Guillermo Rodríguez Navarrete, nutricionista: “Con ensaladas prefabricadas, cuidado: ninguno de estos aceites tiene que entrar en tu cuerpo”

Optar por comer una ensalada es una de las decisiones más saludables que uno puede hacer, pues aporta muchos beneficios para el organismo. Las ensaladas suelen incluir verduras y hortalizas cargadas de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y antioxidantes; además de ser una gran fuente de fibra, esencial para una buena digestión y control de niveles de colesterol y glucosa en sangre.

Ahora bien, no todas las ensaladas son iguales. Sobre esto llama la atención el nutricionista Guillermo Rodríguez Navarrete “Nutrillermo”, que avisa de todos los ingredientes poco o nada saludables que uno se puede encontrar en una ensalada preparada de esas que se pueden comprar en cualquier establecimiento, lista para comer.

Como comienza avisando el especialista, estas ensaladas prefabricadas pueden ser menos saludables porque, aunque contienen vegetales, muchas veces incluyen conservantes, aderezos altos en grasas saturadas, azúcares añadidos o sodio en exceso. De hecho, para comprobarlo, muestra en uno de sus últimos vídeos en su canal de YouTube, que acumula más de 314.000 seguidores, un ejemplo gráfico con dos de estos productos.

De lo primero que advierte el nutricionista es de las salsas que incluyen. “Con lo primero que tienes que tener cuidado es con la bofetada que te pega el primer olor. Huele a rayos”, advierte. “Lo mejor es que tú te hagas la ensalada, pero si algún día tienes que caer con una de estas, el aliño siempre aparte”, aconseja.

Según Navarrete, las salsas incluidas en este tipo de ensaladas suelen estar cargadas de aceites vegetales. “Normalmente los ingredientes vegetales son los últimos ingredientes. Están llenos de aceite de soja, cochinadas sin grasa, almidones, gomas…Con ensaladas prefabricadas, cuidado: ninguno de estos aceites tiene que entrar en tu cuerpo. Todo inflamatorio. Quítalos de enmedio”, recomienda. “A los que dice que cómo se la van a comer sin la salsa, la pregunta es cómo se la van a comer con ella”.

En las ensaladas con legumbres, el nutricionista recomienda retirarlas, pues serán protagonistas de una tarde segura de gases innecesarios. “¿Para qué los quieres?”, pregunta. “Si quieres, cómete una buena fabada rica, con chorizo o morcilla, no esto. Los maíces, seguro que son transgénicos”.

De los pocos ingredientes que “salva” en este tipo de ensaladas: el queso y el pollo, aunque también mira de reojo a la carne, pues “seguro que tiene alguna cochinada en el adobo, pero bueno”.

Los vegetales también se encuentran en su punto de mira, pues los pesticidas con los que actualmente se tratan los vegetales le hacen mirar con sospecha los incluidos en este tipo de productos. “No se van a encontrar una gran fuente de nutrientes en las hojas”, dice.

En su lugar, recomienda preparar una ensalada rápidamente con los ingredientes que han quedado y tres añadidos muy sencillos: un poco de atún en aceite, medio aguacate y un huevo duro.

En la otra muestra, el nutricionista se encuentra incluso cantidades innecesarias de azúcar en su salsa. “¡Premio!”, exclama. Además, sustituye espinacas por la lechuga tipo iceberg. “No hay nada de malo con que comamos esto un día, pero no todos los días”, insiste. “Las espinacas no son como las pintan. Popeye, seguramente, murió de una indigestión”.

Por eso, es mejor preparar ensaladas frescas en casa cuando sea posible y, de ser posible, con ingredientes de calidad. “Mete cosas en tu cuerpo que merezcan la pena”.