Cristina Eguren, dermatóloga: “Nos estamos pasando de frenada con la skincare y la rutina cosmética puede arruinar la piel”
Cuidado de la piel
El uso simultáneo de exfoliantes, ácidos, retinoides y antioxidantes, sin supervisión ni indicación médica, está creando más perjuicios que beneficios
Cristina Eguren, dermatóloga: “Aunque parezca raro, es de vital importancia utilizar exfoliante cuando tenemos piel rosácea”
Cristina Eguren, dermatóloga
Un sérum con retinol no es una necesidad universal. Tampoco lo es una limpiadora con ácido glicólico ni una esencia fermentada coreana. La piel no responde mejor cuantas más capas se le apliquen, ni por seguir los pasos de una rutina que ha ido bien a otra persona con unas características concretas. La confusión se ha colado en el neceser y ha desordenado por completo el cuidado básico de la piel.
Cristina Eguren, dermatóloga y divulgadora habitual en redes sociales, alerta de que se ha perdido la medida con el cuidado facial. Desde su perfil en Instagram, donde acumula miles de seguidores interesados en salud dermatológica, afirma que “nos estamos pasando de frenada con la skincare y la rutina cosmética puede arruinar la piel”.
El problema no está en los productos en sí, sino en cómo se utilizan y en la cantidad de pasos que algunas personas llegan a acumular sin tener en cuenta su tipo de piel o su situación concreta.
Rutina
La mezcla sin control de activos se ha convertido en una práctica habitual
La tendencia actual gira en torno a la acumulación de fórmulas y activos. Se mezclan exfoliantes químicos, antioxidantes, ácidos y retinoides como si cada producto fuera imprescindible. Eguren sostiene que esa forma de consumo no solo no aporta beneficios reales, sino que puede generar problemas añadidos: “vemos consumidores totalmente desorientados comprando y utilizando productos sin ton ni son”.
Especialmente preocupante es lo que está ocurriendo entre adolescentes, que comienzan a aplicar rutinas muy elaboradas, copiadas de influencers o creadoras de contenido que no tienen formación sanitaria. A menudo utilizan activos potentes sin que existan indicaciones médicas ni necesidades reales. Como explica Eguren, “adolescentes con rutinas desadaptadas a sus necesidades” son cada vez más habituales en consulta.
Los efectos de este uso desordenado van desde irritaciones puntuales hasta desajustes en la barrera cutánea, sensibilidad extrema o reacciones en cadena difíciles de tratar. La dermatóloga insiste en que la cosmética debe ser una herramienta para el bienestar, no un foco de complicaciones.
En su mensaje deja clara la necesidad de cambiar el enfoque y advierte que “no hace falta una rutina de 10 pasos ni utilizar todos los ingredientes habidos y por haber”. Volver a lo esencial y buscar el equilibrio se ha convertido en una urgencia más que en una recomendación. La piel necesita coherencia, no sobreestimulación.