¿Alguna vez te han dicho que eres ‘egoísta’ por pensar en tu propia felicidad? “No lo eres. Es un regalo para los demás que trabajes en tu propia felicidad, lo que sería egoísta sería no trabajar en ello”.
Así de claro se muestra Arthur C. Brooks, catedrático de la Universidad de Harvard. Un tema del que es considerado uno de los mayores expertos a nivel mundial, pues imparte seminarios sobre cómo alcanzar una vida plena, combinando disfrute, satisfacción y propósito; en centros de referencia.
Arthur Brooks analiza los tres grandes elementos —lo que él llama “macronutrientes”— que necesitas para vivir una vida feliz: disfrute, satisfacción y significado.
El experto insiste en que trabajar en la felicidad propia es esencial, pero no solo para uno mismo. “Tu felicidad es un regalo para el resto del mundo”, asevera. Sin embargo, muchos se preguntan qué papel tiene la infelicidad en todo esto.
Sentimientos como la tristeza, la desdicha, la insatisfacción o el descontento; esa emoción de no poder ser feliz porque algo falta o no nos sentimos complementados. Los expertos señalan que la autoestima baja es una de las causas de sentirnos infelices. Las personas que no se valoran a sí mismas pueden experimentar sentimientos persistentes de insuficiencia y duda.
Arthur Brooks analiza los tres grandes elementos —lo que él llama “macronutrientes”— que necesitas para vivir una vida feliz: disfrute, satisfacción y significado.
“Podríamos decir que se habla de la infelicidad de manera implícita, porque es la ausencia de felicidad, igual que la oscuridad es la ausencia de luz. Pero no, hay todo un trabajo en emociones”,comienza explicando Brooks.
El experto señala todo el trabajo que las emociones hacen en el cerebro. “Es muy importante tener esto en cuenta, porque todas las emociones están siendo producidas a nivel psicológico. Su origen está en regiones específicas del cerebro”, explica.
Los menores de 30 años son los más propensos a experimentar falta de propósito, según la Universidad de Harvard
“La infelicidad no es simplemente lo opuesto a la felicidad, simplemente. No es solo la ausencia de felicidad”, continúa explicando. “La infelicidad y la felicidad dependen la una de la otra. Es más, si quieres ser una persona feliz, necesitas experimentar la infelicidad”, sentencia.
Brooks incide en que no pueden ser la una sin la otra. “Es como si comes una tarta a la que se han olvidado de poner esa pizca de sal”, explica. “Es algo divertido. Lo salado te ayuda a entender lo dulce, saborear lo dulce de otro modo”, termina.
Uno de los colegas de Brooks en la Universidad de Harvard, el doctor Joseph Fuller, coincide con sus opiniones sobre la infelicidad. Sin embargo, aporta otra idea: el mayor error en las personas es que no logran diferenciar entre sus prioridades y objetivos personales y profesionales. Esto es lo que verdaderamente les causa altos niveles de insatisfacción personal.
Fuller expresa que, muchas veces, las personas tienen demasiadas expectativas puestas en lograr sus expectativas profesionales y olvidan que la felicidad engloba otros factores. “No conocer tus prioridades y no ser honesto sobre tus metas puede llevarte a sentirte desgastado e infeliz”, apunta el experto. Por eso, insiste en que lo indicado es mantener unas expectativas realistas y ver todas las facetas de nuestra vida personal.
