Juanfran Pérez Llorca inicia hoy un mandato corto (las próximas elecciones son en mayo de 2027), necesitado de pasar página del periodo de Carlos Mazón (que seguirá de diputado autonómico), obligado a navegar con la previsible presión de su socio, Vox (formación con la que ha negociado todos los pactos desde el 28-M) y con poco margen para establecer nuevas políticas en lo que queda de legislatura, lo que implica que tampoco cabe esperar que haga muchos cambios en el Consell, excepto en el área de Presidencia, donde es probable que sustituya a todo o casi todo el equipo que formó parte del núcleo duro del anterior president. Su mayor aportación, como han destacado no pocos observadores, serán las formas, o el talante, mucho más conciliador que el de su antecesor; al menos así ha sido durante su etapa como síndic popular. Veremos si eso es suficiente para garantizarse un año y medio de legislatura tranquila con capacidad de reactivar la acción de la Generalitat Valenciana más allá de la dana y de liderar, con solvencia, a un PP que sigue erosionado en las encuestas por la derecha extrema y pendiente de un congreso regional para elegir un líder que podría ser el propio Pérez Llorca.
El nuevo president valenciano, Juanfran Pérez Llorca
El nuevo president, que tomará hoy posesión de su cargo, sabe que el pacto alcanzado con Vox, sin nada por escrito, responde a la continuidad de los acuerdos fraguados durante más de dos años entre ambas formaciones en Valencia y, además, va a servir de referencia para los futuros ejecutivos autonómicos de Extremadura, Castilla-León y Andalucía si el PP necesita recurrir a la derecha extrema. Sabe también Llorca que Génova va a vigilar cada paso del nuevo president, comenzando por la necesidad de borrar el pasado de Mazón, primero con gestos, como el de acercarse a las víctimas de la dana y después con decisiones políticas que ayuden a ensayar cómo podría ser un futuro Gobierno español de Alberto Núñez Feijóo condicionado por Santiago Abascal desde la oposición.
La historia de la política está llena de hombres y mujeres cercanas que, una vez alcanzado el poder, se distanciaron de la realidad (...) Veremos con tan poco margen de que es capaz un Pérez Llorca que es president, no lo olvidemos, gracias Vox”
Pérez Llorca no va a tener los clásicos 100 días de gracia; el PSPV y Compromís no lo van a permitir y estamos ya a un año y medio de agotar la legislatura. Pero también sabe el exalcalde de Finestrat que la izquierda, especialmente los socialistas, van a necesitar un tiempo para recomponer su estrategia de oposición, centrada desde hace meses en exigir la dimisión de Mazón y un adelanto electoral. No es mucho margen para el nuevo president para la acción del Consell y para su propia persona, si finalmente quiere reivindicarse como candidato a las próximas elecciones autonómicas. Y en este periodo deberá asumir el peso de la crítica si endurece las políticas contra el Paco Verde Europeo o contra la inmigración. La historia de la política está llena de hombres y mujeres cercanas que, una vez alcanzado el poder, se distanciaron de la realidad. Mazón es un buen ejemplo. Veremos con tan poco margen de que es capaz un Pérez Llorca que es president, no lo olvidemos, gracias Vox.