Seguramente más de un día se ha levantado con la piel radiante, con un cutis sin imperfecciones y con ese aspecto jugoso que aporta un efecto buena cara al instante, pero a los pocos días, y aunque sigue la misma rutina de cuidado, su estado cambia y detecta un rostro sin luz.
No, no es problema de los productos que utiliza sino del ciclo menstrual. “A lo largo del mes, los niveles de estrógeno, progesterona, testosterona y cortisol oscilan de forma natural, alterando la producción del colágeno, el sebo, la hidratación y la respuesta inflamatoria. Por eso hay semanas en las que la piel luce radiante y otras en las que se muestra más apagada, ‘sucia’, sensible o con tendencia a brotes de acné”, señala la doctora en Biomedicina, Sanja Zivanovic.
La menstruación afecta al estado de la piel
La fundadora de Skin Molecule X explica cómo las hormonas tienen una relación directa sobre la calidad del colágeno y en cómo la piel se defiende de las agresiones externas y se repara a lo largo del mes. “Entender ese ritmo biológico nos permite cuidarla mejor, desde el interior”, afirma.
En la semana de la menstruación, las hormonas se encuentran bajo mínimos y los niveles de estrógenos y progesterona descienden. La piel se nota mucho más seca, apagada y sensible y tiene menor tolerancia a activos potentes como el retinol, mientras que el organismo está inflamado y se experimentan cambios de ánimo por el descenso de la serotonina. “En esta fase recomiendo fórmulas calmantes y mucha hidratación. La barrera cutánea está más vulnerable y hay que reforzar con activos hidratantes y ceramidas”, dice la experta.
En la semana 2, la fase folicular, los estrógenos empiezan a subir y estimulan la síntesis de colágeno y ácido hialurónico. En esos días el ánimo ya cambia y hay mucha más productividad y energía, algo que también se nota en la piel, que tiene una textura más afinada y suavizada, los poros están controlados y aparece ese efecto glow natural tan deseado. “Los estrógenos actúan como un cosmético biológico, ya que mejoran la elasticidad y la firmeza. Aprovechar esta semana para darle a la piel y al organismo vitamina C y antioxidantes es lo ideal”, aconseja Zivanovic.
En la semana 3, la de la ovulación, se produce un importante pico de estrógenos y una ligera subida de la testosterona. Es en este momento cuando la piel está mucho más luminosa, pero también puede aparecer algún granito o tener mayor sensibilidad ante los contaminantes. En cuanto al organismo, la libido está más elevada y aumenta la temperatura corporal. “Es un buen momento para recurrir a exfoliaciones suaves y a activos iluminadores ya que la piel responde mejor a los tratamientos en esta fase”, indica la fundadora de Skin Molecule X.
La semana de la ovulación es un buen momento para recurrir a exfoliaciones suaves y a activos iluminadores”
Finalmente, en la semana 4, la fase lútea/premenstrual, la progesterona aumenta e influye directamente en la producción de sebo. Aquí es cuando los poros son mucho más visibles, hay mayor retención de líquidos y aparecen brotes de acné. Además, se experimenta una mayor irritabilidad a consecuencia del cortisol, se tienen antojos y se notan los pechos mucho más sensibles. “En este periodo van muy bien muy activos como la niacinamida o el zinc. La progesterona engrosa ligeramente la piel y puede obstruir los poros, pero no es acné ‘sucio’, es biología”, expone.
Skin Fórmula de Skin Molecule X (49,90 euros, 9 viales)
Más allá del cuidado de la piel con los activos indicados, Zivanovic recomienda apostar por la suplementación, ya que es un gran aliado para ayudar a renovar la piel, especialmente el colágeno, que aporta firmeza, elasticidad y una mayor capacidad de reparación.
Ácido Hialurónico Complex con Colágeno de Solgar (59,26 euros)
“Cuando los estrógenos bajan, se ralentiza la producción de colágeno y aumenta la inflamación. Por eso vemos peor la textura de la piel y un tono más irregular”, concluye la profesional.


