Si bien todos pensamos que llorar es desahogarnos, hay ocasiones en las que puede significar que algo no va bien. Pero, no a nivel físico, sino emocional. Sacar desconsoladamente nuestros sentimientos o, por el contrario, retenerlos, son dos caras de una misma moneda que necesitamos regular.
Así lo asegura la psicóloga Aina Ortiz en su perfil de Instagram, donde divulga acerca de salud mental para poder analizar cómo estamos realmente.
Consejos de especialista
Sentir la realidad
“Esto es algo que me sorprendió en mi propio proceso personal al empezar a entender cómo funcionaba nuestro cuerpo frente al dolor. Yo tenía entendido que llorar era sinónimo de sentir y que, obviamente, sentir siempre era beneficioso para la liberación del malestar”, cuenta la psicóloga en su perfil de Instagram.
Y es que, esto no es así del todo. La propia psicóloga lo descubrió con el tiempo. “Llorar no siempre es sinónimo de sentir”, asegura en la misma publicación. Si bien sentir el dolor y la tristeza es algo necesario en nuestra vida, hacerlo de forma obsesiva o exagerada puede llegar a no ser tan beneficioso.
Nuestro sistema nervioso es como una vasija; algunas personas tienen una olla grande y otras un dedal
Así lo cuenta Aina, “Nuestro sistema nervioso es como una vasija; algunas personas tienen una olla grande y otras un dedal. Si entendemos esta vasija como proporcional a nuestra capacidad de estar presentes con el dolor, cuando esta vasija se desborda y ya no somos capaces de poder sostener la incomodidad, el cuerpo lo puede mostrar de diferentes maneras: con adicciones, pareciendo 'inmutable', no sintiendo nada o también con llanto incontrolable”, desvela a sus seguidores.
Ella se refiere a esta clase de 'lloro' como algo incontrolable. “Este es una manera más que tiene el cuerpo para no sentir. Parece que estemos sintiendo muchísimo, pero en realidad estamos disociados/as”, cuenta. Y es que, según ella, internamente, nos estamos diciendo: 'no puedo, 'no soy capaz', etc. “Estas frases indican colapso, es decir, no hay sensación de seguridad y de poder sostener'la situación”, defiende.
Avanzar
Un llanto saludable
“Para que podamos procesar una emoción o integrar un hecho, necesitamos sentir seguridad en el cuerpo primero y luego poder sentir lo que nos esté sucediendo con presencia”, cuenta la psicoterapeuta. Aunque, esto, tal y como asegura, es algo que, por suerte, podemos aprender y entrenar.
El llanto es como cuando bostezamos o cuando reímos. Hay una descarga y un alivio que perdura
“El llanto puede ser también una forma de descarga y de integración”, afirma. En este caso sentimos que podemos descansar y rendirnos en seguridad. “Es como cuando bostezamos o cuando reímos. Hay una descarga y un alivio que perdura”, confirma Aina.
“Sin embargo, el llanto “incontrolado” del que hablo puede dejarnos una sensación de relajación pero por agotamiento”, concluye.
