Los cortes de digestión son muy frecuentes durante la época estival. Este fenómeno, también conocido como hidrocución o shock termodiferencial, no es un problema digestivo en sí, sino una reacción del cuerpo a un cambio brusco de temperatura, especialmente al sumergirse en agua fría después de comer o hacer ejercicio.
Este peligroso cambio de temperatura provoca que los vasos sanguíneos se estrechen, lo que puede reducir el flujo de sangre al cerebro y causar pérdida de conocimiento o incluso parada cardiorrespiratoria en casos graves.
El experto en emergencias Miguel Assal así lo asegura en su última publicación, en la cual trata el tema: ”¿A ti también te decían que tienes que esperar al menos dos horas antes de meterte al agua? Pues no hace falta que lo hagas más” asegura el experto.
Según Assal, lo que sí nos puede ocurrir es el síndrome por hidrocución: “Nada tiene que ver con tu estómago, sino con el cambio brusco de temperatura, pasar de estar abrasado a 40 ºC a meterte en agua fría de forma brusca con riesgo de pérdida de conocimiento o fallo respiratorio y cardiaco” afirma.
La técnica de la abuela, una forma sencilla de adaptar nuestro cuerpo a la temperatura del agua
Para hacer que nuestro cuerpo se acostumbre al cambio de temperatura, el exsocorrista recomienda llevar a cabo la técnica de la abuela, a través de la cual se moja nuca, axilas e ingles: “Adaptas la temperatura de tu cuerpo a la del agua y no te va a pasar nada hayas o no comido”.

