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La firma relojera Audemars Piguet presenta en sus instalaciones de Le Brassus una creación de Adrián Villar Rojas que medita acerca de la vulnerabilidad de nuestro planeta.

'Sin título', escultura de Adrián Villar Rojas que se encuentra emplazada ante la sede de Audemars Piguet, en Le Brassus (Suiza)

'Sin título', pieza de Adrián Villar Rojas situada ante las dependencias de Audemars Piguet, en Le Brassus (Suiza)

LV

La humanidad siempre ha sentido fascinación por el tiempo: los anhelos inalcanzables de dominarlo, frenarlo o transitar por él, así como de lograr la inmortalidad o la juventud perenne, han motivado las creaciones de innumerables autores y han poblado en algún instante las mentes de todos nosotros.

Adrián Villar Rojas
Adrián Villar RojasPanos Kokkinias

La región del valle de Joux, considerada un núcleo fundamental tanto histórico como espiritual de la relojería en Suiza, resulta un espacio idóneo para meditar acerca del transcurso temporal. Dentro de este enclave remoto, durante el siglo XVII, diversos especialistas comenzaron a trabajar conjuntamente en la creación de piezas de relojería a lo largo de los crudos inviernos, época en la que las bajas temperaturas y las nevadas detenían las labores agrícolas y obligaban al confinamiento. Asimismo, se sitúa en la base del macizo del Jura, frente a cuyas estructuras de piedra el científico Alexander von Humboldt estableció una antigua etapa geológica denominada jurásico; actualmente, el imaginario colectivo asocia este término con los dinosaurios, a pesar de que dichas criaturas habitaron el planeta millones de años antes y después de dicho intervalo.

Como símbolo de la vulnerabilidad vital, los colosales reptiles gobernaron la Tierra después de un exterminio a gran escala y terminaron sucumbiendo ante otro, del cual únicamente perduraron los antepasados de los pájaros contemporáneos, amenazados ahora por el desastre ecológico que genera la actividad del hombre. ¿Qué perdurará en las épocas venideras si no frenamos la devastación de los entornos naturales y la fauna? Si, tal como afirmó Nietzsche, únicamente quien edifica el porvenir posee la potestad de valorar lo ocurrido, hará falta que el pensamiento se transforme en hechos para impedir que el legado de incontables organismos se limite a simples restos petrificados.

El valle de Joux, donde convergen la herencia de la relojería y el rastro geológico del jurásico, constituye un espacio excelente para meditar acerca del transcurso de los años.

La firma relojera Audemars Piguet invitó al creador argentino Adrián Villar Rojas (Rosario, 1990) a desarrollar una obra icónica, con motivo de la conmemoración de su 150.º aniversario y bajo el proyecto Audemars Piguet Contemporary, que Olivier Audemars, vicepresidente de la compañía y sucesor de los fundadores, definió en el evento como “una oportunidad para la compañía de evolucionar más desde lo emocional que desde la pura racionalidad”.

Esta propuesta de carácter itinerante llega por primera ocasión a las oficinas principales de la firma de relojes en Le Brassus, ya que, por su misión de otorgar visibilidad a los creadores, acostumbra a participar en curadurías compartidas con diversos organismos –museos, centros educativos, fundaciones– donde se exhiben las piezas.

La producción de la obra se hizo en colaboración con una fundición local suiza
La producción de la obra se hizo en colaboración con una fundición local suizaLV

En lo que respecta a Sin título, una pieza que integra una colección más vasta del rosarino denominada La lengua del enemigo, la escultura ha sido situada frente a las construcciones que albergan los despachos, la planta de fabricación y el museo de la firma, con el espectacular entorno del macizo del Jura y la extensión agrícola que lo alcanza. Permanecerá en este lugar hasta mediados de marzo del 2026 y después se trasladará al museo de Arte de Aspen, en Colorado (Estados Unidos), colaborador de la empresa relojera en este proyecto especial, que durante el periodo estival presentará una exhibición de mayor escala de Villar Rojas.

Villar Rojas se posiciona dentro de las tendencias más vigorosas de la creación contemporánea mediante su producción híbrida y diversa. A través de sus montajes de gran escala y carácter intrusivo, transitorios (“las experiencias no pueden viajar”, sostiene) y diseñados para sitios específicos, integra técnicas artesanales con el modelado digital de vanguardia. Estas piezas le permiten reflexionar acerca de eras prehumanas y posthumanas, tratando asuntos vinculados al antropoceno y al medio ambiente en una síntesis de épocas pasadas, actuales y venideras. Este trabajo deriva de una indagación comenzada hace más de dos décadas, cuando, tras analizar los logros y descubrimientos de la trayectoria artística global, determinó que el espacio creativo que deseaba explorar eran los periodos previos al surgimiento de la humanidad y aquellos que vendrán tras su desaparición.

Con su trabajo ecléctico y variado, Adrián Villar Rojas se posiciona en los movimientos más dinámicos de la creación actual.

La obra que puede verse hoy en Le Brassus, fabricada en bronce con el apoyo de un taller de la región, plasma el cráneo de un triceratops en dimensiones reales y estilo hiperrealista, a excepción de una característica: uno de sus cuernos luce una copia de la Venus de Lesplugue, una pequeña escultura paleolítica de marfil de mamut que tal vez sea la figura humana más ancestral que se conoce. Villar Rojas plantea de esta forma el hipotético hallazgo, hace más de 26.000 años, por parte de un individuo de un fósil que decidió usar para tallar la pieza. 

De acuerdo con los curadores, “la obra invita al espectador a reflexionar sobre la coexistencia no como un ideal ético, sino como una realidad biológica e histórica”: representa simultáneamente un vestigio, una antigüedad y un espejismo, evidenciando la preocupación de Villar Rojas por la degradación y la debilidad de nuestro entorno, al plantearse qué huellas relevantes quedarían tras nuestra extinción.

La práctica artística de Villar Rojas combina las técnicas de diseño 3D más avanzadas con la artesanía; en este caso, la fundición de bronce
El quehacer artístico de Villar Rojas integra las técnicas de diseño 3D más vanguardistas con la ejecución manual; en esta ocasión, el modelado en bronce.LV

En estos momentos, Villar Rojas presenta su obra en el Art Sonje Center de Seúl (hasta el 1 de febrero del 2026), una institución que ha desnudado hasta sus cimientos para convertirla en un entorno de esculturas poblado por entidades no humanas que indaga en la degradación, el cambio y el legado. Asimismo, la exhibición que se situará en dos niveles del museo de Aspen del 11 de junio al 4 de octubre del 2026 remitirá a la estructura geológica de la caverna, un espacio vigoroso de resguardo, fuerza latente y creación de saberes.

Y dicha iniciativa en desarrollo arranca con este pseudofósil sorprendente y lírico respaldado por el museo americano y Audemars Piguet que, tal como sucede con las creaciones del plan artístico de la firma, se mantendrá en manos de su autor. “Como compañía, no coleccionamos arte –explica Olivier Audemars–. Tratamos de ser transformados por esta experiencia. Por ello es muy importante también ser parte del proceso creativo del artista”.

El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) acogió hasta el 12 de enero del 2025 una nueva entrega de este recorrido: la muestra Conjunto lunar para mares en ascenso (2023) de Petrit Halilaj y Álvaro Urbano, un grupo de más de 40 figuras de seres acuáticos, terrestres y voladores que teorizaba sobre futuros estados evolutivos y modos de subsistencia. Aristóteles sostuvo que el tiempo es la magnitud del cambio. De forma similar a la exhibición barcelonesa, la obra de Le Brassus y la venidera presentación en Aspen invitan a meditar sobre la transformación y el tiempo, el que se aproxima y el que aún poseemos para actuar.

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