El factor que afecta a la salud de los más jóvenes y que pasa totalmente desapercibido, según un estudio desarrollado durante más de 14 años
Bienestar
Investigadores de la Universidad de Colorado han podido demostrar cómo los adolescente
Ser adolescente ya es un factor de riesgo por sí mismo, pero existen más que pueden afectarles.
El clima está evolucionando y, aunque todavía exista quien se empeñe en negarlo, el aumento y descenso dramático de las temperaturas como consecuencia del cambio climático continúa. Lo que nadie esperaba, sin embargo, es que esto podría tener efectos negativos en más aspectos de lo que pueda parecer. Por ejemplo, en la salud mental.
Los investigadores continúan notando cambios en los patrones del clima, así como los científicos descubren cómo estos afectan al bienestar de la población en general. En las conversaciones sobre salud mental, el clima no suele ser un factor a tener en cuenta, pero nuevos hallazgos revelan que las condiciones ambientales, principalmente las fluctuaciones de temperatura, desempeñan un papel fundamental en la formación de los estados emocionales y psicológicos. Es más, estas investigaciones desvelan algo aún más importante: el clima importa cuando se trata de la salud mental de los adolescentes.
Los castigos pueden resultar humillantes para los adolescentes, y lejos de reflexionar sobre su actitud, puede llevarles a reincidir y entrar en una espiral de venganza.
Esto es precisamente lo que se extrae de un estudio desarrollado por el Doctor Jesse D. Berman, epidemiólogo ambiental y colaborador de la Universidad de Minneapolis (EE.UU) junto a su equipo. El proyecto, desarrollado durante 14 años y con una muestra que representa a 100,4 millones de personas, fue publicado en la revista especializada Environmental Research.
El calentamiento global y la degradación del medio ambiente pueden provocar trastornos de ansiedad y depresión, sobre todo entre los más jóvenes. Según Berman, la evidencia muestra que una mayor irritabilidad y fatiga acompañaron a alteraciones de la concentración cuando se dan niveles altos de temperatura durante estas condiciones.
El clima también puede afectar a los patrones del sueño.
El papel de los profesionales de la salud y la ciencia también consiste en implicar activamente y alertar al mundo político sobre este problema, al que a menudo se resta importancia, apunta Berman.
El aumento de las temperaturas está provocando un aumento de las hospitalizaciones por trastornos psiquiátricos, además de las consultas por urgencias, que también tienden a aumentar durante las épocas de olas de calor.
Se desconocen los vínculos entre el calor y la mala salud mental, aunque sí se baraja una hipótesis: el aumento de las temperaturas pueden bajar el estado de ánimo, haciendo que las personas se sientan más irritables y estresadas; o alterar los patrones de sueño, empeorando sus problemas de salud mental.
Es fundamental comprender los impactos ambientales para que sea posible hacer que los jóvenes sean más resilientes
El cambio climático, además, provoca otro efecto inesperado: el aumento de los niveles de alérgenos y contaminantes, lo que significa en un declive de la calidad del aire y un detrimento en negativo hacia la salud mental, en particular a la depresión y la ansiedad, que tienden a aparecer con mayor frecuencia en la transición de los jóvenes a la edad adulta.
Es importante aprender y tratar de educar a los jóvenes en la resiliencia.
Lo curioso es que la investigación que se hizo a propósito de analizar cómo el papel del ambiente y el clima jugaba con las conductas violentas. Los delitos violentos también se correlacionan bien con condiciones de niveles altos de temperatura, como se mencionó anteriormente; Estos pueden servir para aumentar las influencias y perturbaciones del comportamiento a través del estrés ambiental.
El problema, no obstante, es que aunque reduzcamos las emisiones y alcancemos los objetivos mundiales de cero emisiones para 2050, muchos de los efectos del calentamiento global son ya irreversibles. Por lo tanto, para proteger la salud de la población en el futuro es esencial que también nos adaptemos al cambio climático en curso.