Tu historia
Españoles en el extranjero
En Guayana Guardian queremos contar tu experiencia en otros países. ¿Te has mudado fuera de España porque tu trabajo está mejor valorado en el extranjero? ¿Has cruzado las fronteras por amor? Si has cambiado de vida lejos de casa, escríbenos a [email protected]
La vida profesional a menudo exige tomar decisiones difíciles, y a veces supone abandonar tu país y tu familia en busca de nuevas oportunidades laborales. Este es el caso de Miguel Ángel Ruiz, de 44 años, a quien se le presentó la posibilidad de escalar en su propia empresa, pero eso implicaba dejar atrás su Vitoria natal y embarcarse en una nueva aventura profesional y personal en Bérgamo. La historia de Miguel Ángel con Italia no empezó hace 11 años, cuando se instaló, sino mucho antes, cuando en 2005 realizó un Erasmus en Milán, que le permitió aprender italiano y “enamorarme de la cultura y de la gente”, explica en una conversación con Guayana Guardian.
Miguel Ángel trabajaba en una multinacional italiana que se dedica al sector de la industria química en la construcción con sede en Vitoria. Cuando el CEO de la empresa le propuso el traslado, no lo dudó. “Era la oportunidad perfecta para crecer y construir una nueva etapa y un reto profesional en un lugar que al final sentía ya cercano y no lo dudé y acepté el desafío”, asegura. La cercanía cultural entre España e Italia, como países mediterráneos, ayudó a que la adaptación fuera más sencilla. Sin embargo, confiesa que los primeros meses fueron emocionalmente complejos. “La soledad de los primeros días es algo que no te quita nadie”, recuerda. “Dejas atrás la familia, los amigos y la rutina diaria y fue un desafío emocional importante. Los primeros días se hacían infinitos”, confiesa. En este sentido, destaca que “es fundamental” saber relacionarse con españoles que ya están asentados para que te puedan ayudar “a gestionar situaciones problemáticas que se vayan dando”.
Miguel Ángel Ruiz en Rifugio Curò, en el corazón de los montos Orobie en Bérgamo (cedida)
Bérgamo, ubicada en la región de Lombardía, es una ciudad de aproximadamente 120.000 habitantes, “segura y tranquila, perfecta para alguien de mi edad”. Además, está rodeada de un entorno natural “espectacular” que te permite desconectar después del trabajo. “Tiene una ubicación estratégica porque en menos de una hora estás en Milán, o Los Alpes”, explica. Uno de los rasgos más distintivos de la ciudad es su división en dos niveles urbanos que están muy diferenciados. Miguel Ángel defiende que la vida en esta ciudad “es rica y auténtica. Es tradición mezclada con modernidad. Es una actividad mucho más tranquila, que también tiene su encanto”, asegura.
Pese a la cercanía entre España e Italia, hay aspectos de la personalidad muy similares, pero también existen grandes diferencias. Destaca la informalidad de España frente al cuidado por las formas de los italianos, especialmente en el norte. “Creo que en España las relaciones suelen ser más cercanas y espontáneas y la comunicación es más directa y suele haber un ambiente más informal”, asegura. Mientras que, en Italia, “se percibe un mayor cuidado en las formas y en la imagen. Sobre todo en el norte, en el entorno profesional, hay una jerarquía bastante marcada y se mantienen las distancias en el trabajo”. Aun así, lo que más destaca de la personalidad de los italianos es que “se saben vender muy bien” e incluso confiesa que está tratando de adoptar esta capacidad.
En Italia se percibe un mayor cuidado en las formas y en la imagen
La clave económica es uno de los principales incentivos de la gente que decide dejar su país. Según explica Miguel Ángel, realizando el mismo trabajo en Italia cobra un 20% más de lo que percibiría en España. Sin embargo, también destaca que el coste de vida es más elevado. “Sale ventajoso, pero no es un factor diferencial para mudarte a Italia. Al final, Italia no es el país al que te vas para hacerte un millonario, es más bien porque te interesa su cultura y te puedes integrar fácilmente” y añade que “si quieres ganar dinero, te vas a Suiza, a Alemania, a Inglaterra o Estados Unidos”.
En relación con el ascenso profesional que ha supuesto trasladarse a Bérgamo, cuenta que el sector de la industria química en la construcción “tiene un peso muy fuerte” y te permite “desarrollar una posición global y proyectos internacionales”. En este sentido, explica que en España el mercado es local y hay menos multinacionales de este sector. “Trabajar en la sede central te da una perspectiva muy global y aprendes a gestionar mercados internacionales”.
Miguel Ángel Ruiz en la carrera popular Deejay Ten Milán (cedida)
Respecto a las cuestiones prácticas, como el alquiler de vivienda, menciona que encontrar un piso en Bérgamo no es tarea fácil. “La competencia es alta, los precios son más elevados que en muchas ciudades españolas, y hay que moverse rápido”, explica. Fue una de las cosas que más le impactaron a su llegada “me sorprendió ver la rapidez con la que se cerraban las ofertas. Si encuentras algo y te encaja, no puedes dudar”. El alquiler de un piso en una zona céntrica puede superar los 1.000 euros mensuales, sin contar con los gastos adicionales “con paciencia, puedes encontrar cosas interesantes, pero no puedes encontrar piso en dos días”.
Tras 11 años viviendo en Italia ha podido experimentar los cambios que se han producido en algunas de las ciudades más importantes: “Venecia o Florencia están perdiendo la esencia. Están llenas de restaurantes, pero el comercio local ha desaparecido”. Y lamenta que ciudades más conocidas están “muy enfocadas al turista” que no ter permiten disfrutar de las calles y “conocer la Italia real”. Por eso, siempre que tiene oportunidad, prefiere visitar ciudades más secundarias, como Verona, “donde la gente no va tanto y tiene mucho por descubrir”.
Cuando estás fuera de casa, cada interacción es como una oportunidad para ampliar tu mundo
Sentirte uno más en el lugar donde vives es básico, Miguel Ángel cuenta que pese a que en el norte son más cerrados, “con iniciativa y dando disponibilidad, para un café o un aperitivo, acabas haciendo amistad con gente de la empresa o de la ciudad donde vives”. En este sentido, destaca que “cuando estás fuera de casa, cada interacción es como una oportunidad para ampliar tu mundo. Porque esa soledad inicial se convierte en una presión adicional para abrirte todavía más”.
Miguel Ángel Ruiz en el teatro alla Scala de Milano (cedida)
La parte más complicada de vivir fuera casa es la ausencia de su familia y amigos. “Por mucho que te adaptes a un nuevo lugar, las personas que te han acompañado en cada etapa son insustituibles”. Aunque como buen amante de la gastronomía, reconoce que lo más echa de menos de España son “los pinchos de Vitoria”.
El futuro siempre es incierto, pero en este momento tiene claro que no tiene intención de volver a España. “Me encuentro bien aquí. El país me ha acogido de una manera increíble y estoy muy cómodo”, afirma con seguridad. La situación laboral en España no es precisamente un aliciente para Miguel Ángel, que se muestra apenado porque la gente abandone su país “por falta de oportunidades”. Y señala que “hay que hacer grandes cambios porque la industria se está desincentivando, y así es normal que la gente se vaya a otros sitios”.


