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Mazón contra Mazón

Diario de València

Salvador Enguix Periodista

Cuesta creer que un año después de la dana, y con todo lo que ya se ha divulgado en los medios de comunicación y en la instrucción judicial, Carlos Mazón siga ofreciendo detalles sorprendentes sobre lo que hizo aquella tarde que agravan su falta de credibilidad ante la opinión pública. O tal vez pueda suceder que el president en funciones de la Generalitat Valenciana ya da por descontada cualquier responsabilidad política con su dimisión y que su objetivo único es el de evitar cualquier declaración o respuesta que pudiera ir en su contra en una hipotética imputación judicial, es decir, todo lo referido al ES-Alert. Porque no se entiende que haya dicho en el Congreso que no cogió la llamada a Salomé Pradas a las 19:10, en un momento de máxima gravedad: “igual llevaba el teléfono en la mochila”. O que no supo de la existencia de muertos hasta las cinco de la madrugada del día 30 de octubre, cuando él mismo compareció en À Punt a las 00:35 horas de esa noche para reconocer que ya habían encontrado cadáveres.

Comisión de la DANA Presidente del la Generalitat Valenciana Carlos Mazon

Dani Duch / Propias

Desde el día después de la dana, Carlos Mazón ha ido a remolque de lo que se ha divulgado, o dicho en sede judicial, para ir, con cuentagotas, confirmando lo que inicialmente se negó o, incluso, se ocultó. En el Congreso, por ejemplo, ha reconocido que acompañó a la periodista Maribel Vilaplana al parking, cuando hace semanas que esta profesional lo confirmó a toda la prensa pero él eludió ratificarlo cuando los periodistas se lo preguntaron. O hemos sabido que sus escoltas no le acompañaron tras la comida en El Ventorro, dato que dificulta, al desaparecer estos testigos, poder confirmar a qué hora llegó realmente al Palau de la Generalitat porque las grabaciones de seguridad del edificio institucional fueron borradas. 

El president en funciones ha pagado un alto precio político, principalmente, por no haber suspendido su agenda el día de la dana y, por lo tanto, no haber liderado políticamente la Emergencia, y por no haber sido capaz de ofrecer una versión veraz desde el minuto uno sobre todos los movimientos que realizó hasta su llegada al Cecopi a las 20:28. Lo primero era irremediable, pues ya estaba hecho, fue donde fue y estuvo donde estuvo; pero no es entendible lo segundo, que semana tras semana, mes tras mes, los hechos y los datos hayan contradicho las afirmaciones que él mismo defendió en diferentes escenarios, desde institucionales hasta en entrevistas. 

El mayor problema de Mazón ha sido el propio Mazón, y lo ha seguido siendo en la comisión de la dana del Congreso, donde ha evidenciado su prioridad de alejarse de cualquier responsabilidad con el ES-Alert”

El mayor problema de Mazón ha sido el propio Mazón, y lo ha seguido siendo en la comisión de la dana del Congreso, donde algunos diputados se han dedicado más a “lucirse” perdiendo la oportunidad de realizar preguntas concretas. El president en funciones ha vuelto a presentarse como víctima de la “falta de información” sobre la situación que se vivía en Valencia acusando a la Aemet y a la CHJ, cuando desde por la mañana se conocía ya la gravedad en la zona de Utiel y había una alerta roja, como así reitera la jueza instructora. Y ha reiterado, una vez más, que él no adoptó ninguna decisión, o aconsejó nada, respecto a la gestión que debía realizarse en el Cecopi para ayudar a los valencianos, incluido el lanzamiento del ES-Alert. Con esta estrategia, Mazón perfila lo dicho anteriormente, que ahora su prioridad es librarse de la presión judicial presentándose como alguien que no era necesario aquel día en el que más le necesitaban los valencianos. Porque en lo político, el hecho de que no estuviera al lado de quienes intentaban organizarse para dar una respuesta a la tragedia es lo que la opinión pública no le perdona, no sólo las familias de las víctimas. Ha pagado ya un precio político, no quiere pagar el judicial.