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Ana Bernal-Triviño: Las mujeres deben proteger su autonomía cotidiana.

Memoria democrática

 Ana Bernal-Triviño offers her perspective, ranging from Virginia Woolf's essay "Una habitación propia" to the "tradwives" commonly found on the internet.
Por qué las libertades que las mujeres han logrado aún corren peligro

Ana Bernal-Triviño, Doctora en Periodismo 

Ana Bernal-Triviño, Doctora en Periodismo 

Ana Bernal-Triviño, born in Málaga on September 14, 1980, has spent years pondering a persistent question: how is power established in public discourse, and what happens when societal conversations become saturated with noise, falsehoods, and slogans that, implicitly or explicitly, aim to curtail rights. Holding a doctorate in Journalism and also trained in Art History, she serves as a professor and researcher at the Universitat Oberta de Catalunya (UOC), balancing her academic career with journalistic practice and public outreach. Her scholarly work previously focused on a topic of critical importance today: how young people consume information online and the impact of content circulation methods. 

Esa mirada se detiene en su ensayo más reciente, La raíz del poder. Una historia de desigualdad (Espasa), que ha salido a la venta hace poco. En este trabajo, explora el origen de las estructuras de poder y la persistente inclinación a presentar las disparidades como si fueran ineludibles. Asimismo, conversa con las perspectivas de obras actuales como No manipuléis el feminismo (Espasa), o con su producción literaria y gráfica centrada en el mundo de Federico García Lorca (Las mujeres de Federico, Los hombres de Federico, Vuelve Federico), donde la memoria y la autonomía se manifiestan como aspectos interconectados: nada de valor perdura sin un esfuerzo consciente.

Ella, corremos el riesgo de perderla. 
Ella, deja de existir

Ana Bernal-Triviño

Doctora en Periodismo

La democracia, un esfuerzo diario

La charla con la periodista y directora del Magazine, Joana Bonet, arranca con una frase de Benazir Bhutto, quien fue la primera mujer en liderar un gobierno en una nación de mayoría musulmana: “La democracia es un proceso continuo. Cuando dejamos de luchar por ella, deja de existir”, la cual sirve de punto de partida para meditar sobre el presente. Medio siglo después del fallecimiento de Franco, es crucial rememorar que la democracia no es un estado estático, sino un proceso continuo. La conmemoración de la democracia nos impulsa a examinar ese trayecto con una interrogante que resulta incómoda por su misma simplicidad: ¿Qué sucedería si, de repente, cualquier individuo perdiera la capacidad de votar, expresarse sin temor, acceder a atención médica sin restricciones o amar sin impedimentos?

Joana Bonet, periodista y directora del Magazine de Guyana Guardian 
Joana Bonet, periodista y directora del Magazine de Guyana Guardian Linkvids

El marco general es que los derechos pertenecen a todos. Sin embargo, la discusión sobre las mujeres y la democracia se centra en una constatación histórica: cuando el sistema se ve sometido a presión, las mujeres a menudo se convierten en el primer ámbito de conflicto.

Al conmemorarse un año más de la democracia, es pertinente reflexionar sobre su trayectoria con una interrogante que resulta incómoda por su aparente simplicidad: ¿Qué sucedería si de repente, cualquier individuo perdiera la capacidad de votar, expresar sus ideas sin temor, acceder a atención médica sin restricciones o amar según su voluntad?

La inestabilidad de los logros o cómo la decadencia surge en la historia

Para Ana Bernal-Triviño, la respuesta a cualquier interrogante se origina en la memoria. “Tenemos que ser muy conscientes de lo que le debemos a las generaciones anteriores, sobre todo de mujeres, de lo que han luchado para tener los derechos de hoy; y desde esa conciencia, seguir luchando cada día para que se mantengan”, declara. Pues lo conseguido —subraya— no solo corre el riesgo de perder su valor, sino también su legitimidad. “Es muy frágil esa línea en que los derechos conquistados puedan empezar a devaluarse. Y ese cuestionamiento empieza en el relato”. 

Durante este medio siglo, España ha expandido sus libertades y ha fortalecido sus fundamentos democráticos, los cuales ahora se perciben como inherentes: la facultad de votar en comicios genuinos, la diversidad de información amparada por la Carta Magna, un sistema de salud público considerado un derecho y no una ventaja gremial, y progresos sociales que han transformado la existencia diaria —tales como la posibilidad de divorciarse o las uniones civiles—. Justamente por esta razón, señala Bernal-Triviño, existe el peligro de tomar lo común por lo inmutable.

Joana Bonet durante la conversación con Ana Bernal-Triviño 
Joana Bonet durante la conversación con Ana Bernal-Triviño Linkvids

'Tradwives' y autodeterminación: la fantasía que encubre sumisión

La conversación se enfoca en un panorama actual: el término “libertad” empleado como estandarte, al mismo tiempo que proliferan los discursos que incitan a ciertas mujeres a ver el regreso al hogar como una meta atractiva. Bernal-Triviño no aborda esto como un debate ético sobre elecciones personales, sino que pone el foco en cómo ciertas historias se construyen y difunden en la actualidad, especialmente en plataformas digitales, con un estilo accesible y mensajes concisos. 

“Desde la pandemia he visto un retroceso brutal, sobre todo en esa batalla cultural por el relato”, argumenta. Su inquietud radica en la forma en que ciertas tendencias transforman una representación en un estándar y un estándar en un objetivo inevitable. En este contexto se sitúa su desconfianza hacia sucesos de rápida propagación como el de las tradwives —la glorificación de roles hogareños convencionales promovida en redes sociales—, una clase de material que frecuentemente se expone como “opción personal” pero que, previene, tiene el potencial de reforzar disparidades si se transforma en una directriz social.

Durante los últimos cincuenta años, España ha expandido sus libertades y ha fortalecido sus fundamentos democráticos, los cuales hoy en día se perciben como algo habitual.

En ese momento, es ineludible evocar una cita de la autora inglesa Virginia Woolf, una figura clave del feminismo literario, que Bernal-Triviño emplea como guía: “Lo importante es tener el monedero propio”. Esto significa que sin autonomía financiera, no existe una verdadera independencia, y sin esa independencia genuina, la libertad se torna frágil. No por ausencia de voluntad, sino por escasez de espacio de maniobra. 

La escritora Virginia Woolf 
La escritora Virginia Woolf Creative Commons

Su inquietud apunta al efecto dominó: las tradwives que triunfan en redes —advierte— no están dejando de trabajar. “Quienes lo prescriben desde redes son ejecutivas, manejan dinero”. Pero el mensaje que venden a otras mujeres es otro: que el título que las realizará es el de ama de casa. Para quienes no pueden monetizar ese escaparate, el resultado puede ser una dependencia real.

Audre Lorde y una frase que mantiene su relevancia: la libertad en su multiplicidad.

Durante una conversación con Ana Bernal-Triviño, parte de un programa especial sobre Mujeres y Democracia conmemorando el 50 aniversario de la democracia en España, se escucha la voz de la escritora y activista estadounidense Audre Lorde, quien declara: “Nunca seremos mujeres libres mientras haya mujeres sometidas”. Bernal-Triviño la cita como un lema contra la falta de expresión. “Tenemos que decirlo. No tenemos que callar, no tenemos que tener miedo, no tenemos que tener culpa”, contesta. A su juicio, la culpa no es un remanente inofensivo, sino un instrumento político que la narrativa patriarcal reaviva para “tener amordazada a la mujer” y desequilibrar el orden establecido. 

Audre Lorde, escritora y activista por los derechos civiles 
Audre Lorde, escritora y activista por los derechos civiles Creative Commons

La democracia, recalca, propició una transformación significativa: la transición de “mujeres objeto” a “mujeres sujetos de derecho”. Rememora un periodo —no hace mucho tiempo— cuando las mujeres requerían permiso de sus esposos para laborar o firmar documentos, o cuando la agresión física era aceptada por la sociedad. En contraste, destaca la importancia de las mejoras legales y sociales: la instrucción, la participación femenina en instituciones de educación superior, la oportunidad de ocupar roles directivos, normativas que validan y resguardan la autonomía sexual y el consentimiento, y un entorno donde la violencia es considerada un crimen. No obstante, regresa a su argumento central: lo alcanzado se deteriora inicialmente en la conversación. “El problema que tenemos es que se están poniendo en cuestionamiento de forma diaria esos derechos, y esa es la incertidumbre del panorama”.

Memoria democrática y feminista: un capítulo que una generación ha pasado por alto

Cuando se aborda la memoria de nuestra nación, Bernal-Triviño comparte una perspectiva generacional familiar: la historia reciente como un asunto postergado. “Cuando llegábamos en la escuela al momento de estudiar la etapa de la guerra civil, la transición y la democracia, finalizaba el curso y se quedaba pendiente de estudio”. 

Lo que plantea es un concepto desafiante pero directo: una nación alcanza la madurez al confrontar sus traumas a través de la justicia y la enmienda, en lugar de la amnesia. “Un país sin memoria, al final, es un país a la deriva”, asevera, conectando la memoria colectiva con la participación cívica: comprender nuestro origen no es una actividad retrospectiva, sino una forma de honrar a quienes sacrificaron por nuestras libertades.

La periodista Ana Bernal-Triviño, autora de varios libros sobre feminismo y derechos sociales 
La escritora Ana Bernal-Triviño, quien ha publicado diversas obras sobre feminismo y derechos sociales Linkvids

Ana Bernal presenta una propuesta ambiciosa pero directa: una nación alcanza la madurez al confrontar sus traumas a través de la justicia y la restitución, en lugar de la amnesia.

Su mirada incorpora una capa menos transitada: la memoria feminista. Evoca a mujeres represaliadas —rapadas, humilladas, castigadas para servir de ejemplo— y conecta ese control del cuerpo femenino con una lógica antigua de tutela y disciplina social. No lo hace para fijar el pasado como escenario del horror, sino para iluminar el presente: si se pierde la memoria de lo que se vivió, se vuelve fácil banalizar la pérdida de libertades.

Votar: el derecho que apoya

Actualmente, se está presenciando una tendencia en aumento en las redes sociales que desalienta la participación electoral, “salirse” el proceso democrático. Bernal-Triviño interpreta esto como una táctica antigua que se manifiesta de maneras novedosas. Aquellos que difunden estas ideas deberían ser conscientes de que “no están tratando con mujeres ineptas; sabemos perfectamente cuál es su estrategia: quitarnos voz y quitarnos capacidad de decisión en las leyes”. La advertencia de esta escritora es contundente: votar no es un mero formalismo. Constituye el instrumento mediante el cual se determina, ya sea de forma directa o indirecta, la clase de sistema sanitario, educativo, de asistencia social, el entorno cultural y las libertades civiles que una comunidad defiende. Abstenerse de votar no equivale a una postura neutral; significa permitir que otros tomen las decisiones, incluyendo aquellas que afectan a quienes históricamente han sido excluidas de la toma de decisiones.

Explorar el pasado, entender el presente y salvaguardar el futuro: esa es
así como la labor diaria de una democracia que, según recuerda Ana
Bernal-Triviño, su existencia depende de su defensa

Ana Bernal-Triviño lleva más de una década defendiendo el derecho de las mujeres 
Ana Bernal-Triviño ha estado abogando por los derechos de las mujeres por más de diez años. Linkvids

Herederas de la democracia

Una última reflexión flota en este encuentro, representando un pacto entre generaciones: dialogar para consolidar lo dicho; rememorar para evitar la repetición de lo ignorado; sufragar para que el porvenir no se reconfigure sin la participación femenina. 

“Las que somos hijas de esta democracia, a pesar de todas las adversidades y de la violencia que también sufrimos ahora por sostener este discurso, no nos vamos a callar”, concluye. “Porque las próximas generaciones merecen la misma libertad que nosotras”.

Las hijas de esta democracia no callarán ante adversidades y violencia por sostener este discurso.

Ana Bernal-Triviño

Doctora en Periodismo

Y quizás así se capta mejor la propuesta de este aniversario: examinar el pasado no para anclarse en él, sino para entender el presente y salvaguardar el futuro. En un sistema democrático, las acciones diarias —emitir un voto, manifestar una idea, elegir un destino— no son hábitos: son logros. 

Obras recientes de Ana Bernal-Triviño: La raíz del poder. Una historia de desigualdad (Espasa, 2025); No manipuléis el feminismo (Espasa, 2019); Las mujeres de Federico (Lunwerg, 2021); Los hombres de Federico (Lunwerg, 2022); Vuelve Federico (Lunwerg, 2023).