En los últimos meses, entre vídeos de recetas, consejos de bienestar y rutinas de ejercicio, ha empezado a aparecer en redes sociales una propuesta llamativa y, cuanto menos, curiosa: beber agua de mar. No se trata de una práctica nueva ni de una moda mayoritaria, pero sí de una corriente que ha ido ganando cierta visibilidad entre autodenominados ‘expertos’ que promueven hábitos alternativos para “equilibrar el cuerpo” o “reponer minerales”.
En TikTok, Instagram o algunos foros especializados se acumulan mensajes que recomiendan desde pequeños sorbos de agua de mar diluida hasta el consumo regular, siempre bajo la promesa de mejorar la salud. La idea puede sonar extravagante, incluso imposible, pero lo cierto es que cuenta con miles de seguidores que comparten sus experiencias, vídeos y recetas caseras. Como ocurre con tantas otras tendencias de salud virales, detrás de esta práctica se mezclan intuiciones populares, consejos de boca a boca y no pocas teorías conspirativas sobre lo que es “bueno” o “malo” para el organismo, y lo cierto es que muchos expertos reales advierten de la peligrosidad que puede suponer.
En el pódcast comiendoconmaria, el nefrólogo Carlos Parra explica que, aunque parezca inverosímil, beber agua de mar ha ganado adeptos en los últimos tiempos, muchos auspiciados por las redes sociales. En este sentido, Parra asegura estar realmente preocupado por esta tendencia creciente de ideas como que el agua potable está “muerta” por estar filtrada o que el agua de mar es necesaria para reponer electrolitos. No es solo que no tengan ningún tipo de base científica, sino que además pueden poner en riesgo a quienes las sigan:
“El agua de mar tiene una carga de sodio demasiado alta. Hagan la prueba, tómense una botella de agua de mar: en menos de 20 o 30 minutos van a tener una sed que no se la aguantan. Sería un suicidio”, advierte el especialista.
Si bebes agua de mar tu riñón va a trabajar más, porque le va a llegar una carga de sodio adicional que al rato va a orinar
Además, frente a la creencia de que pequeños chupitos de agua de mar diluida pueden equilibrar los electrolitos, el nefrólogo la desmonta completamente y asegura que es precisamente para eso para lo que tenemos los riñones: “Para eso tenemos riñones. Los electrolitos que necesitas vienen en la comida, el líquido que necesitas viene en la comida y tu cuerpo lo equilibra solo”, afirma.

Beber agua de mar no tiene ningún tipo de ventaja, al contrario, hace que nuestros riñones tengan que trabajar más
De hecho, Parra explica que ingerir sodio a través del agua del mar no solo no es beneficioso, sino que es contraproducente, pues obligas al cuerpo a activar mecanismos para eliminarlo, haciendo trabajar más a los riñones y provocando un esfuerzo extra innecesario: “Tu riñón va a trabajar más, porque le va a llegar una carga de sodio adicional que al rato va a orinar. Tú no te das cuenta, pero estás trabajando en contra de tu riñón si haces eso”, asegura.
Por eso, ante este torrente de información y consejos en redes sociales, muchas veces promovidos por pseudoexpertos y sin base científica, el nefrólogo hace un llamado al sentido común. Insiste en la importancia de confiar en criterios médicos contrastados y dejar de lado modas virales que, lejos de aportar beneficios, solo contribuyen a propagar desinformación y a poner en riesgo la salud de quienes se dejan llevar por ellas.