“Convertimos una casa abandonada en el centro de Almería en un hogar”: Rosa y Ben reformaron una vivienda del 1900 con sus propias manos

Hogares extraordinarios

Rosa y Ben son una pareja que decidió dejar su vida de París y Londres, respectivamente, para hundirse de pleno en un nuevo proyecto: reformar una casa abandonada en el centro de Almería

Corazón, alma y energía es lo que están aportando a este proyecto vital que pretende convertir el edificio de más de 300 m2 en su nuevo hogar

Rosa

Rosa Llorca y Ben Duthio

Danielfico

Hay ocasiones en los que la vida lleva por caminos que no esperas. Rosa Llorca y Ben Duthio nunca habían pensado en lo que llegaría a transformarse el proceso de encontrar un hogar en propiedad. La pareja vivía en Londres y Francia respectivamente, y no fue hasta 2023 cuando dieron el paso de vivir en España, lugar de procedencia de Rosa. “Queríamos invertir en alguna vivienda, pero al ver pisos en Barcelona y comprobar los precios, pensamos en mirar otras opciones”, relatan en esta conversación con Guyana Guardian.

Almería fue la ciudad que acogió el deseo de establecerse y construir una nueva vida. “Para mí es una ciudad con gran potencial, buen clima y playas maravillosas; veía oportunidades de inversión, pero tampoco sabíamos si nos mudaríamos allí definitivamente”, cuenta Rosa Llorca. 

Ben Duthio

Ben Duthion

Danielfico

Y es que, además de una zona idílica, es la localidad que vio a Rosa crecer. Lo que en un principio era un proceso de buscar pisos para alquilar resultó en el enamoramiento a una casa abandonada en pleno centro histórico de Almería. “El anuncio en Idealista apenas tenía fotos, pero su precio y descripción encajaban con lo que buscábamos. Fuimos a verla y fue un sí rotundo”, cuenta la pareja.

La vivienda era una casa de nada más y nada menos que 340 m2, cerrada durante 30 años, por lo que vivir entre Barcelona y Almería no era posible: necesitaban darle todo su tiempo al proyecto. Así, iniciaron un proceso de reconstrucción en el que siguen embarcados y que comparten en sus redes sociales. “Ben se ha mudado allí; estamos haciendo la reforma con nuestras propias manos”, explican.

Casa de Rosa Llorca y Ben Duthio

Casa de Rosa Llorca y Ben Duthio

Danielfico

Y es que, cuando se tienen tantos metros, la organización es clave. La pareja ha decidido respetar al máximo la distribución de la casa para mantener esos aires “señoriales” que tanto la definen, aunque la realidad es que 340 m2 son demasiados para tan solo dos personas. “Nuestra intención es crear un apartamento para nosotros con habitaciones, cocina y baño, y el resto de las estancias crear un co-living”, cuentan. 

Almería se está convirtiendo en una ciudad que cada vez recibe a más “expats” de todo el mundo, “por lo que transformar una zona de la casa a negocio tiene sentido”, relatan Rosa y Ben. Su repercusión en redes también hizo que la pareja se planteara transformar la casa en un hotel boutique, algo que, según ellos mismos, sigue en duda.

Rosa Llorca y Ben Duthio

Rosa Llorca

Danielfico

Grandes antigüedades

Su historia

Todo hogar está lleno de recuerdos y memorias. Ben y Rosa han encontrado desde cartas hasta fotografías por todos los rincones de la casa. “Nos han ayudado a conocer la historia de la casa e, incluso, hablar con sus herederos”, explican. De hecho, guardan con gran cariño una de las imágenes donde aparece Teodora, una mujer que residía en la vivienda y que aparecía fotografiada en el balcón, donde se puede ver lo que era la Almería de antaño.

Rosa Llorca y Ben Duthio

Rosa Llorca y Ben Duthio

Danielfico

Pero, una casa como esta no es sencilla de conseguir. De hecho, según los nuevos propietarios, hacerse con ella fue lo más complicado del proceso. “Era un proceso judicial: la propiedad salió a subasta. El procedimiento empezó en 2020, aunque nosotros no nos unimos hasta abril de 2024, justo el día de mi cumpleaños. Oficialmente, la casa es nuestra desde septiembre, pero ya nos habían dado las llaves el 7 de julio, dos meses antes”, afirman. 

Rosa Llorca y Ben Duthio

Rosa Llorca y Ben Duthio

Danielfico

En propiedades tan antiguas, muchas veces los registros originales no describen las dimensiones reales de la casa, algo que ocurrió con la que Rosa y Ben compraron. “Estaba registrada desde 1929 con solo 121 metros cuadrados, cuando en realidad tiene 341. Un auténtico lío entre registro y catastro”, afirman.

La pareja ha intentado aprovechar, al máximo, los materiales y elementos originales de la vivienda. De hecho, tal y como ellos mismos explican, la planta de arriba estaba en perfectas condiciones. “Las ventanas fue lo que tuvimos que restaurar y modernizar, pero la arquitectura es espectacular”, añaden. 

Rosa Llorca y Ben Duthio

Rosa Llorca y Ben Duthio

Danielfico

La planta de abajo sí que necesitaba más cambios. “Hicieron reformas hace años y tenemos que decidir si recuperamos suelos hidráulicos o si optamos por algo más moderno. La estructura, por suerte, está muy bien: las vigas son de hierro, no de madera, así que no hay los problemas típicos de humedades o carcoma”, cuentan para Guyana Guardian.

Respetar los orígenes

Decoración

“Decorativamente, encontrar el equilibrio entre lo antiguo y lo moderno es un reto, especialmente si hacemos un coliving”, explican los propietarios. Esto se debe a que quieren mantener la identidad histórica de la propiedad, pero ofreciendo comodidades actuales. La restauración de muebles es algo esencial para conseguirlo, “conservaremos algunos, pero otros habrá que modernizarlos para que sean cómodos”, añaden.

Queremos que cada estancia tenga su propia personalidad

Staff Writer

En cuanto a la estética de la casa, buscan que cada estancia tenga su personalidad propia. “La imaginamos con mucha vida”, aseguran. Los propietarios ya tienen pensados los diseños de varias habitaciones: “Queremos crear una sala de televisión y biblioteca con estética dark academia: tonos oscuros, madera, molduras... También quiero hacer alguna habitación estilo art déco y otra tipo pop art, con colores de los años 60 y 70. Me gusta explorar distintas corrientes y quiero que cada estancia tenga una personalidad, más allá de lo que está de moda ahora”, cuenta Rosa.

Y es que, finalmente, el objetivo de este nuevo hogar es crear comunidad con todas las personas que la habitarán, ya sea en forma de co-living o con su propia familia. “La cocina será el centro y corazón de la casa”, concluye la pareja.

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