Molí de l’Estany, un lugar prodigioso para experimentar la fusión con la luz y el paisaje
Arquitectura
RCR proyectó hace dos décadas un pabellón rupturista en Llagostera; hoy, con interiorismo renovado, el proyecto de este estudio catalán ganador de un Pritzker, reafirma su lugar entre la mejor arquitectura contemporánea y se abre al público
El pabellón sobre el agua busca generar profundidad y reflejos. Vivint Estudi lo ha equipado con mobiliario de Roshults
RCR Arquitectes, el estudio formado por Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta, fundado en Olot en 1988, ha desarrollado una obra donde paisaje, luz, materiales y memoria se combinan para generar experiencias que trascienden la arquitectura convencional. Su obra, reconocida con el premio Pritzker en el 2017, se caracteriza por un diálogo constante con el entorno, donde materiales como el acero, la piedra y el vidrio se combinan con la luz y la naturaleza para generar espacios que trascienden su función. Una muestra de su trayectoria es el Pavelló de l’Estany, construido en el 2006 sobre el vaso seco del antiguo estanque que abastecía un molino del siglo XIX en Llagostera (Girona). Desde hace casi veinte años, esta construcción se alza como un brazo contemporáneo que conecta la historia del agua y del grano y ahora se muestra con unos interiores renovados bajo el nombre de Molí de l’Estany.
El acceso a la finca, entre árboles y prados, anticipa la transición de lo cotidiano a lo extraordinario. La primera construcción que se percibe es el Molí de Pedra. El exterior apenas delata la intervención contemporánea, pero al adentrarse, se descubre un interior donde la memoria y la innovación se cruzan: una gran mesa central de acero parece flotar sobre el espacio conectando cocina, sala y exterior, enmarcada en una caja también de acero inoxidable. En el exterior el canal que abastecía de agua el molino añade aún más belleza al lugar.
El pabellón, debajo, habitaciones y, al fondo, el antiguo molino
El Pavelló de l'Estany, que forma parte del complejo Molí de l'Estany, se construyo sobre el vaso seco del antiguo estanque que abastecía un molino del siglo XIX en Llagostera (Girona)
A pocos metros se revela el corazón del proyecto: el Pavelló de l’Estany. Su pieza longitudinal emerge sobre el antiguo estanque, y la piel de lamas onduladas de acero refleja la luz y el paisaje, creando un juego de destellos que difumina los límites entre interior y exterior. La planta superior, una gran caja de cristal, acoge la zona de día y se abre a la terraza a través de la barbacoa, mientras dos habitaciones versátiles y una sala adicional pueden funcionar como despacho o guardarropa. La planta inferior alberga la zona de noche, más íntima, con una piscina de granito negro y una amplia sala que conecta directamente con el molino, generando un flujo continuo entre pabellón, agua y piedra. Como explican los arquitectos, “este brazo sobre el agua busca generar un espacio de superficie ondulante, con profundidad y reflejos. La delimitación del espacio, y por tanto su condición perceptiva, se concibe como un continuo de planos horizontales y verticales en el que lo tangible y lo intangible disuelven sus límites”. La idea es crear una atmósfera bañada por la luz cambiante para tener una percepción espacial en constante transformación.
La reciente renovación de interiores, liderada por Vivint Estudi, potencia esta experiencia. El mobiliario cuidadosamente seleccionado integra confort, diseño y coherencia estética con el entorno: sofás, pufs y mesas de Antonio Citterio para Flexform, butacas de Vitra y piezas de Roshults en el exterior que permiten disfrutar del paisaje. La iluminación de Santa & Cole, Louis Poulsen y Astep acompaña la luz natural modulando la atmósfera, mientras la cocina de Bulthaup Girona combina funcionalidad y estética depurada.
Las ondas de acero inoxidable crean un límite difuso entre interior y exterior, los sofás son de Antonio Citterio para Flexform
Los interiores se han renovado, de la mano de Vivint Estudi
Cada decisión de estilismo amplifica la narrativa de RCR, un estudio para el que, más que un problema formal, la arquitectura es una experiencia espacial. “Nos interesa la arquitectura que es paisaje, más próxima a la naturaleza que a un edificio”, explicaba Rafael Aranda, para explicar su filosofía de “raíces y alas” -esto es, conocer el lugar para poder proyectar libremente- que les aupó a lo más alto de la escena arquitectónica internacional sin abandonar su Olot de origen, donde mantienen su despacho, en la antigua fundición Barberí.
En el molino, un comedor con cocina futurista de Bulthaup Girona
El Molí de l’Estany se abre al público para experimentar la unión de arquitectura y paisaje en 'shootings', celebraciones y experiencias como catas o showcookings
Contraste de acero y piedra
Hoy, casi 20 años después de levantarse, el Molí de l’Estany no es solo un conjunto para contemplar, sino un espacio vivo que ahora se abre al público que desee experimentar la arquitectura y el paisaje de primera mano en shootings, celebraciones y experiencias como catas de vinos o showcookings. La combinación de historia, materiales, luz cambiante y estilismo contemporáneo convierte cada estancia en una experiencia donde la percepción del espacio varía según la luz, el reflejo del agua y la perspectiva de cada visitante. Materiales, luces, texturas y reflejos no funcionan como acentos decorativos, sino como parte de una experiencia que invita a ser transitada con atención: caminar, detenerse, observar y, finalmente, habitarla.