Marc y Lidia abandonaron Barcelona después de 20 años para vivir en la montaña: “Nos dimos cuenta de que necesitábamos otra cosa”
Formas de vivir
La pareja creó hace 12 años Cal Calsot, una casa rural ecológica en el parque natural del Cadí-Moixeró, para alojar a huéspedes y compartir su forma de vivir
“Lo hacemos todo nosotros; desde la cocina hasta la construcción de los muebles”, cuentan Marc y Lidia

Marc y Lidia, fundadores de Cal Calsot

“Cal Calsot nos ha dado la oportunidad de empezar una nueva vida y crear un proyecto desde cero, más cerca de la naturaleza, con otro ritmo, lejos de la ciudad y del ruido”, cuentan Marc y Lidia, fundadores de la casa rural ecológica en la pequeña localidad de Montellà.
Ruido, estrés o un ritmo de vida que no descansa son algunas de las características que definen grandes ciudades como Barcelona. Y es que son muchas personas que abandonan el estilo de vida urbanita para desplazarse hacia zonas más rurales. Este es el caso de Marc y Lidia quienes, tras vivir 20 años en Barcelona, decidieron comprar la masía familiar de un amigo suyo en la Cerdanya y cumplir un sueño: crear un hospedaje ecológico que trasladara todos los valores de la zona a sus visitantes.

Según el estudio de la Universidad Tecnológica de Malasia, (Effectiveness of Green Space in Improving Mental Health: A Review), las escapadas a entornos naturales se asocian a mejoras en el bienestar psicológico de las personas, incluso, si la exposición es corta. Así, fomentar esta clase de viajes a zonas naturales puede, incluso, relacionarse con menor prevalencia a la depresión y presión arterial, tal y como indica el estudio A Systematic Review and Meta-Analysis on the Effect of Nature Exposure Dose on Adults with Mental Illness.
Cal Calsot, nació como un proyecto que, tal y como los mismos propietarios describen, “da alas a nuestra creatividad y transmite nuestra forma de vivir, respetando el entorno y la cultura local”. Porque si algo envuelve la propiedad es el silencio, uno de los compañeros que más echamos de menos en las grandes metrópolis y al que, a veces, nos cuesta acostumbrarnos.

Cal Calsot
Esencia y estilo de vida
Marc y Lidia viven en una casa al lado de la zona de huéspedes que comunica desde el interior. Además, un pequeño taller acoge el talento de Marc para la creación de muebles y el de cerámica de Lidia, creando algunas de las piezas y mobiliario del propio Cal Calsot.
Y es que otra palabra que define a la casa rural es comunidad. “Cal Calsot nos ha llevado a conocer a gente apasionada con respecto, personas que recuperan oficios ancestrales, que tejen, que elaboran quesos, mermeladas; que trabajan la madera, moldean el barro; que cuidan al ganado, trabajan la tierra y nos proporcionan alimento”, explican para Guyana Guardian. Estas personas son las que crean y forman parte de los menús y habitaciones del hospedaje. “La leche nos la traen en botellas de vidrio y todas las toallas y sábanas son de lino ecológico”, siguen.

Toda la comida la preparan con sus propias manos y la sirven diariamente a los huéspedes de las seis habitaciones. “Queremos dar vida a los pequeños negocios y reducimos la huella de carbono. El 90% de nuestros productos son de origen ecológico, manteniendo nuestro cuerpo y la naturaleza, lejos de pesticidas y tóxicos”, relatan Marc y Lidia.
Aunque, también hay posibilidad de disfrutar de un menú Cal Calsot durante una excursión visitando las faldas del Cadí. “Ofrecemos una opción de pícnic con un bocadillo gourmet con pan de masa madre, fruta de la zona y un zumo recién exprimido”, añaden.

En Cal Calsot
Sostenibilidad
Marc y Lidia empezaron con la reforma de la masía en 2010. Ya en los años 90, los masoveros que residían en la casa se fueron, volviendo así sus propietarios a ella. Lo hicieron con valores claros: que fuera lo más sostenible posible.
La vivienda es de finales del siglo XIX y está catalogada como Patrimonio Cultural Catalán. “Nunca ha sido deshabitada, pero nosotros le dimos una nueva vida; es símbolo y testimonio de la vida de campo que ha perdurado durante siglos en el Pirineo”, relatan Marc y Lidia.

“Son ellos los que canalizan y almacenan el agua de lluvia, fueron de los primeros en utilizar energías renovables instalando placas solares para calentar el agua de la casa y hacen la conversión de la granja de Cal Calsot a producción de ternera ecológica”, explican.
De esta forma, Marc y Lidia presentaron el proyecto de Cal Calsot a los propietarios, a quienes les enamoró. “Dejó de ser una casa payesa para transformarse en una casa rural sostenible y respetuosa con el medio ambiente, ¡como ha sido desde hace casi 200 años!, concluyen.
Así, Marc y Lidia enseñan cómo los valores y la sostenibilidad pueden convivir con el turismo real, dejando una verdadera huella en todos los que visitan la zona del Cadí y Cal Calsot. Con su cercanía, ayudan a los huéspedes a conocer la zona gracias a rutas de senderismo o gastronomía local.