores y sabores diferentes. Es el tiempo de las manzanas, peras, higos, mandarinas, así como de los frutos secos: nueces, almendras o avellanas. Junto a estos, hay otros que no son tan conocidos. Probablemente porque no tienen ni el sabor, ni la textura o el color de los productos de verano. Entre ellos, el membrillo, la granada y el caqui, pero también el azufaifo o jinjolero, el azarollo o serbal de cazadores, la zarzamora, la cereza de madroño, la níspola o níspero de invierno, el higo chumbo o de pala y la almeza.

De izquierda a derecha y de arriba abajo: granada, membrillo, níspola y cereza de madroño

De izquierda a derecha y de arriba abajo: granada, membrillo, níspola y cereza de madroño

Magda Pellicer

Se trata, en muchos casos, de frutos de otros tiempos, de cuando abundaba la escasez. Nada que ver con la abrumadora oferta de productos procedentes de otras latitudes que la globalización, el aumento de las temperaturas y el conocimiento agronómico han hecho posible encontrar cada día en los comercios. Este mismo mercado es el que se ha encargado de ir rechazando aquellos frutos con sabores más difíciles y más complejos de comercializar, relegándolos al olvido, a pesar de sus múltiples propiedades.

Este mismo mercado es el que se ha encargado de ir rechazando aquellos frutos con sabores más difíciles y más complejos de comercializar, relegándolos al olvido, a pesar de sus múltiples propiedades”

También ocurre que algunos de ellos han conseguido superar los filtros del comercio a su pequeño tamaño, a sus sabores ásperos o ácidos, o a su compleja gestión y transporte. El caqui es uno de ellos. Gracias a una técnica que somete el producto cosechado a altas concentraciones de CO2 se elimina su astringencia manteniendo la firmeza del fruto. A día de hoy, el 90% de la producción española se cultiva en la Comunitat Valenciana, donde destaca la variedad “Rojo brillante” de la DOP Kaki Ribera del Xúquer.

La granada, cuyo consumo resulta tan fastidioso, ha encontrado un hueco en el mercado gracias a su transformación en zumo, entre otros usos, en particular algunas variedades. Alicante y Murcia concentran la mayor parte de la producción. Un 75%, según años, sale de la DOP “Granada Mollar De Elche”/”Granada de Elche”. Pero son casos más bien excepcionales, ya que la mayor parte de las variedades antiguas de frutos de otoño han ido cayedo en el olvido.

Chumbera.

Chumbera.

Nel.lo Pellisser

Es probable que, entre los lectores de este texto, haya quien tenga en su jardín o en su huerta alguno o varios de estos ejemplares. Si es el caso, no los descuide. Son parte de nuestro patrimonio y de nuestra biodiversidad. Hay, también, quien tiene la costumbre cuando llega esta época de aprovechar los paseos por el campo para revisitar algunos de estos ejemplares silvestres que sobreviven a duras penas en los lindes de antiguas parcelas y caminos, en huertas abandonadas o en claros de bosque. Probablemente, para certificar que aún siguen ahí y no han sido pasto del paso incesante de los años, del fuego o de la transformación del paisaje por alguna infraestructura industrial o agrícola. Una costumbre como cualquier otra. Si hay suerte y los pájaros y otros depredadores no se han cebado en exceso, aún se podrá saborear alguno de sus frutos. Y si aún no han madurado suficiente siempre se puede inmortalizar la estampa con una fotografía.

Si se piensa un poco, es como volver atrás en el tiempo. A los ya no tan cercanos paraísos de la infancia. O como repasar un viejo álbum de fotografías en las que aparecen quienes ya no están entre nosotros con fondos de paisajes más o menos transformados. Solamente por esta capacidad de evocación, y por el paseo que lleva hasta ellos, vale la pena saborearlos.

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