Nuestra sociedad está acelerada. Vivimos en una constante carrera contra el tiempo, impulsados por la tecnología, la productividad y la necesidad de estar siempre conectados. Una velocidad que nos lleva a priorizar la inmediatez sobre la reflexión, y por la que muchas veces sacrificamos el descanso, la presencia y la calidad de nuestras relaciones.
Queremos cumplir con agendas llenas y metas constantes; llevamos un ritmo vertiginoso y, en consecuencia, es demasiado fácil sentir ansiedad, agotamiento y desconexión personal. Unas circunstancias que refleja una cultura que valora más el hacer, el desear y el poseer que el ser.

Patricia Ramírez, con Carlos Roca.
Sobre los valores que imperan en nuestra sociedad actualmente han charlado Patricia Ramírez, más conocida como Patri Psicóloga en las redes sociales; y Carlos Roca, anfitrión de Roca Project, que profundizan en cómo los valores más básicos también son los más difíciles. Unos valores que pueden aplicarse de forma práctica y realista, para así poder conseguir la transformación personal real.
“Los jóvenes ahora buscan ser millonarios que ser felices. No todos, hay mucho joven comprometido”, matiza la especialista. “Pero es verdad que en este momento tecnológico en el que se busca esta aprobación y esta validación de la persona a través de las redes; la gente quiere esta cultura de lo fácil, de a ver de qué manera puedo conseguir ese dinero fácil”.

Patricia Ramírez, con Carlos Roca.
La psicóloga insiste en que, hoy en día, se le da un protagonismo excesivo a valores como el consumismo y el materialismo. “La felicidad es el camino, no el destino. Se basa en el disfrute, la satisfacción y el propósito”, sentencia, citando al experto en felicidad de la Universidad de Harvard Arthur Brooks.
Pero hoy en día, dado cómo vivimos, parece que no podemos parar a disfrutar ni a experimentar. “Es importante que generemos recuerdos. Hay que invitar a los jóvenes a disfrutar de esas interacciones para que den un valor y pongan el foco en esas experiencias. Al final del día es lo que nos queda”, insiste Ramírez.
Ramírez: “Hay gente que fantasea a lo grande, pero la impaciencia hace que lo queramos todo y lo queramos ya”
La psicóloga también insiste en el valor del trabajo y el esfuerzo, además del propósito o la huella que queremos dejar en la vida. “Esa sonrisa, o ese ayudar a esa persona que va un poco más lenta, ahí está la felicidad”.
También en saber parar. Como personas viviendo una existencia tan acelerada, debemos aprender a tomarnos un descanso. Ramirez lamenta: “Hemos convertido la prisa en una filosofía de vida y ya no se trabaja en el hogar, con los niños, la paciencia”.

Patricia Ramírez, con Carlos Roca.
Una característica que, según Ramírez, es imprescindible que aprendan desde pequeños. “Muchos niños, igual no necesitan nada urgente, pero interrumpen una llamada de teléfono de su madre, que por no escucharlo gritar y que no se frustre le complace cuelga el teléfono y le atiende primero”, explica.
“Yo creo que es importantísimo que como sociedad y familia enseñemos a nuestros hijos la tolerancia a la frustración. No siempre las cosas salen como a ti te gustaría. Tenemos que trabajar la aceptación. Aunque inviertas un esfuerzo, no siempre saldrá el resultado, pues no todos los resultados dependen de uno mismo”.
Ramirez insiste: “Si no les enseñamos a esperar, esta gente va a salir a la vida queriendo que todo sea de forma inmediata. Esto nos convierte en una sociedad impulsiva, poco imprudente y maleducado, que además no sabe lidiar con emociones incómodas de la vida”.