Robert Waldinger, psiquiatra de Harvard: “Un 50% de nuestra felicidad es innata, pero la otra mitad depende de las condiciones en que vivimos”

Bienestar

El experto insiste en que podemos ser más felices si construimos una vida que incluya las condiciones que contribuyen a la felicidad

Robert Waldinger, psiquiatra y profesor de la Universidad de Harvard.

Robert Waldinger, psiquiatra y profesor de la Universidad de Harvard.

Big Think/Terceros

El ser humano siempre ha tratado de buscar la clave para ser feliz. Sin embargo, en este mundo en el que vivimos, en el que parece que hay que ser productivo, tenerlo todo y hacerlo todo correctamente es la prioridad; nadie lo consigue al cien por cien.

En ese caso, uno puede plantearse una cuestión determinante: ¿estamos haciendo las cosas de manera correcta? El psiquiatra de Harvard y experto en felicidad Robert Waldinger revela los conocimientos del estudio más largo del mundo sobre felicidad en la vida adulta: 85 años de datos que desafían nuestras suposiciones sobre el éxito, la salud o la satisfacción plena.

Young happy caucasian woman using smartphone to send voice message. Technology concept.

¿Qué cosas te hacen feliz?

Getty Images/iStockphoto

“El estudio pretendía esclarecer qué hacía a la gente prosperar, desarrollarse y ser feliz, algo revelador, pues la mayoría de los estudios hacen lo contrario: investigan qué va mal para poder corregirlo”, explica el experto. “La gran pregunta que hicimos fue: si pudiese elegir una cosa que hiciese que estuvieses feliz y sano en tu vida, ¿qué sería? La mayoría podría pensar que elegiríamos ser rico o convertirnos en alguien famoso, pero nuestro estudio mostró que la inmensa mayoría elegiría invertir tiempo en relaciones con otras personas”.

Waldinger explica que el estudio comenzó en 1938, y siguió a un grupo de más de 700 personas durante toda su vida, tratando de averiguar qué les hacía felices, a través de estudios sociológicos, psicológicos, exámenes biológicos, médicos y todo tipo de investigaciones en vídeo o grabaciones de voz.

Robert Waldinger, psiquiatra y profesor de la Universidad de Harvard.

Robert Waldinger, psiquiatra y profesor de la Universidad de Harvard.

Big Think/Terceros

“Les estresamos a propósito para ver cómo se recuperaban”, recuerda Waldinger. “Combinábamos medidores psíquicos y físicos, algo relativamente nuevo entonces”.

Uno de los aspectos más interesantes al respecto de estos inicios en la neurociencia combinada con la psicología fue itnentar analizar cuánto de la felicidad dependía del propio ser humano. Como explica Waldinger, los análisis realizados por la psicóloga y profesora universitaria estadounidense Sonja Lyubomirsky arrojan bastante luz al respecto.

Robert Waldinger, psiquiatra y profesor de la Universidad de Harvard.

Robert Waldinger, psiquiatra y profesor de la Universidad de Harvard.

Big Think/Terceros

“Alrededor del 50% de nuestra felicidad es una especie de punto de ajuste biológico, probablemente determinado por nuestros genes. Tiene que ver con nuestro temperamento innato, todos conocemos a ese tipo de personas que son naturalmente melancólicas y otras que son naturalmente vibrantes”, apunta.

Waldinger añade que, según la psicóloga, otro 10% de esa felicidad estaría basada en “nuestras circunstancias de vida actuales”, dejando un 40% que “estaría bajo nuestro control” total. “Podemos mover la balanza”, insiste el experto. “Podemos hacernos más propensos a ser felices construyendo una vida que incluya las condiciones que contribuyen a la felicidad.

Waldinger: “Podemos hacernos más propensos a ser felices construyendo una vida que incluya las condiciones que contribuyen a la felicidad”

En definitiva: la felicidad no suele encontrarse en grandes logros o bienes materiales, sino en la capacidad de disfrutar el momento presente, cultivar relaciones auténticas y actuar en coherencia con los propios valores. Aprender a estar bien con uno mismo, incluso en medio de la incertidumbre, es una forma poderosa de construir una felicidad duradera. 

Las personas felices no lo son porque nunca sufren, sino porque desarrollan una actitud resiliente y encuentran sentido incluso en las dificultades. Cultivar un propósito, cuidar el cuerpo y la mente, y rodearse de personas que nutran el crecimiento personal son pilares que, aunque simples, tienen un impacto profundo en la calidad de vida.

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