Un desfile sin móviles, ni zapatos, ni sillas... ¿originalidad o paripé?

Fashion week

¿Cuándo exclusivo es demasiado exclusivo? En la Semana de la Moda de París, las gemelas Olsen han convertido la estética purista de The Row en una experiencia contemplativa.

Mary-Kate y Ashley Olsen han creado la primera firma de lujo norteamericana preparada para competir con Hermès, Chanel ...

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Getty Images for The Met Museum/

En la lista interminable de nuevos lujos que el marketing trata de convertir en fuente de ingresos, figuran el tiempo y el dinero. The Row, la firma creada en 2006 por Mary-Kate y Ashley Olsen, ha dado con uno nuevo: estar descalzo. Para su desfile de otoño 2025 en la Semana de la Moda de París, las hermanas reforzaron su ya conocida política de no teléfonos, no redes sociales y no testigos digitales. Pero añadieron un giro inesperado: tampoco hubo sillas para los invitados. Ni zapatos para las modelos. El resultado, una especie de momento contemplativo en el que los asistentes fueron animados a sentarse en el suelo, en posiciones que oscilaban entre lo fotogénico y lo ortopédicamente preocupante.

Si el año pasado prohibir los móviles generó una fiebre especulativa que catapultó a la firma a todos los debates sobre el nuevo elitismo, esta ocasión la estrategia ha mutado en una serie de gestos que parecen diseñados para frustrar a cualquiera. Según el editor de i-D, Thom Bettridge, el gesto de ir descalzo no es casual: “No vimos pies desnudos o pijamas, sino mujeres completamente vestidas que llevaban una variedad de medias. Y eso importa, porque quedarse en casa sin salir de la cama es desaliñado, mientras que estar en un estado perpetuo de ‘a punto de salir’ es lo adecuado para una mujer que viste The Row”. Es decir, si uno lleva las medias correctas, no necesita zapatos.

“No vimos pies desnudos o pijamas, sino mujeres completamente vestidas que llevaban una variedad de medias”

Thom BettridgeEditor de i-D,

Por lo que cuentan quienes estuvieron allí, la estética ascética y depurada que ha convertido a The Row en un símbolo de estatus entre las fans del minimalismo con alto presupuesto se manifestó en una serie de abrigos, jerséis y vestidos fluidos en colores neutros. La paleta se mantuvo en la gama de los neutros, y los detalles—bufandas atadas sobre abrigos, bolsos usados como cinturones—reforzaron esa sofisticación sin estridencias. Pero lo verdaderamente interesante es cómo las Olsen han logrado transformar un desfile en una especie de ritual donde los asistentes participan de un acto de contemplación sin distracciones. Beka Gvishiani, de @stylenotcom, describió la experiencia como “doce minutos terapéuticos”. 

El control absoluto de la narrativa es una de las claves del éxito de The Row. En septiembre de 2023, las famosas zapatillas de rizo americano por 1.280 euros se convirtieron en un meme instantáneo. Esta temporada, sin zapatos en la ecuación, las Olsen han encontrado una forma de evitar que su colección sea simplificada en un solo objeto viral. Un gesto audaz, sobre todo considerando que las últimas temporadas de The Row han estado marcadas por la aparición de zapatos de culto, como las sandalias Ginza o las bailarinas de cuero de 820 euros. Cada desfile de la marca suele coronar un zapato del momento que rápidamente se agota y genera imitaciones, pero esta vez, en lugar de alimentar el deseo con un nuevo objeto, optaron por la desaparición total del calzado. “Muy punk para una marca conocida por zapatos virales”, escribió Rachel Tashjian, crítica de moda del Washington Post, en sus historias de Instagram.

Si la firma ha abandonado momentáneamente el calzado, no sería la primera vez que pone freno a su propio fenómeno comercial. Desde enero circulan rumores de que el conocido bolso Margaux—uno de los mayores éxitos de la marca—podría estar fuera de producción. Sin confirmación oficial, la mera posibilidad de su retirada ha alimentado aún más su estatus de objeto de deseo. Lo cierto es que la marca ha alcanzado un nivel en el que puede permitirse prescindir de los códigos tradicionales de la moda. No necesita la validación de Instagram ni la aprobación de los compradores interesados en replicar su estética sin pagar su precio. The Row sigue dominando la conversación sin pronunciar palabra.

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