“En otros tiempos teníamos la idea de que si trabajábamos, íbamos a vivir bien. Eso ahora ya no pasa”, lamentaa Ricardo Piñero Moral, filósofo y catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad de Navarra. Trabajar ya no trae esa felicidad que tanto ansiabamos, sino que implica problemas como la desigualdad de salarios, las consideraciones sociales y los estigmas públicos.
El filósofo, último invitado en Aladetres Podcast, mantiene que ya hay pocos que piensen que el trabajo es parte de esa felicidad que “completa”, por lo que considera necesario que la sociedad “reentienda” la manera de considerar el trabajo. “Me gusta pensar que el trabajo es parte de lo que somos. No es lo que hacemos, es lo que somos; empleamos muchísimo tiempo en ello”, sentencia.
Ricardo Piñero Molas, catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad de Navarra.
Según Piñero, el hecho de emplear tantas horas al día desarrollando estas tareas que “nos han exigido tanta preparación” y “horas vitales” hace que muchos piensen que el trabajo “debe” ofrecer a cambio unos beneficios acorde a lo que consideran suficiente.
“Solíamos pensar que íbamos a hacer una tarea ‘para toda la vida’ y a día de hoy es casi imposible, porque las generaciones jóvenes van a pasarse los años ‘reformulando’ su formación y pasando por diferentes trabajos por culpa de las circunstancias variables y variantes”, explica. “Todo eso, cuando lo codificas como ‘derechos del ser humano’, ni siquiera los cumplimos. Y lo que es peor, los que gobiernan no se dejan la vida para que podamos disfrutar de eso”.
Ricardo Piñero Molas, catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad de Navarra.
El docente reitera la importancia de estar dispuesto a aprender cosas nuevas, pero sobre todo a ser generosos con los demás. “A todos nos encanta mirarnos en el espejo y decir: ‘Qué bien está todo. Como a mí me va muy bien, a los demás que les den’. Hay que implicarse y ayudar para que la vida de los demás mejore. Cualquier trabajo bien hecho importa”, insiste.
El filósofo, además, lamenta que cada vez haya más absentismo laboral. En España, la tasa de absentismo laboral en 2025 se ha mantenido cercana al 7%, creciendo tres décimas en un año y afectando a más de 1.5 millones de empleados diarios. La industria como sector con un mayor absentismo, según datos del último informe de absentismo laboral en España, correspondiente al segundo trimestre de 2025; datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) y las cifras de absentismo obtenidas.
Además, la salud mental y algias causan el 51,1% de los días de baja laboral por incapacidad temporal (IT) de los asalariados del Régimen General y el 49% en el caso de los autónomos.
Piñero: “Talento hay. Lo que no hay es oportunidad para demostrarlo”
Una problemática que atribuye al descontento de las nuevas generaciones por tener que realizar tareas y trabajos que no les apasiona solo para poder llegar a fin de mes. Piñero lamenta que cada vez más jóvenes se sientan frustrados al encontrarse las puertas cerradas.
“Hay una ‘desidentificación’ con el trabajo. Yo soy un privilegiado, pero no todo el mundo puede dedicarse a lo que le apetece. Uno puede tener muchísimo talento, pero no dedicarse a ello”, señala el experto. Como si de un espejo se tratase, el trabajo refleja no solo lo que hacemos, sino lo que somos capaces de aportar a los demás. ”‘El trabajo no es lo que haces, es lo que tú eres’. Y parte de lo que eres es hacer cosas que no te gustan, pero tienes que desempeñar”.
Ricardo Piñero Molas, catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad de Navarra.
Sin embargo, el filósofo matiza que incluso esas partes que no te gustan tienes que hacerlas “lo mejor posible” y pensando en el efecto que puedan tener. No obstante, es consciente que es “un privilegiado”, pues incluso esas tareas menos agradables son parte del trabajo que le apasiona.
Para aquellos que están hartos de hacer lo que no les gusta, Piñero admite que “lo tienen muy complicado”. Sin embargo, sí les lanza una recomendación: apostar por su formación. “La única posibilidad es formarse y educarse. Pueden hacer otras cosas”, explica. “La formación no acaba nunca. Lo que tenemos que hacer es reconducir nuestra formación y mirar otros escenarios para los que no estábamos llamados”.
