La psicóloga Elizabeth Clapés ha vuelto a sorprender a sus seguidores con una profunda reflexión enfocada en cómo podemos poner límites efectivos de manera fácil y eficaz a aquellas personas que nos rodean, especialmente si tienen comportamientos abusivos hacia nosotros.
Y es que muchas veces olvidamos que tenemos el derecho y la responsabilidad de proteger nuestro espacio, y para ello es fundamental poner límites. Algo que nos ayudará a mantener relaciones saludables. Sobre este asunto se pronuncia hace unas horas la experta en sus redes sociales, donde desvelaba la técnica perfecta para poner límites.
En un pequeño fragmento extraído de uno de sus últimos directos, Elizabeth Clapés hablaba alto y claro cómo poner límites, pero sobre todo de cómo actuar cuando alguien no respeta nuestro 'no'.''El efecto disco rayado para mí es la técnica más maravillosa del mundo'', comenzaba diciendo la psicóloga. ''Tú no has invertido energía en respetar mi límite, pues yo no voy a invertir mi tiempo en explicarte las cosas'', declaraba.
Para profundizar más en el tema, la especialista ponía como ejemplo aquellas personas que insisten en pedirnos cosas, ya sea dinero o favores, cuando ya les hemos dejado claro nuestros límites. ''Yo te puse mi límite y tú me has vuelto a fallar, por ejemplo, me pediste dinero hace un tiempo y te dije que no y me lo has vuelto a pedir hoy. Pues si tú no has invertido energía en entender y respetar mi límite y has preferido ignorarlo y volver a pedir dinero, yo tampoco te voy a volver a explicar las cosas y te voy a decir lo mismo. Misma petición, misma respuesta'', explicaba.
Dinero en efectivo.
Según la psicóloga, esta técnica pone en práctica la llamada 'economía del esfuerzo'. ''Tú el esfuerzo ya lo hiciste hace unos meses cuando pusiste el límite por primera vez'', aclaraba. Por este motivo, la experta aconseja no dar explicaciones a este tipo de peticiones cuando ya hemos puesto nuestros límites.
''Esa persona no se ha tomado ninguna molestia, tampoco en que tus explicaciones haya servido de nada, entonces, ¿para qué vas a volver a esforzarte? Ya hiciste el esfuerzo una vez. Tu respuesta siempre tiene que ser la misma porque si le das información le permites entrar. La información es una puerta de entrada hacia las personas. Por ello, cuanta menos información le das, más le cierras la puerta'', sentenciaba.

