Hugo Hernández, psicólogo experto en relaciones:“La verdadera seducción para mí es el arte de tomar la iniciativa”

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Sostiene que seducir no es una cuestión de estrategias ni de juegos de poder, sino de atreverse a propiciar encuentros reales desde la iniciativa personal

El psicólogo Hugo Hernández explica por qué tendemos a idealizar las personas que nos gustan: “Inconscientemente pensamos que son buenísimas”

Hugo Hernández, psicólogo especializado en atracción personal:  “Nadie te pone en la friendzone, lo haces tú mismo”.

Hugo Hernández defendió que el atractivo emocional surge cuando alguien se implica activamente

Tiene Sentido Pódcast (captura)

Es mejor lanzarse que quedarse esperando. A veces, el paso más atractivo no es el que se da con más seguridad, sino el que se da primero. En el terreno de las relaciones, actuar sin garantías puede generar más conexión que cualquier estrategia bien pesada. La clave está en moverse, no en acertar. Y ahí entra en juego algo tan simple como dar el primer paso.

Durante una charla en un pódcast sobre relaciones afectivas, el psicólogo Hugo Hernández dejó clara su visión al respecto al explicar que para él la seducción consiste en crear momentos de encuentro y dar el paso inicial. “La verdadera seducción para mí es el arte de tomar la iniciativa”, afirmó al referirse a cómo se puede fomentar el interés mutuo sin convertir el vínculo en una competición o una táctica de conquista.

Interacción auténtica

Seducir tiene más que ver con atreverse que con impresionar a toda costa

Lejos de esquemas de control o frases memorizadas, propuso una imagen clara para entender qué ocurre cuando dos personas se conocen. Usó la idea de una fuerza invisible que genera atracción o rechazo sin necesidad de imponer nada: “Cuando me acerque a una persona que es compatible conmigo, nos vamos a unir y cuando no es compatible, nos vamos a repeler”. Lo importante, según detalló, no es conseguir caer bien a toda costa, sino dar el paso necesario para comprobar si hay una conexión auténtica.

A lo largo de su intervención, subrayó varias veces que intentar gustar de forma forzada es una de las trampas más habituales en una cita. Frente a eso, apostó por un enfoque que pone el foco en cómo se siente uno mismo durante la interacción: “Lo peor que puedes hacer cuando vas a una cita es intentar gustar a la otra persona”. Desde su experiencia, resulta más valioso mostrarse sin intentar encajar en expectativas ajenas y ver qué surge a partir de ahí.

Su planteamiento no elimina el miedo al rechazo, pero lo sitúa como parte del proceso. En sus palabras, lo importante es atreverse a generar la oportunidad sin exigir un resultado concreto. Para él, dar el primer paso no garantiza que algo funcione, pero sí es la única manera de saber si hay algo real.

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