La gripe, tal y como la define la Universidad Médica de Navarra, es “una enfermedad infecciosa aguda, que afecta al aparato respiratorio y produce también una serie de síntomas generales característicos”. Se trata de una de las condiciones médicas más habituales en las estaciones de frío y cambios bruscos de temperatura, como podría ser el caso de la primavera. Uno de los fármacos más utilizados para combatirla, a nivel analgésico y antiinflamatorio, es el ibuprofeno.
Sin embargo, este puede provocar confusiones a la hora de tomarlo, principalmente por la potencia de su dosis. Así lo ha comentado Elena Monje, más conocida por sus canales de divulgación en redes sociales: inFARMArte. La farmacéutica compartía con sus seguidores de TikTok un detalle fundamental a tener en cuenta antes de visitar la farmacia: por mucho que dos medicamentos puedan tener efectos similares, no son igualmente efectivos.
“¿Qué crees que es más potente, un paracetamol de 500 miligramos o un ibuprofeno de 400 miligramos? Si has pensado en el paracetamol porque tiene más miligramos, déjame decirte que no. No se pueden comparar las dosis de dos medicamentos con principios activos diferentes. Es como comparar un litro de agua con un litro de gasolina. Aunque tengan la misma cantidad, no tienen las mismas funciones”, desvelaba.
“Y esto os lo cuento porque justo hoy ha venido una paciente diciéndome que un miligramo de Lorazepam le parece muy fuerte, comparado con lo que se toma su madre de Alprazolam, que es 0,5. Con eso le basta. Y aquí está el problema, porque tú cuando comparas los principios activos, los miligramos ya no equivalen a potencia porque cada uno tiene su manera de actuar en el cuerpo”, remarcaba ante la cámara.

El ibuprofeno conlleva mayores riesgos que el paracetamol al ser un antiinflamatorio
Diferencias notables
“En este caso, un miligramo de Lorazepam no es más fuerte que 0,5 miligramos de alprazolam. De hecho, el alprazolam es más potente. Así que ya ves que en farmacología no siempre más dosis significa más potencia”, concluía. En líneas similares, la doctora Isabel Viña, especializada en Endocrinología y Nutrición, descubría la capacidad del ibuprofeno para provocar insomnio a sus pacientes.
“Entre los mecanismos de acción de estos fármacos está la disminución de las prostaglandinas, entre ellos y lo que nos compete en este vídeo, la disminución de la prostaglandina D2. Esta molécula es fundamental, entre otras cosas, para la regulación de los ciclos de sueño. Por tanto, cuando el ibuprofeno disminuye exageradamente esta molécula, esta prostaglandina, se afectan esas fluctuaciones que tienen que haber en las moléculas que nos permite dormir y aparece el insomnio o la dificultad para mantener el sueño”, apuntaba.