De mayordomo a director general del hotel Arts, la historia de Renato de Oliveira

Entrevista

20 años han pasado desde que inició su carrera en Barcelona, y ha vuelto a una ciudad que considera muy “especial”

Renato de Oliveira regresa al hotel como director general

Renato de Oliveira regresa al hotel como director general

Hotel Arts Barcelona

Si hay un edificio que todos los barceloneses reconocen y admiran por mucho que pase el tiempo es el hotel Arts, una construcción del arquitecto Bruce Graham que, con 154 metros y 44 plantas, asombró al mundo en los años noventa. Un bloque que representa a la perfección el espíritu moderno y dinámico de la Barcelona olímpica. 

Diez años después de su inauguración, en 2004, la ciudad seguía siendo un hervidero de gente y de ideas. Fue el año en que se celebró el Fòrum de les Cultures, el tranvía empezó a funcionar de nuevo, Messi debutó con el Barça y se empezó a emitir la famosa serie Perdidos, y entre tanto, un joven brasileño llegó a la capital catalana para realizar sus prácticas de posgrado en Hostelería de Les Roches. Ese joven se ha convertido, 20 años más tarde, en el nuevo director general del hotel Arts. “Vine aquí, y nunca más me he ido de la compañía”, nos cuenta Renato de Oliveira.

“Mi primera posición fue la de mayordomo, y mi primera función era la de pasear a la perrita de un futbolista muy conocido”

"Cuando llegué pensaba que todo era muy grande, tenía 22 años era muy joven, no sabía si podría lograrlo. Pero eso solo fue al principio, me duró solo dos minutos. El factor humano ayuda mucho. Las damas y caballeros hacen que te sientas rápidamente bien, son como una familia”. (Para quién no lo sepa, el lema de Ritz Carlton es: “Somos damas y caballeros sirviendo a damas y caballeros”). 

De aquella época todavía quedan 74 trabajadores, algunos incluso están desde el principio, de 1994, “en este mes que llevo aquí, ya he podido entregar tres certificado de aniversario de los 31 años”, nos dice. “Ha sido muy especial volver, estuve aquí durante siete años”, y añade: “me da la sensación de volver a casa. Un día fui a la lavandería y me encontré con Maricarmen, que es la señora que me dio mi primer uniforme, pero en cada departamento siempre hay alguien que se acuerda de mí, de cuando hacía prácticas”.

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Piscina deL hotel Arts en 2003 

Xavier Cervera / Colaboradores

Nos dice, “mi primera posición fue la de mayordomo en los Penthouses, y mi primera función era la de pasear cada día, a las 10 de la mañana, la perrita de un futbolista muy conocido que vivía, en esa época, en el hotel. Yo salía con la perrita por el puerto y me volvía”. Así empezó, y añade “durante los siete años que estuve aquí, en mi trayectoria estuvo marcada por líderes fantásticos. Lo que soy yo ahora tiene mucho que ver con lo que viví aquí”. “Cualquier cosa que pasaba en Barcelona a nivel cantantes, actores… los teníamos aquí, hospedados en el hotel”.

¿Hay alguna lección que le haya servido en su carrera y que recuerde para siempre?

Cuando empecé uno de los líderes me ayudó mucho. Yo le comenté que cuando terminase las prácticas quería quedarme, y su consejo fue “no trabajes como si estuvieras de prácticas, ve un paso más adelante, toma más responsabilidades y será la clave de tu éxito”. Y realmente esta recomendación me la he llevado conmigo para toda la vida. Siempre hacer un poco más, para aprender, para capacitarte más y aprovechar las oportunidades que se te van dando a nivel profesional.

Lo que soy yo ahora tiene mucho que ver con lo que viví aquí”

¿Cuál es su principal objetivo como director?

El primer orden del día es la reforma que tenemos entre manos, es una gran reforma que se lleva a cabo con el hotel abierto y eso supone un reto. Ahora mismo tenemos la mitad de la torre ya reformada, la reforma de la otra mitad terminará en agosto y luego empezaremos con las áreas públicas. Son 18 meses intensos, sin parar. Mi principal objetivo es esta reforma, y mi responsabilidad es la de crear nuevas experiencias que estén a la altura del nuevo producto. Uno de los pilares será la gastronomía. Enoteca de Paco Pérez continúa con nosotros pero habrá nuevos conceptos que sorprenderán. Y el otro gran pilar será el wellness, un nuevo spa con piscina interiora y grandes espacios.

¿Por qué esta reforma?

El hotel abrió en 1994 oficialmente. Se han hecho algunas reformas, pero la de ahora a mi me gusta decir que es una transformación: de las habitaciones, de los espacios de las áreas públicas, del spa, del gimnasio, del jardín de la piscina… porque tiene 31 años, y para seguir siendo relevantes hay que reinventarse, y eso es lo que justo estamos haciendo ahora. Las nuevas habitaciones son espectaculares, los espacios serán muy diferentes a lo que vemos ahora, el lobby se extienda hacia el jardín, habrá mucha luz, los colores serán más mediterráneos, habrá mucha oferta.

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Perspectiva general del Port Olímpic de Barcelona, con las torres del Hotel Arts y de la Torre Mapfre al fondo en 2001.

Inma Sainz de Baranda / Propias

Antes los barceloneses venían mucho por aquí, ahora han perdido esa costumbre

Puede pero tenemos huéspedes locales que vienen a pasar el fin de semana, vienen a comer a Enoteca. Quizás es más un tema de la zona, antes había muchas discotecas, más locales, creo que han dejado de venir a la zona, pero no al Arts. Es un hotel para Barcelona y la gente de Barcelona. Ahora con la transformación volveremos a tener opciones diferentes para atraer a los locales. Y seguimos teniendo huéspedes de toda la vida, mi primer fin de semana de vuelta, mientras desayunaba, me encontré con un cliente que conocí hace 20 años.

En el 2000 en esta zona había muchos establecimientos a los que solían ir los barceloneses, luego se degradó y el ambiente cambió, pero con la reforma del Balcó Gastròmic ¿volverá la gente?

Bueno, la zona del puerto está arreglada, aún faltan negocios por abrir, la expectativa es volver a recuperar a un tipo de cliente. Me dio muy buena impresión, es un giro en positivo, con un nivel de restauración alto. Además, la parte de delante del hotel va a cambiar, se reformará, quizás tardará un poco pero volverá a ser una buena zona. De hecho creo que es la “zona”, será el lugar que llamará la atención de los locales, con menos turistas y más opciones de ocio. Uno de los objetivos es seguir siendo referencia en Barcelona, es parte de la historia de la ciudad, la gente le tiene como cariño.

Hotel Arts

Vistas desde el Hotel Arts

Cedidas

¿Qué habitación es la que más le gusta?

Yo le tengo mucho cariño a los penthouses, mi primera posición de mánager fue allí, tanto las que dan al mar como a la ciudad. Son muy bonitas. Son para un perfil de cliente alto, las tarifas oscilan desde los 1.200 euros a 10.000 euros por noche. Son habitaciones espectaculares con muebles de Jaume Tresserra, que todavía se mantienen.

¿Y la que tiene las mejores vistas?

Para mi son las habitaciones que están mirando hacia la ciudad, a Sagrada Familia, Tibidabo y Montjuïc, en una esquina del hotel, ver la puesta de sol desde allí es maravilloso. De la 9 a la 16. Pero las más cotizadas son las que tienen las vistas al mar.

Lo que marca la diferencia, la dedicación del personal para que el huésped tenga una experiencia excepcional”

¿Qué diferencia al Arts de otros hoteles de lujo?

La filosofía de servicio de las damas y caballeros que está plenamente dedicada a los huéspedes. Eso lo que marca la diferencia, la dedicación del personal para que el huésped tenga una experiencia excepcional. Además, en Barcelona las distancias no son enormes, pero tener el privilegio de estar en un sitio con vistas al mar y a la montaña, es que somos el único sitio donde se pueden tener las dos cosas.

¿Cuéntenos alguna petición rara que le hayan hecho?

En los penthouses tuve un huésped al que no le gustaba el suelo de mármol y tuvimos que poner moqueta en todo el apartamento. A veces quieren cosas que no están pero las compramos y se lo damos. Todo lo que sea legal se puede conseguir.

Nos explica que “de aquí me fui al The Ritz-Carlton Tenerife, luego al de Shanghai en China, al de Santiago en Chile, al Ritz-Carlton Millenia en Singapur y al Saint Regis en Malasia, y también a las Maldivas, todo en 14 años. Son tres continentes diferentes, y cuando hablo de mi historia,  siempre digo que Barcelona es la  que más quiero, viví aquí mi juventud y lo pasé muy bien. Me encanta la ciudad, la gente y mis mejores amigos son de esa época. Para mi es algo especial”.

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