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Hermès y el dibujo, la mano que piensa

Artesanía

El trazo del lápiz como punto de partida de todo. Pierre Alexis Dumas imparte una clase magistral en el Lycée Chaptal sobre el impulso creativo que ha definido a Hermès en su casi bicentenaria historia

Patchwork en cachemire de la Collection AH25 de Hermès

© Studio des Fleurs

“Es un gesto, una alegría, una sorpresa, una aventura, una búsqueda, un lenguaje, una energía (renovable), una mirada y a la vez una visión. Es una mano, un misterio, es una señal, es una iluminación, es un primer paso, un universo, un juego, un oficio, una experiencia; es un sueño, es un caballo galopando, es una fantasía y es una invitación, es un viaje y un medio de transporte , es la vida misma, es todo aquello que amamos: es el dibujo”. Así se expresa Pierre Alexis Dumas, director artístico de la casa de lujo con mayor pedigrí que ha elegido el dibujo como tema del año. 

Fue en el Lycée Chaptal, el instituto de secundaria fundado hace 181 años donde estudiaron franceses tan dispares como André Breton, Michel Houllebecq o Nicolas Sarkozy, convertido en una efímera academia de diseño lúdica. Se trataba de poner a jugar a un grupo de invitados y amigos, siguiendo el relato de una casa que ha logrado mantenerse en manos de la misma familia desde hace seis generaciones.

'Drawn to craft' es una experiencia itinerante centrada en el dibujo como punto de conexión entre imaginación, artesanía y público

Drawn to craft es una experiencia itinerante centrada en el dibujo como punto de conexión entre imaginación, artesanía y público. Con destacados comédiennes interpretando a profesores de dibujo, graffiti o cerámica, los invitados se convirtieron en alumnos, divididos en grupos por colores y vestidos con batas escolares dentro del pantonario de Hermès. Las aulas se habían preparado para acoger diferentes retos.

Al final de las clases, una campana convocaba al alumnado al aula magna, donde Pierre Alexis Dumas entró con una tabla de surf y un bastón a fin de impartir una lección magistral sobre el dibujo, con humor, complicidad y lucidez. “Dibujar es borrar, el dibujo es el hilo mágico que atraviesa la marca Hermès, todo está basado en la mano que piensa”, afirmaba, ataviado con una chaqueta de terciopelo verde.

©Emma le Doyen

“El dibujo se entiende como el fundamento de toda creación porque dibujar equivale a dar forma a las ideas, crear es hacerlas realidad: Drawn to craft es más que un tema; es una perspectiva, una declaración”. Pierre Alexis destacó cómo el dibujo, antaño el discreto punto de partida del diseño, hoy se convierte en un símbolo de curiosidad, libertad y renovación.

La velada culminó con una cena de graduación, festiva y elegante, como homenaje a la creatividad y al gesto artístico. En el comedor colegial se enfatizó la dimensión de participación colectiva y accesible: un momento creativo sin barreras, en que el dibujo se convierte en un acto compartido, cercano y generoso. La maison posiciona la creatividad no como un recurso finito, sino como una fuerza intrínseca de la marca que debe cultivarse con el mismo cuidado y reverencia que sus artículos de cuero o sus telares de seda.

“Dibujar es borrar, el dibujo es el hilo mágico que atraviesa la marca Hermès, todo está basado en la mano que piensa”

Pierre Alexis Dumas

Diseños para distintos productos de la firma

Hermès

En el 2024, Hermès encabezó el ranking de beneficios del sector del lujo. Sin estridencias ni oportunismos, sin celebrities amigos de la casa ni desfiles-espectáculo, la firma dirigida por la familia Dumas-Hermès se ha mantenido fiel a sí misma, alejada de las tendencias y de TikTok, aunque sus fans muestren en redes sus bolsos y pañuelos como si fueran tesoros. La transparencia es uno de sus compromisos; por ello, cada trimestre informan de sus resultados económicos.

El principio de todo fue el caballo. Thierry Hermès era un artesano especializado en fabricar arneses y sillas de montar de altísima calidad. Enseguida se erigió como el proveedor de guarnicionería ecuestre sencilla a la vez que resistente, pero sobre todo exquisita, tanto por sus materiales como por su manufactura. Su logro fue reconocido en la Exposición Universal de París, en 1867. Su hijo Charles-Émile Hermès abrió la primera tienda en 1880, en el 24 de la Rue du Faubourg Saint-Honoré, y empezó a exportar. Su sucesor, Emile, fue un amante de las artes, viajero curioso y gran observador: en un viaje a Canadá le fascinaron las primeras cremalleras, y en 1922 obtuvo los derechos exclusivos para aplicarlas en las bolsas. Era un hombre enamorado de su tiempo y amplió los oficios: joyas, chaquetas de golf, relojes, zapatos...

‘Carré’ Tyger Tyger de seda ‘vintage’ de la colección 2025

Hermès

En 1937, lanza el famoso carré, el pañuelo de seda cuyo proceso de elaboración precisa una media de dos años y se concibe como un lienzo. Cada pañuelo tiene su propia historia. “Nunca estampamos nuestro nombre dos veces de la misma manera. En cada pañuelo, el diseño es obra del artista”, afirmaba Jean Louis Dumas, y así lo ha secundado su hijo, Pierre Alexis: más de cincuenta colores entran en el proceso de estampación de un pañuelo. Hermès ha colaborado con más de cien artistas de todo el mundo. Cada diseño cuenta una historia visual, muchas veces inspirada en la naturaleza —en especial, la botánica—, la mitología, la historia, la equitación y el arte.

Los dibujos plasmados en los carrés componen un jardín de ideas y pensamientos, los motivos se dispersan, se siembran una y otra vez, arraigan y se eternizan, aunque cambiando de forma. Abundan siempre los motivos orgánicos: herbarios, álbumes de canivets, bordados de sillas de montar, objetos hechos con papelillos e incluso catálogos de vendedores ambulantes conforman la iconografía del carré.

La exclusividad no es sinónimo de ampulosidad sino de ingenio, personalidad y sobre todo impulso artístico

Emile Hermès tuvo cuatro hijas, y fue el marido de una de ellas quien lo sucedería, Robert Dumas, creador del bolso Kelly. Pero el responsable de reinventar la marca para el siglo XXI fue Jean Louis Dumas, un auténtico visionario, hombre creativo y ­audaz, desprovisto de la frialdad y la prepotencia usuales entre sus pares. Parece increíble que la primera tienda en Nueva York de una marca casi bicentenaria se abriera en el año 2000, hace tan solo 25 años. Dumas expandió la casa en las principales ciudades del mundo, y en sus viajes no dimitía de la creatividad, todo lo contrario, como el célebre episodio que dio origen a uno de los iconos de la maison. En un vuelo transoceánico, su compañera de asiento era Jane Birkin, y mantuvieron una conversación amena sobre las funciones de un bolso. La cantante proyectó su idea: que sea casi como una pequeña casa donde quepan partituras, libros, pañales o lápices de labios. Resistente pero ligero. Como los arneses que ideó Thierry Hermès.

La exclusividad no es sinónimo de ampulosidad sino de ingenio, personalidad y sobre todo impulso artístico. Así lo ha defendido siempre la casa naranja: el color del asombro. Una curiosidad histórica: durante la Segunda Guerra Mundial había escasez de materiales, y no podían proveer a la maison de sus envases beige. La necesidad se hizo virtud, y el Classic Orange se adoptó para siempre, por su energía, brillo y personalidad cromática. Hermès es más que una marca, es una comunidad formada entre oficiales, artistas y empresarios que han sabido resaltar la inteligencia manual de artesano que siempre empieza con un trazo, una línea, un dibujo esbozado sobre el papel.