El aceite facial, un producto genial que la industria aprendió del camerino de las actrices
Cosmética
El aceite limpiador se consolida como una de las mejores propuestas de higiene respetuosa, y rompe el mito de ser solo apto para pieles secas. Byphasse permite que esta excelencia resulte accesible a todos los públicos
El aceite limpiador facial ofrece una higiene respetuosa y accesible
Hace más de diez años, tal vez quince, cuando en las entrevistas a actrices y personajes públicos que incluían preguntas sobre “cuidado personal y belleza”, a veces me sorprendían con respuestas que hablaban del uso del aceite para el cuerpo, válido para bebés (y para muebles, este es mi secreto mejor guardado hasta el momento), como limpiador facial infalible. Por pura intriga las periodistas decidimos probarlo y pudimos comprobar cómo arrastraba de maravilla los restos de maquillaje sin dejar que la piel se resecase.
Fui testigo, después, de los lanzamientos de muchas de las marcas de cosmética que más me gustaban: los limpiadores en aceite y la narrativa de la doble limpieza inundaba el mercado. Estos limpiadores incorporaban, a diferencia de aquellos infantiles que usaban las entrevistadas, ingredientes más acordes a la piel de la cara.
Los aceites limpiadores tengan una capacidad casi intuitiva para disolver impurezas sin alterar la barrera cutánea
La historia de estos cosméticos se ha contado mil veces como si hubiese comenzado en Corea y hubiese sido imitado por el resto del mundo. Pero la verdad es que en los camerinos ya se sabía y el porqué es muy simple: la piel responde bien a aquello que imita su propia lógica bioquímica. La regla es conocida y, sin embargo, sigue sonando a truco de backstage: el aceite disuelve el aceite . En términos estrictamente científicos, las sustancias lipófilas, -como el sebo, los filtros solares grasos o los pigmentos del maquillaje,- se solubilizan mejor en otros lípidos que en tensioactivos agresivos. De ahí que los aceites limpiadores tengan una capacidad casi intuitiva para disolver impurezas sin alterar la barrera cutánea.
Aceite desmaquillante de la marca
Esa barrera, formada por una mezcla precisa de lípidos epidérmicos, es la primera línea de defensa contra la irritación. La corrosiva obsesión por “sentir la piel completamente limpia”, que durante años legitimó espumas decapantes y tónicos alcohólicos, no hizo sino debilitarla. El aceite, en cambio, parece obedecer un principio de reconciliación: limpia sin arrasar, desliza sin fricción, preserva sin renunciar a la eficacia. Estudios dermatológicos coinciden en que tienden a minimizar la pérdida transepidérmica de agua y reducen el riesgo de irritación en comparación con limpiadores tradicionales, especialmente en pieles sensibles. La ciencia, de vez en cuando, coincide con las actrices.
En este paisaje, las marcas fueron afinando fórmulas, texturas y narrativas sensoriales. Si los primeros aceites corporales reciclados como limpiadores faciales eran casi una travesura cosmética, la llegada de los diseñados específicamente para el rostro supuso un giro técnico. Ingredientes más ligeros, emulsionantes mejor calibrados, activos antioxidantes… una especie de alfabetización química que transformó un truco doméstico en un gesto de cuidado sofisticado.
Puede presumir de haber ganado el certificado vegano V-Label
Con vitamina E
Y entre ellos hay uno especialmente interesante por su fórmula y por su accesibilidad (el precio recomendado es de solo 3,99 euros). El aceite limpiador de Byphasse, adopta buena parte de esta evolución contemporánea: su fórmula combina once aceites vegetales diseñados para limpiar sustancias grasas como el exceso de sebo y el maquillaje. Promete esa alianza venerada: eficacia sin agresión. La textura es ligera y sedosa, apta para rostro, ojos y labios, - incluso si llevan maquillajes resistentes o waterproof-, y deja la piel limpia e hidratada, sin sensación grasosa.
Su tecnología le permite arrastrar los restos de maquillaje con sorprendente facilidad. Está formulado con vitamina E, conocida por sus propiedades antioxidantes, y presume de alta tolerabilidad es apto para todo tipo de pieles, incluso las más sensibles. Y puede presumir de haber ganado el certificado vegano V-Label.
Aplicar sobre las yemas de los dedos humedecidas, masajear y aclarar
Quizá, al final, la historia del aceite limpiador sea la historia de cómo aprendimos a tratar a la piel con menos castigo y más intuición. De cómo hacer de la rutina cosmética algo muy amable. Tal vez por eso aquellas actrices de hace quince años sonaban tan convencidas: habían descubierto una verdad sencilla que nosotros tardamos en comprender. Como tantas veces en la vida, a veces quien más sabe, es quien experimenta en casa… o en el camerino.