Loading...

Patricia Ramírez, psicóloga: “Aprendemos desde la infancia a asociar la comida con consuelo emocional”

Salud mental

La especialista llama la atención sobre cómo mucha gente suele recurrir a comer para camuflar sentimientos negativos como la tristeza o la frustración

Patricia Ramírez da tres trucos para acabar con el denominado “hambre emocional”.

Patri Psicóloga (captura)

Vivimos en un momento social en el que es prácticamente imposible ser capaz de gestionar correctamente las emociones. Básicamente, porque no se tiene tiempo para dar una respuesta a todos los estímulos que se reciben al cabo del día. Nuestro cerebro recibe señales constantemente y ha de hacerse cargo de dar respuestas psicofisiológicas sin descanso a todo lo que está sucediendo en nuestro interior y exterior.

En esta sociedad, además, parece que se premia el estar ocupado, ser productivo y triunfar por encima de todo. Es por ello que más personas manifiestan estar sobrepasadas por emociones tan negativas como el miedo o la rabia, que aparecen cuando lidiamos con situaciones cargadas de estrés o muy desagradables.

¿Tienes hambre o comes por consuelo?

Getty Images/iStockphoto

En esos momentos, muchos recurren a la alimentación. Desde que somos niños, se establece un fuerte vínculo emocional con la alimentación. La comida que se recibe cuando solo somos unos bebés supone nutrición, pero a medida que crecemos, la comida puede utilizarse para camuflar sentimientos negativos como la tristeza, la frustración, la angustia, el aburrimiento y la ansiedad.

Es lo que se conoce como “hambre emocional”, un tipo de alimentación desordenada que tiene un trasfondo psicológico. Quien lo padece busca en la comida -incluso sin necesidad de tener hambre-una forma de encontrar esas sensaciones agradables de las que carece, además de ser una manera de deshacerse de esas emociones negativas que le sobrepasan. Unas sensaciones que encuentra, aunque de manera efímera, porque la negatividad se multiplica gracias al sentimiento de culpa que le sobreviene tras comer.

Patricia Ramírez da tres trucos para acabar con el denominado “hambre emocional”.

Patri Psicóloga (captura)

La popular psicóloga Patricia Ramírez habla precisamente sobre este tipo de desorden de la conducta alimentaria en una de sus últimas reflexiones en sus redes sociales, donde explica cómo el cortisol es la principal hormona responsable en este fenómeno.

“El estrés activa el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, liberando cortisol, una hormona que puede aumentar el apetito y la preferencia por alimentos ricos en grasas y azúcares, conocidos como “comida reconfortante”. Este tipo de alimentos activa el sistema de recompensa del cerebro, proporcionando una sensación temporal de alivio emocional”, explica, añadiendo que también otros factores psicológicos y sociales influyen en esta respuesta.

Ramírez: “El estrés libera cortisol, una hormona que puede aumentar la preferencia por alimentos ricos en grasas y azúcares”

Ramírez también añade que “personas que han aprendido desde la infancia a asociar la comida con consuelo emocional pueden recurrir a ella en momentos de estrés”; así como “ quienes han seguido dietas restrictivas pueden experimentar una pérdida de control alimentario bajo presión emocional”.

Por ello, la especialista da tres herramientas psicológicas sencillas de seguir para tratar de controlar y gestionar estas emociones negativas que provocan que muchos recurran a la comida en momentos de estrés.

Tres trucos para acabar con el 'hambre emocional'

1. Identifica el hambre emocional vs. Hambre real.

2. Usa el “Diario de emociones y comida”. La especialista recomienda llevar un registro de lo que comes y anotar cómo te sientes al comer. “Te ayuda a identificar patrones”, asegura.

3. Técnica de la pausa de 10 minutos. “Cuando sientas un impulso por comer, haz una pausa de diez minutos: sal a caminar, respira profundo, medita… Se trata de dar tiempo a la mente para que pase el impulso. En ocasiones, cuando uno espera un poquito, a menudo el deseo disminuye”.