El verano es sinónimo de vacaciones, sol y aire libre, pero muchos insisten en que es una época difícil de sobrellevar. Odian el calor, el sudor, las noches sin sueño, la programación televisiva, las verduras de temporada y hasta el agua de las piscinas; anhelando sin remedio los climas más frescos. Sin embargo, ¿es verdaderamente esta época más agobiante que placentera?
“No odias el verano, odias tu vida en verano”. Con esta contundencia desmiente el doctor Álvaro Carmona a todos aquellos que dicen detestar la época estival. “No odias el calor, ni odias los 40 grados que te abofetean cuando sales a la calle. Lo que realmente odias es lo que hemos construido alrededor del verano”.
Sudor, calor, verano... Mucho odian la época estival.
Como bien señala con sus primeras palabras, el motivo de esta publicación del doctor Carmona es dar las verdaderas razones por las que muchas personas sienten realmente que su estación menos favorita es el verano, y todo tendría que ver con la organización urbana, que hace de la época estival algo insoportable.
“Odias el calor asfixiante que rebota en las fachadas de hormigón en avenidas sin sombra donde las únicas siluetas que se proyectan son las de las personas desesperadas en encontrar un refugio”, comienza.
El doctor Álvaro Carmona desglosa todas las razones por las que muchas personas podrían odiar el verano.
“No odias el verano. Odias la ciudad, que se ha convertido en un horno”, señala. “El cemento que se transforma en brasa debajo de tus pies. Odias la dureza de un sistema que te ha convencido de que esto es normal, que esto es lo aceptable”.
El sanitario insiste: “¿Sabes lo que odias realmente? La indiferencia con la que nos trata el sistema cuando sube la temperatura. La absoluta falta de empatía de quien, desde un despacho fresquito, mandando talar árboles de las avenidas, decide que nuestra salud vale menos que el dinero que otros ganan mientras sudamos nuestra dignidad”.
Hacer frente al verano en la ciudad se ha convertido casi en misión imposible.
Carmona continúa con su alegato, insistiendo en que no es odio hacia el verano en sí, sino que “odias no tener un lugar al que huir. Un refugio climático al alcance de todas las personas, porque hemos convertido la sombra y el agua fresca en privilegios económicos”, señala, añadiendo que “hemos convertido el verano en la ciudad en beneficios y privilegios no está diseñado para nosotros, para nuestro bienestar; sino para el bienestar económico del ministro económico de quienes nunca pisan las calles ardientes”.
Carmona: “Una ciudad no es una máquina de producir dinero, sino un lugar donde las personas deberían poder vivir, respirar y refugiarse”
El especialista hace hincapié en la problemática de la crisis climática. “¿De qué sirve crear conciencia medioambiental si continuamos levantando edificios que solo multiplican nuestra condena?”, lamenta.
“Lo que odiamos, en el fondo, es la falta de humanidad, la falta de cuidado”, insiste. “Una ciudad no es una máquina de producir dinero, sino un lugar donde las personas deberían poder vivir, respirar y refugiarse. Quizá, solo quizá, sería hora de que dejásemos de aceptar este calor inhumano como algo natural y exijamos ciudades donde el verano sea de nuevo una estación para disfrutar y no una sentencia para sufrir”.
