Cuando se rompe una relación, quien más, quien menos, todo el mundo sufre una etapa de duelo. Esa persona con la que se han compartido tantos momentos felices, de un día para el otro, ya no está en tu vida, o al menos no de la misma forma. Y, dependiendo de cómo haya sido la relación y la ruptura, puede ser un momento muy complicado para la salud mental de algunas personas.
Es un momento de mucho dolor e incluso de dudas para algunas personas. Muchas incluso tienen la tentación de volver a contactar con sus exparejas para volverlo a intentar. Y otras, en cambio, se dan cuenta de lo mal que lo han pasado y se castigan a sí mismas por haber dejado que les tratasen mal.
Sobre muchos de los pensamientos que pueden aparecer tras una ruptura amorosa habla la psicóloga Ángela Fernández en una reciente publicación en redes sociales. En el vídeo, desmonta muchas ideas equivocadas que se pueden tener sobre las rupturas.
“Que una relación termine no significa que esas personas no se quieran o que no hayan existido buenos momentos. Terminar con una relación tampoco se tiene que ver como un fracaso, porque quizás esa ruptura es priorizar tu bienestar”, empieza dejando claro la psicóloga.
Fernández continúa así: “Que una relación termine no significa que no vaya a funcionar con futuras parejas; no significa que con esa persona también se va tu capacidad para volverte a enamorar. Serán personas distintas, estarás en otro momento vital y llevarás contigo un montón de aprendizajes. Te enamorarás de una manera muchísimo más sana y consciente”, aclara.
Reacciones en redes
”¡Cuánta verdad! Muchísimas gracias”
“Que la relación haya terminado no significa que iniciarla en su día fuese un error”, deja claro Ángela Fernández, que explica que se encuentra a muchas personas en consulta que se preguntan por qué se fijaron en esa persona y se maltratan por “el error” que cometieron. “No significa que fuese un error, simplemente fue la decisión que tomaste desde tu 'yo' de ese momento. No te juzgues tanto; intenta comprenderte. Es muy fácil, una vez hemos salido de ciertos laberintos, ver la salida. De todo podemos aprender y disfrutar”, concluye la terapeuta.