Carlos Mazón, ante la responsabilidad de la tragedia valenciana

Política

El presidente de la Generalitat Valenciana, con muy mala nota en los sondeos, resiste un año después de la dana gracias al apoyo de Vox y a los problemas territoriales de un PP que no quiere abrir una nueva crisis

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El president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, tras contestar en las Corts Valencianes a preguntas de los grupos parlamentarios sobre su gestión en la dana. 

Ana Escobar / EFE

Carlos Mazón no piensa en dimitir. E incluso no ha descartado, de momento, presentarse a la reelección en las próximas elecciones autonómicas de 2027. Alberto Núñez Feijóo no se lo ha pedido, y no parece que el presidente del PP quiera abrir una crisis en el PP valenciano a corto plazo y con tanta antelación antes del próximo combate electoral (2027), para elegir un sustituto o sustituta. Y el president tiene a su favor, además, la estabilidad institucional que le ofrece el apoyo total de Vox, a cambio, eso sí, de amplias cesiones que está realizando a la derecha extrema en la Comunidad Valenciana en materias como inmigración, cooperación o en la guerra cultural que el partido de Abascal está ejecutando contra la cultura en valenciano. 

Vox ha encontrado en esta autonomía el laboratorio ideal para imponer, poco a poco, su relato político con bastante éxito y sin apenas resistencia del PP valenciano. He aquí una de las claves para entender la seguridad con la que Mazón afronta un momento clave; el aniversario de la dana que provocó 229 muertos y que se celebrará el próximo miércoles 29 de octubre con la presencia de los Reyes.

Vox sustenta al president a cambio de convertir Valencia en un laboratorio para imponer su relato

Ni las encuestas, que ofrecen una crítica evidente de la sociedad valenciana a Mazón, ni su ampliamente cuestionado papel en aquella jornada trágica, han logrado forzarle a dar un paso atrás. El president valenciano está convencido de que todo el tiempo que gane jugará a su favor y confía en que la paulatina y lenta recuperación acabe suavizando las duras palabras contra él, de la oposición y, principalmente, de las asociaciones de familiares de las víctimas mortales y damnificados de la dana que exigen su dimisión en manifestaciones como la celebrada ayer. Sin soslayar otra cuestión fundamental: que ser aforado le permite esquivar la posibilidad de que la jueza que instruye la causa lo cite como imputado. De hecho, la instructora le ha invitado, en dos ocasiones, a comparecer voluntariamente como investigado; oferta que él ha rechazado.

Carlos Mazón sabe que, hasta el momento, no existen indicios directos de su participación en las erráticas decisiones que el equipo de Emergencias de la Generalitat Valenciana, en el famoso Cecopi –liderado por la exconsellera Salomé Pradas, imputada en la causa junto a su exsecretario autonómico, Emilio Argüeso– adoptó el día de la dana. E incluso se ha esforzado, en las pocas entrevistas que ha concedido, en subrayar que él no era miembro del este órgano, que no dio ninguna orden a Pradas y, menos aún, que participara de manera alguna en cualquier instrucción sobre el ES-Alert. 

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Una alarma que, a criterio de la jueza, se lanzó tarde y mal, lo que para la instructora fue clave en el elevado número de muertos. El president, además, ha abanderado un “relato alternativo” al de la jueza según el cuál los culpables de la tardanza en la reacción de Emergencias fueron las previsiones de la agencia estatal Aemet (el aviso rojo se dio a primera hora de la mañana) y la información que ese día divulgó la Confederación Hidrográfica del Júcar. 

Relato que la magistrada ha ido desmontando en cada uno de sus autos con contundencia. De todas formas, la instrucción no ha finalizado, y no se puede descartar que la jueza acabe elevando petición al TSJ valenciano para poder imputarlo. Más aún después de la decisión de la Audiencia de Valencia de llamar como testigo a la periodista que comió con él. Una citación, prevista para el 3 de noviembre que puede cambiar el escenario judicial y complicar mucho la situación política de Mazón.

La instrucción avanza, se ha citado a la periodista que comió con él y no se puede descartar la imputación

Pero el ámbito judicial camina en paralelo con el político, donde el dirigente alicantino afronta un grave problema. Porque la instrucción desvela que desde la mañana, con alerta roja, ya se fueron divulgando noticias muy graves de la situación en la geografía valenciana y, sin embargo, el president optó por mantener su agenda que incluía una comida con la periodista Maribel Vilaplana, que se alargó durante casi cuatro horas en el restaurante El Ventorro de València. 

Después, según él ha afirmado, se desplazó al Palau de la Generalitat Valenciana y desde allí acudió al Cecopi, donde llegó a las 20.28 de la tarde, como así confirman las imágenes registradas de su llegada. Desde las 15 horas de aquel día en el que se inició el ágape hasta su llegada el Centro de Emergencias, el president valenciano estuvo, como él mismo ha afirmado, al tanto de lo que sucedía pero sin oficializar ninguna orden para la gestión de la crisis: esta es su principal baza ante una hipotética imputación. Pero la oposición y algunas asociaciones de víctimas le acusan, directamente, de haber estado alejado de la gestión de la Emergencia cuando media provincia de Valencia quedaba arrasada por la barrancada. Y han solicitado reiteradamente pruebas, como la geolocalización de su teléfono móvil o el itinerario de su coche oficial, para conocer exactamente qué movimientos realizó aquella tarde.

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GRAFCVA2951. VALÈNCIA, 18/09/2024.- El president de la Generalitat, Carlos Mazón (izqda), saluda al portavoz de VOX, José María Llanos, antes del comienzo del pleno donde afronta su primer debate sobre el estado de la Comunitat Valenciana, tras haberse quedado en minoría por la ruptura de Vox -con la incógnita de si podrá aprobar nuevos presupuestos- y con la financiación autonómica como uno de los temas principales. EFE/Biel Aliño

Esas horas, entre la comida y su traslado al Cecopi, son la mayor carga política contra Mazón. Y es lo que más ha alentado la crítica partidista (y también social) contra su persona. Él ha defendido que desde las 17.37, cuando ya estaba convocado el Cecopi, mantuvo una primera conversación con Salomé Pradas, según el listado de llamadas que ha facilitado a las Cortes Valencianas. Se desconoce, de momento, si realizó alguna llamada entres las 15.00 horas y las 17.37. Pero en este listado –que no especifica el tiempo de duración– se comprueba como el president valenciano no habló con la consellera entre las 18.30 y las 19.43 horas. Además, y es significativo, Mazón no hizo ninguna llamada entre las 18.57 y las 19.34 horas, en los momentos más críticos de la riada. En ese momento, según se vio en la documentación del teléfono de Pradas que se entregó a la jueza, a las 19.10 se produjo una llamada cancelada entre la exconsellera y el president.

Durante este año, la cofrontación política entre Carlos Mazón y la oposición del PSPV y Compromís ha girado en torno al “bucle” del día 29. Todos los intentos del PP, y de la Generalitat Valenciana, por alejar del debate político aquella jornada se han visto afectados por los detalles que, día tras días, siguen emergiendo de la gestión de aquella jornada: documentos, informes, vídeos de los que se desconocía su existencia, audios entre profesionales de Emergencias y los equipos de bomberos, y nuevos testigos que, uno tras otro, siguen relatando a la jueza que aquel Cecopi fue, en el mejor de los casos, un órgano en el que se tardó una eternidad en adoptar decisiones dirigidas a la protección de los valencianos. Basta ver cómo la jueza reconoce que ya había muertos antes del mediodía mientras que la alerta ES-Alert no se mandó hasta las 20.11 horas.

En el PP valenciano, en las primeras semanas tras la dana, cuando aún se seguían rescatando cadáveres del fango, hubo mucho movimiento con Génova sobre lo que podía suceder con Mazón. Pero Feijóo acabó aplicando la máxima de dejar pasar el tiempo e incluso ofreció su apoyo al president valenciano, del que condicionó su futuro a la “capacidad de ejecutar la recuperación”. Llegado el verano, dos factores desviaron el foco de Génova sobre Carlos Mazón: el estallido del caso Koldo, y sus añadidos con Ábalos (valenciano) y Cerdán, y la cuestionada gestión de los incendios en algunas autonomías gobernadas por el PP, en especial en Castilla León.

El líder del PPCV y 'president' de la Generalitat, Carlos Mazón (i), junto al presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante un acto de partido en Alicante

El líder del PPCV y president de la Generalitat, Carlos Mazón (i), junto al presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante un acto de partido en Alicante. 

Roberto Plaza / Europa Press

Pasado el verano, otra cuestión delicada para el PP también alivió la presión sobre el president valenciano: el escándalo político por las pruebas de cáncer de mama a miles de andaluzas, lo que ha puesto en una compleja situación política de Juanma Moreno Bonilla. Con lo que en poco tiempo, el PP español ha sumado a la crisis política de la dana otras dos graves crisis que, en términos políticos, han aliviado la tensión que Génova tenía en la persona del mandatario valenciano. Esta es una realidad que incluso ha contribuido a que el president haya recuperado su carácter en las entrevistas concedidas, donde no ha dudado en pasar a la ofensiva contra quienes cuestionan su papel en aquella fatídica jornada. Incluso anunció que el próximo 5 de noviembre ejecutará una remodelación de su Consell coincidiendo con la salida de su vicepresidente para la Reconstrucción, el teniente general retirado Francisco José Gan Pampols. Con esta remodelación, quiere dar un nuevo impulso a su acción de gobierno confiado en que, pasado el aniversario de la dana, la crítica política y la tensión en la calle contra él, bajen el tono.

Ni la mala valoración en los sondeos ni la presión social y judicial han hecho que Mazón dé un paso atrás

El problema es que va a ser difícil salir del bucle del día 29 de octubre. En breve, Mazón comparecerá ante las comisiones de investigación de la riada en el Congreso y en les Corts Valencianes, donde deberán también declarar Pradas y Argüeso, miembros del ejecutivo valenciano, técnicos que ya han declarado ante la jueza, la periodista Maribel Vilaplana e incluso el propietario del restaurante El Ventorro o el chófer del president. 

Y, en paralelo, es probable que la instrucción siga ofreciendo, a partir de pruebas y testigos, nuevos datos sobre la gestión de una Emergencia en la que las sospechas ya no solo alcanzan a la exconsellera y su número dos, también a otros responsables que aquel día no supieron o no pudieron adoptar decisiones ágiles para minimizar las pérdidas humanas. Basta ver lo que se ha hecho en las dos danas de este mes de octubre, en las que el ES-Alert se mandó al poco de decretarse los avisos rojos de Aemet, para asumir que aquel 29 de octubre se actuó tarde y mal.

Mazón no piensa en dimitir y, según su entorno, se siente fuerte y con ganas de “ajustar cuentas”

Carlos Mazón no piensa en dimitir y, según fuentes de su entorno, se siente fuerte y con ganas de “ajustar cuentas”, mientras Vox sigue condicionando en Valencia cada vez más el relato político del PP. Lo que queda por saber es cómo se traducirá en unas elecciones autonómicas todo el malestar acumulado por aquella gestión. Las encuestas divulgadas apuntan a que en esta autonomía Vox será el gran beneficiado en detrimento del PP. Tal vez esta sea la clave que motive a Génova a adoptar una decisión, en el sentido que sea, sobre el cuestionado futuro de Carlos Mazón.

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