La mente humana posee un poder extraordinario: es capaz de imaginar mundos inexistentes, revivir recuerdos con una intensidad casi real y generar emociones profundas que moldean nuestra experiencia cotidiana. A través de la imaginación, podemos proyectarnos hacia futuros deseados o temidos; mediante la memoria, damos sentido a nuestro presente a partir del pasado; y, paradójicamente, esta misma capacidad mental puede ser fuente de insatisfacción, al compararnos constantemente con ideales construidos o momentos que ya no están.
Comprender cómo opera este poder interno es esencial para equilibrar nuestras emociones y vivir con mayor consciencia. De esto charlan Emiliano Bruner, biólogo y paleoneurólogo de homínidos, estudioso del cerebro y la evolución; y el comunicador Álex Fidalgo en su podcast, Lo que tu digas, a raíz de la publicación del nuevo libro del primero, La maldición del hombre mono (Editorial Crítica), con el que ambos comentan de dónde procede el sufrimiento del ser humano desde un punto de vista evolutivo.

Emiliano Bruner presenta 'La maldición del hombre mono' (Editorial Crítica) en 'Lo que tú digas'.
“Tienes un poder y se te vuelve en contra. Tienes el superpoder, pero hay que saber gestionarlo”, comienza explicando el especialista. “En este caso es nuestra capacidad de imaginación, tanto visual -las imágenes-, como verbal -las palabras”.
Bruner explica que nuestra mente elabora sus mensajes con imágenes y palabras. “Mantiene un monólogo interno y claro,esto lo proyectamos muchísimo, porque somos capaces de crear recuerdos, que es básicamente viajar en el tiempo”, continúa. “Proyectamos tanto en cantidad como en calidad, en cuestión de detalles. También al futuro. Este es el superpoder”.

Emiliano Bruner presenta 'La maldición del hombre mono' (Editorial Crítica) en 'Lo que tú digas'.
El paleoneurólogo de homínidos explica que gracias a este poder hemos podido desarrollar la complejidad tecnológica y social que nos ha hecho el primate más exitoso del mundo, con más de 8.000 millones de personas en el planeta. “Comparados con otros primates y monos, exitosísimos. Gracias a nuestra complejidad”.
Bruner, sin embargo, advierte que existe una “maldición” a este superpoder, y es que no lo controlamos. “Primero hay un problema de cantidad. El pasado y el futuro, lo llamamos así porque pensamos que viene antes o después, pero están hechos de la misma sustancia, imágenes y palabras”, explica. “Son mundos gigantes que pesan mucho, se hacen bola. De hecho, empiezan a quitar espacio al presente, y muchos de nosotros vivimos el día a día sin darnos cuenta de lo que hacemos”.

Una réplica de un cráneo de neandertal de aproximadamente 50.000 años de antigüedad de La Ferrassie, Francia, comparada con un cráneo reciente de Homo Sapiens
El biólogo señala cómo vivimos pensando en el después, en el mañana, en los recuerdos del pasado. “Es una tarea intrusiva. No decides tú, no decides cuando dedicarte a estas proyecciones, rumiaciones, este vagabundeo mental”, insiste. “Su forma de apoderarse de tu proceso cognitivo es tan agresiva que tú ya eres un esclavo de tus proyecciones de imágenes y palabras”.
Bruner señala que las investigaciones ya han demostrado algo preocupante: el tiempo que uno pasa en este estado es directamente proporcional a su infelicidad. “El pasado se vuelve angustia, ansiedad. El futuro se vuelve incertidumbre, miedo. Las hormonas del estrés suben, la fisiología del estrés empieza a hacerse notar…”, explica. El paso del tiempo termina por hacer que suframos la vida. “Hay una insatisfacción constante”.
Bruner: “La mente hace que en cada momento se pueda pensar que hay una situación mejor o peor de la que estás viviendo”
Vivir pensando constantemente en esas proyecciones que asaltan la mente de manera involuntaria hace que nuestro cerebro esté siempre actuando como esa voz que dice que “podría ser peor o podría ser mejor”, apunta Bruner, que señala que la filosofía oriental tiene todo esto mucho mejor estudiado que en Occidente.

Emiliano Bruner presenta 'La maldición del hombre mono' (Editorial Crítica) en 'Lo que tú digas'.
Para poder enfrentarse a todo esto, hay que ser consciente de varias cosas. Lo primero, darse cuenta de que existe un problema. “El peor problema que uno puede tener es no saber que tiene un problema”, sentencia Bruner, que insiste en que hay que tener muy en cuenta que este superpoder “hay que controlarlo con habilidades que no tenemos desarrolladas, como la atención”, por lo que hay que entrenar estas, ya que la evolución no nos ha dado pie a ello. “El tercer punto, fundamental, es usarlas”, afirma. “Sin la voluntad o un compromiso personal, no va a funcionar”.
Como señala Bruner: “No somos monos locos, inteligentes y tristes por casualidad; es porque ha habido un proceso de selección de 60 millones de años que ha cuidadosamente seleccionado nuestras habilidades que, como especie nos vienen muy bien. Como individuos... Nos hacen la vida bastante complicada”.