Montse Morales, interiorista: “En baños pequeños, es importante dejar 60 cm al menos entre elementos; el inodoro debe situarse en una zona poco visible y lejos de la puerta para conseguir privacidad”

El baño es una de las estancias que mejor deben estar organizadas. Ya sea que solo tengamos uno o contemos con varios, el desorden es algo que va muy ligado a esta parte de nuestra casa. Y es que su distribución es algo que puede marcar la diferencia entre un lavabo poco práctico, a uno ordenado y con estilo.

Para conocer los mejores trucos, Montse Morales, interiorista y fundadora de Directora Creativa, desvela para Guyana Guardian aquellos detalles que debemos tener sí o sí en cuenta.

¿Qué aspectos clave hay que tener en cuenta al distribuir un baño desde cero?

Diseñar un baño desde cero requiere pensar más allá de lo estético. La distribución es clave para lograr un espacio funcional, cómodo y duradero. Lo primero es zonificar bien: separar el área de lavabo, ducha o bañera y sanitarios ayuda a organizar el espacio y mejora la experiencia diaria. 

En baños pequeños, cada centímetro cuenta, así que conviene apostar por muebles suspendidos y sanitarios compactos que no resten comodidad. La iluminación también juega un papel fundamental; combinar luz general con puntos específicos en zonas como el espejo o la ducha aporta funcionalidad en el uso. 

Elegir acabados resistentes al uso diario y a la condensación garantiza que el baño se mantenga en buen estado con el tiempo

Montse Morales, interiorista

Otro aspecto esencial es la circulación: hay que dejar espacio suficiente para moverse cómodamente, especialmente frente al lavabo o el inodoro. 

Y no hay que olvidar la ventilación, ya sea natural o mecánica, para evitar problemas de humedad. Elegir acabados resistentes al uso diario y a la condensación garantiza que el baño se mantenga en buen estado con el tiempo.

¿Existe una “regla de oro” para decidir dónde colocar el inodoro, lavabo y ducha o bañera?

En el diseño de baños, hay una regla básica que siempre aplico: distribuir inodoro, lavabo y ducha o bañera pensando en la  comodidad y la fluidez del uso diario. El inodoro debe colocarse en una zona que ofrezca cierta privacidad, preferiblemente alejado de la puerta y fuera del campo visual al entrar. Si el espacio lo permite, lo separo con un tabique o muro parcial. El lavabo suele ir cerca de la entrada, no solo por accesibilidad, sino porque funciona como punto central del baño y requiere buena iluminación. La ducha o bañera se ubican en la parte más recogida, idealmente cerca de una ventana para aprovechar la ventilación natural.

En baños pequeños, la ducha encaja bien en una esquina para optimizar el espacio. Siempre dejo al menos 60 cm entre cada elemento para asegurar una circulación cómoda.

Como interiorista, siempre recomiendo adaptar esta “regla de oro” a las características específicas de cada espacio y a las necesidades de quien lo va a usar. Porque considero que un baño bien pensado es un lujo cotidiano.

¿Cuáles son tus recomendaciones para baños pequeños que no quieren sacrificar comodidad?

En baños pequeños, cada decisión importa. Sustituir la bañera por una ducha con mampara transparente libera espacio y mejora la circulación. Los espejos grandes y una buena iluminación multiplican visualmente el espacio. Por otra parte, muebles suspendidos y el almacenaje vertical ayudan a mantener el orden sin recargar. En estos casos lo mejor es apostar por los colores claros y acabados luminosos, que hacen que el baño parezca más grande.

¿Qué errores de diseño suelen afectar la funcionalidad diaria del baño?

Los errores más comunes en baños afectan directamente la comodidad diaria. No dejar al menos 60 cm frente a sanitarios dificulta el movimiento. Ubicar el lavabo en rincones mal iluminados o demasiado cerca del inodoro reduce funcionalidad. Las puertas mal orientadas entorpecen la circulación; mejor optar por correderas cuando es posible. La falta de ventilación genera humedad y deterioro. Y sin buen almacenaje, el desorden se vuelve inevitable.

¿Cómo integrar diseño estético con funcionalidad en baños sin que uno perjudique al otro?

Diseñar un baño es encontrar el punto justo entre estética y funcionalidad. No se trata solo de elegir materiales bonitos, sino de entender cómo se vive el espacio cada día. Por eso, como interiorista, priorizo soluciones que resistan el uso real: porcelánicos duraderos, griferías de calidad, acabados fáciles de mantener. La distribución también cuenta: sanitarios compactos, muebles suspendidos y buena iluminación hacen que el baño fluya y se sienta ordenado. La luz, bien pensada, transforma el ambiente y mejora la experiencia. En definitiva, diseño y funcionalidad no compiten, se complementan.