Estamos en el ecuador de septiembre. Una fecha crítica para los gimnasios, cuando los disciplinados que se apuntaron a principios de mes están a punto de dejarlo, pero llegan los que, recién acabadas sus vacaciones, se disponen a cumplir con ilusión los nuevos propósitos del curso que probablemente no le duren más de dos semanas.
En este momento ofrecemos casi como un servicio público, un protocolo para sobrevivir en el gimnasio, un ecosistema donde el más fuerte farda de músculos ante las narices del recién llegado y le deja las pesas marcadas con su sudor de gymbro hormonado.
Una encuesta reciente reveló que una de cada cuatro personas se autoobserva demasiado en el gimnasio por miedo a meter la pata
Antes de que se desarrolle la fobia al gimnasio y sus especies, un síndrome conocido como Gymtimidation –la combinación de las palabras gym e intimidación–, desde aquí le decimos que no está solo con su miedo a hacer el ridículo. Una encuesta reciente reveló que una de cada cuatro personas se autoobserva demasiado en el gimnasio por miedo a meter la pata, a un 28% le preocupa usar las máquinas de un modo incorrecto, y a casi todos les aterra aparecer en un clip viral bajo el hashtag #Gymfail. Estos vídeos que se roban sin que lo advierta el implicado se mofan de los errores que cometen los novatos en los gimnasios y son toda una categoría en TikTok.
En nuestra guía intentaremos responder algunas de las preguntas que muchos se hacen en silencio en sus primeros días de gimnasio.
¿Está bien grabarme a mí mismo mientras entreno?
Solo en casos puntuales uno debe gravarse en el gimnasio
Es una práctica muy común entre los influencer de gimnasio, que pasan más tiempo frente a los espejos grabándose vídeos que entrenando. Encima se molestan si alguien les pasa por delante mientras se graban, algo inevitable en las horas punta de los clubs. Los entrenadores suelen odiar estos comportamientos y enumeran los casos excepcionales en los que estaría justificado grabarse uno mismo en un entrenamiento.
Por ejemplo, para revisar una postura con un entrenador online o para comparar los progresos que se van consiguiendo a lo largo del tiempo. Este tipo de vídeos se hace rápido y no requiere que se plante un trípode en medio de una sala. Pero incluso en esos casos si hay alguna persona cerca que podría salir en un plano, es una grosería decirle: ¿no te importa? Una vez que se tiene apretado el play. Tampoco hay derecho a enfadarse si alguien involuntariamente arruina un vídeo pasando por delante. Habrá que volver a empezar porque lo cierto es que el gimnasio no es un plató.
¿Están permitidos los consejos no solicitados?
Los consejos solo debe darlos el entrenador o el personal especializado
Aquí los entrenadores son muy claros: A no ser que esté en riesgo la vida de una persona o que haya un peligro inminente de lesión no hay que dar consejos a nadie que no los ha pedido. A mucha gente le cuesta mucho tomar la decisión de apuntarse en el gimnasio y es un entorno que los hace sentir vulnerables, lo último que necesitan es que alguien les corrija o les señale continuamente lo que deben mejorar. Especialmente las mujeres rechazan el mansplaining de los expertos de gimnasio que pasean sus deltoides por la sala de pesas. A los entrenadores se les prepara para intervenir en caso de riesgo de lesión de un modo sutil porque incluso sus consejos no solicitados tampoco son bien recibidos. Esto quiere decir que si para tener un tema de conversación con un desconocido en el gimnasio la estrategia es dar consejos no solicitados, el diagnóstico certero es que no va a funcionar.
¿Puedo hablar por teléfono mientras entreno?
El peligro de hablar por teléfono en el gimnasio es que se acaba olvidando dónde estamos
El móvil se debe quedar en la bolsa del gimnasio. Distraerá del objetivo principal que es entrenar. Varios estudios coinciden que conviene no distraerse y estar concentrado en las zonas que se trabajan para conseguir mejores resultados. En los gimnasios siempre hay uno o dos que van hablando por sus auriculares inalámbricos en voz alta de un sitio a otro, como si quisieran que todos escucháramos sus conversaciones, los he escuchado hablar a ellos de criptoinversiones y a ellas de los preparativos interminables de sus bodas.
El peligro de hablar por teléfono en el gimnasio es que se acaba olvidando dónde estamos, no solo molestamos a los demás, sino que saboteamos nuestro propio entrenamiento. En cambio, estaría bien visto contestar un mensaje rápido de watsap o, si se entrena con una playlist, hacer algún ajuste o cambiar la música.
¿Está bien llegar de vez en cuando tarde a clase?
Cada gimnasio tiene sus reglas, y cada entrenamiento sus peculiaridades. Llegar tarde a una clase de yoga y hacer ruido durante una sesión de meditación no está bien. Llegar tarde a una clase de fitness quizás moleste menos, aunque puede ser peligroso incorporarse al entrenamiento sin haber calentado el cuerpo. Tampoco es muy respetuoso abandonar una clase antes de tiempo. Los entrenadores lo odian. Es mejor planificar bien el tiempo y tratar de hacer la clase completa, que está diseñada de principio a fin para conseguir unos objetivos
¿Está mal acaparar todas las pesas que voy a usar en una sesión de entrenamiento?
No hay que acaparar las pesas, mejor usarlas y devolverlas para que los demás puedan utilizarlas también
La respuesta es no. Debes usar en cada momento las que necesitas y luego ir a por las siguientes. Tampoco puedes acaparar las máquinas poniendo encima una toalla para simular que está ocupada. El gimnasio es un espacio compartido y una de las mejores formas de hacer comunidad es acordando cómo compartir el equipo.
¿Puedo preguntar o hablar con alguien que está entrenando?
En general las personas están concentradas mientras entrenan y las preguntas pueden sacarlos de su momento. Otra cosa que debe tenerse en cuenta a la hora de preguntar es el ejercicio que está haciendo esa persona. Por ejemplo, si te diriges a alguien que está haciendo una sentadilla con peso y gira el cuello para atender la pregunta, ese movimiento puede desalinear la columna vertebral y provocarle una lesión. Es mejor esperar a que termine para preguntar.
¿Se puede ligar?
Aquí hay opiniones diferentes. Algunos entrenadores creen que no es el lugar y que supondría introducir unas variables que podrían sabotear el entrenamiento. Otros entrenadores apuntan que mucha gente prefiere buscar pareja en un lugar físico que en las apps de citas y eso convierte los gimnasios en un sitio propicio pues ya, de entrada, son dos personas que tienen algo en común, el interés y el cuidado de su salud. El gimnasio actuaría como una especie de filtro para encontrara alguien que también priorice su salud física y mental. Aún con esa postura más abierta se recomienda que el acercamiento sea gradual y, por supuesto que el primer no sea suficiente para dejarlo. No hay que insistir ni hacer sentir incómoda a otra persona.

