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Llorca; el segundo “interino”

Diario de València

Salvador Enguix Periodista

Juanfran Pérez Llorca será el segundo presidente “interino”, si Vox vota su investidura, que la Comunidad Valenciana ha tenido en su reciente historia democrática. Es importante recordarlo. El anterior fue José Luís Olivas, exconseller de Hacienda y Economía y exvicepresidente valenciano con Eduardo Zaplana de president. José María Aznar llamó a Zaplana, en el verano de 2002, para que entrara a formar parte de su Gobierno como ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, y se designó a Olivas como sustituto en el Palau de la Generalitat. En aquellos tiempos el PP disponía de mayoría absoluta, por lo que el relevo se realizó de manera rápida y sin ningún tipo de contratiempo. El extitular de Hacienda y Economía permaneció en el cargo hasta las elecciones de 2003, momento en el que se eligió a Francisco Camps como candidato a la Generalitat Valenciana. Olivas estuvo solo un año ejerciendo de máxima autoridad valenciana. 

Juanfran Pérez Llorca en un pleno de les Corts pasa al lado de Carlos Mazón 

ROBER SOLSONA/EP / Europa Press

Durante ese año de interinidad, José Luís Olivas no ocultó su deseo de seguir en el cargo, de ser el elegido para los comicios autonómicos, a pesar de que se advirtió de la incondicionalidad de su situación. Hubo, al respecto, bastante tensión entre él y Zaplana, que aún como presidente del PP valenciano quería imponer sus elecciones y, al tiempo, teledirigir la presidencia valenciana desde Madrid. Para resolver el “problema” se optó por hacer un gran regalo a Olivas; le ofrecieron la presidencia de Bancaja y del Banco de Valencia, lo cual suponía una victoria personal importante. Además de multiplicar varias veces su sueldo, se garantizaba una enorme capacidad de influencia en el ámbito económico valenciano. El resto de la historia es conocida: tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, las cajas valencianas, también la Caja de Ahorros del Mediterráneo, quebraron. Se habían expuesto irresponsablemente con la fiebre del ladrillo. En 2017, Olivas fue condenado a un año y medio de prisión y a una multa por la emisión de facturas falsas vinculadas a un cobro que no se correspondía con un servicio prestado.

Casi dos décadas después, se repite la historia, aunque por diferentes motivos. Pérez Llorca es el candidato elegido por Feijóo para sustituir a Carlos Mazón, quien ha dimitido a causa de su gestión de la dana. En el caso de que Vox apoye su investidura, que aún se sigue negociando, habrá que observar cuál es el camino que quiere elegir el también aún alcalde de Finestrat. Si ser solo el president interino que cubra la baja durante un tiempo a la espera de que surja otro candidato o si acaba siendo él quien quiera optar a encabezar la lista a la presidencia de la Generalitat Valenciana en 2027. Falta aún más de año y medio para resolver la incógnita, pero esta va a estar presente durante lo que queda de legislatura.

Entre julio de 2002 y junio de 2003, José Luís Olivas fue el “interino” que sustituyó a Zaplana hasta el nombramiento de Camps. En ese tiempo quiso ser algo más. Para apaciguarlo le regalaron la presidencia de Bancaja y Banco de Valencia”

En política, una semana ya es una eternidad, y demasiadas piezas deben encajar para que Pérez Llorca sea investido y para que su presidencia navegue con rumbo pendiente de la voracidad de Vox, formación que va a aprovechar la coyuntura para sacar el máximo partido al PP. De lo contrario, no es descartable un adelanto electoral. Además, el elegido deberá trasladar, a través de sus decisiones institucionales, qué tipo de Presidencia va a desarrollar; si será continuista respecto a la de Carlos Mazón o si va a intentar marcar un sello propio distanciándose de algunas estrategias que han dañado, y mucho, la imagen del aún president. Principalmente, su relación con las víctimas de la dana; esa será la primera asignatura que deberá resolver Pérez Llorca si no quiere acabar también con la opinión pública en contra.

En el otoño de 2002, José Luís Olivas mantuvo una tensa cena con Eduardo Zaplana en la que le trasladó que él podía ser el candidato a las elecciones autonómicas. Fuentes del partido, señalaron en aquellas fechas que el expresident, que sabía cómo manejar voluntades ajenas, le dejó claro que o aceptaba la oferta de Bancaja o corría el riesgo de perderse en el mar de la marginalidad política. Juanfran Pérez Llorca debería tener esta lección presente, porque podría llegar el día en el que se planteara, en su caso, un dilema semejante. Porque al fin, ser “interino” es comerse un marrón, y más en este momento en la Comunidad Valenciana con los efectos de la dana, que de alguna manera debería tener recompensa, si es posible.