Marian Rojas Estapé, psiquiatra: “El envejecimiento en los genes cargan el arma, pero es el ambiente el que aprieta el gatillo”

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La popular especialista habla de los secretos de la longevidad y por qué existen diferencias entre las personas

La psiquiatra asegura que la longevidad depende de los genes, pero también de la actitud.

La psiquiatra asegura que la longevidad depende de los genes, pero también de la actitud.

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Es la eterna pregunta: ¿Cómo es posible que algunas personas con 60 años parezca que siguen teniendo apenas 30? ¿Genética o un secreto mejor guardado que el escondite del Santo Grial? Mucho se habla del tiempo y sus efectos, del envejecimiento, de cómo se podrían combatir las primeras marcas de la edad en la piel.

Algunos muestran arrugas, otros una inmensa vitalidad. ¿Cuestión de genética o influyen otros factores? Sobre eso mismo reflexiona la popular psiquiatra Marian Rojas Estape en una de sus últimas publicaciones en redes sociales, en donde plantea que además de los genes, elementos como la alimentación, la mentalidad o quizá algo más profundo podrían ser determinantes en la longevidad.

15 - 01 - 2019 / Barcelona / Marian Rojas Estape - La Contra Victor Amela / Foto: Llibert Teixido

Marian Rojas Estape: “¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas lucen jóvenes a los 60 y otras parecen mayores a los 30?”.

Llibert Teixido / Guayana Guardian

“Piensa en dos personas: una muestra un rostro marcado, cabello encanecido y una postura que denota cansancio; la otra irradia energía, tiene una piel luminosa y una actitud que contagia entusiasmo, que marca esa diferencia”, dice. Dos ejemplos de que el tiempo no actúa igual en dos personas, como así ha demostrado la ciencia en los últimos años, con investigaciones en el campo de la neurobiología o la endocrinología.

Para Estapé, el envejecimiento va más allá del paso del tiempo; es elegir la forma de vivir cada día. “El envejecimiento, aunque inevitable, no sigue el mismo ritmo en todos. Es un proceso biológico que si bien afecta a cada uno, lo hace de formas notablemente distintas”, explica la psiquiatra. 

Una velocidad que la determina nuestra genética y, por ende, la composición de nuestro organismo, la inflamación crónica y el posible daño oxidativo de nuestras células; unos factores que, como indica la especialista, son determinantes en el envejecimiento de la mayoría de las personas.

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“No todo está predeterminado por nuestro código genético”, advierte. “Hay otro campo que ha revolucionado nuestra comprensión del envejecimiento: la epigenética, que estudia cómo nuestros hábitos, emociones y entorno pueden activar o silenciar genes específicos; es decir, aunque heredemos ciertos genes, nuestro estilo de vida puede decidir si se expresan o no”, revela.

Según explica la psiquiatra, ahí es donde entran en juego los telómeros, las estructuras que protegen los extremos de nuestros cromosomas. “Con cada división celular, estos telómeros se acortan y cuando se vuelven demasiado cortos la célula envejece o muere”, indica la especialista, que señala que factores como no dormir bien, comer mal o el estrés pueden acelerar ese proceso de degradación.

Marian Rojas Estape: “En ese equilibrio entre genética y hábitos se encuentra una de las principales claves para entender y quizá ralentizar nuestro propio reloj biológico”

“El tiempo no se mide en arrugas o canas, también se siente, se ve o se cree”, insiste Rojas Estape. “El cerebro humano no es un mero espectador del paso de los años, es también un participante subjetivo. La genética, el entorno, los hábitos y la mente; los genes cargan el arma, pero es el ambiente quien aprieta el gatillo. Hay un mapa con posibles rutas, pero los hábitos determinarán el final”.

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¿Estamos obsesionados con el envejecimiento o con la estética?

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Para la especialista, es igual de importante la verdadera edad como la edad que uno se sienta. “Puede tener efectos fisiológicos reales”, asegura, apostando por una visión más entusiasta de la vida, una dieta más saludable, ejercicio, evitar los tóxicos, descansar bien… Todo lo posible para ser feliz, combatiendo de paso el exceso de estrés y la famosa hormona cortisol. 

“Una mente aguda, un sentido del humor intacto; la forma en que pensamos, sentimos y nos relacionamos con la vida también puede alterar el modo que el tiempo hace efecto en nosotros”.

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