Javier González, nutricionista, sobre perder grasa: “Lo más importante es hacer ejercicio. Si lo haces en ayunas o después de comer es solo la guinda del pastel”
Salud
El docente de la Universidad de Bath recalca que, lo determinante no es el momento de la comida, sino el balance general entre ingesta y gasto de energía
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Javier González en consulta
La idea de que hacer ejercicio en ayunas ayuda a quemar más grasa se ha extendido en los últimos años, pero la ciencia ofrece una visión con algún que otro matiz. Según explica Javier González, profesor de nutrición y metabolismo en la Universidad de Bath, en The Guardian, “hay algo de cierto en ello”.
El experto detalla que, durante el ejercicio, el cuerpo utiliza una mezcla de carbohidratos y grasa, pero tras un ayuno nocturno aumenta ligeramente la proporción de grasa quemada.
La importancia del déficit energético
“En general quemarás un poco más de grasa y menos carbohidrato que si hubieras desayunado, especialmente si el desayuno es rico en carbohidratos”. Sin embargo, advierte que esto no significa que entrenar sin comer sea más eficaz para perder peso.
El nutricionista recuerda que el cuerpo solo puede almacenar una cantidad limitada de carbohidratos en forma de glucógeno. Por ello, lo determinante no es el momento de la comida, sino el balance general entre ingesta y gasto de energía.
“Así que, para perder grasa, tienes que estar en déficit energético: quemar más energía de la que consumes. Si no lo estás, da igual que entrenes en ayunas o después de comer: el cuerpo compensa y equilibra las cosas con el tiempo”, señala. Esta compensación metabólica explica por qué los entrenamientos en ayunas no producen, por sí solos, mayores pérdidas de grasa corporal.
Quemar grasa
Javier recalca que este tipo de entrenamiento no es inútil. Diversos estudios, incluidos algunos dirigidos por él, apuntan a que entrenar en estado de ayuno puede aportar beneficios modestos sobre la salud metabólica.
Explica que este enfoque “parece animar a los músculos a mover la glucosa fuera del torrente sanguíneo”, lo que puede mejorar el control glucémico, especialmente después de las comidas. Todo ello se avala en el trabajo publicado en Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.
Los beneficios se observan sobre todo en ejercicios de resistencia como correr o montar en bicicleta. En cambio, en entrenamientos de alta intensidad, como los intervalos de sprint, el cuerpo depende casi exclusivamente de los carbohidratos, por lo que las ventajas del ayuno se diluyen. En cualquier caso, subraya que el impacto positivo es “modesto” y no sustituye a la importancia de una rutina regular.
“Lo más importante es hacer ejercicio. Si lo haces en ayunas o después de comer es solo la guinda del pastel”, afirma Javier. Para aquellos que piensen en probarlo, recomienda comenzar con sesiones breves de 15 o 20 minutos e incrementar el tiempo poco a poco. Y siempre con una advertencia final: “Si te sientes mareado o aturdido, es la señal de que debes parar y comer algo”.