Fréderic Laffort desentraña los secretos de la familia Hermés en 'La Casa de los artesanos'
Entrevista
El escritor francés narra la historia jamás contada del clan más rico de Europa
Charles-Émile en el balancín de sus nietas (1903)
Cuando el escritor Fréderic Laffort propuso a Pierre Alexis en 2023 hacer un libro sobre la historia de los artesanos de Hermès el empresario francés y director artístico de la firma declinó amablemente la idea y le sugirió una contraoferta: “podemos darle acceso a los archivos de Hermès y, si le interesa, puede hablar de la maison 24 de Faubourg dado que en 2024 cumplirá su centenario”.
El misterio siempre ha rodeado a la familia Hermès, el clan más rico de Europa, que desde hace ocho generaciones mantiene en pie a la lujosa marca homónima y que gracias a su firme liderazgo se ha convertido en la última firma independiente de la industria textil. Todos sus secretos, al igual que su historia, se tejió y hoy se preserva en el número 24 de la calle Faubourg de París, un lugar que ha sobrevivido a la industrialización del transporte, las dos grandes guerras e incluso a la era del Fast Fashion. Laffort aceptó el reto y, tras dos años de rigurosa documentación y una cincuentena de entrevistas, este mes de mayo ha presentado La casa de los artesanos, (Penguin Random House) un libro singular que muestra las entrañas de una familia con una profunda vocación por lo artesano y un heroico sentido de supervivencia y preservación del pasado bajo el lema ‘para mirar hacia adelante hace falta mirar hacia atrás’.
Retrato del escritor francés Fréderic Laffort.
“La palabra hermético guarda relación con el espacio, pero incluso se encuentra etimológicamente en el mismo apellido de la familia y su historia. No pienso que hayan querido esconder nada. Por ejemplo, el atractivo de los jefes de la tercera y cuarta generación de la familia –Emile Maurice Hermès y Robert Dumas– es la creación de los cierres de cremallera, no es algo esotérico, es así”, cuenta el reportero y cineasta francés, que añade al respecto que tal vez el hermetismo vinculado a la familia no tiene tanto que ver con proteger sus secretos sino con ser discretos.
En este relato biográfico novelado, Laffort descubre al público anécdotas entrañables de la familia, como el hecho de que todos los jefes de la casa y sus hijos han jugado con el mismo balancín en forma de caballo en el que Charles-Émile se fotografió en 1903 o el hecho de que entre ellos se denominan tribu y no familia. “Incluso a día de hoy, lo que llamamos ‘la familia’, en realidad está compuesta por muchas familias. Va más allá de un padre, hijo y nietos; con los artesanos y la gente que forma parte de la casa son cientos de personas”, subraya.
En Hermès el lujo no es lo importante, sino lo que el objeto encierra y lo que transmite”
La boutique de Hermès en la rue du Faubourg Saint-Honoré, en París, Francia.
La casa del número 24 de Faubourg tiene alma propia en el libro y sirve de nexo de unión para las diferentes etapas de Hermès y los residentes que han convivido allí a lo largo de los años. “La casa ubicada en el número 24 de la calle Faubourg no es simplemente una dirección en París, sino un lugar cargado de historia personal y familiar: allí dormían los abuelos cuando eran niños. Este vínculo íntimo resulta clave para comprender el espíritu de Hermès hoy” destaca y añade: “El museo ubicado en la casa, por ejemplo, no contiene productos de la marca, sino objetos seleccionados por generaciones pasadas y presentes, sin importar su valor económico. Todos tienen el mismo valor simbólico: representan conocimiento, historia y savoir-faire. En Hermès, el objeto no es solo objeto: lleva consigo una historia, una transmisión de saberes, una dimensión casi espiritual. Lo importante no es el lujo, sino lo que el objeto encierra y lo que transmite”.
Un cartel de cuero con la inscripción “Taller de talabartería” en la talabartería de la marca francesa de lujo Hermès en París.
En este sentido, el libro funciona a modo de analogía sobre la superviviencia de la casa física y la del grupo, que se mantiene independiente a pesar de las adversidades. “Hay un elemento esencial que es el no vender y no vender su historia. Cuántos grandes costureros con casas antiguas han visto desaparecer su nombre. Creo que el pacto de no cesión de derechos de veinte en veinte años de la familia es lo que los hace ser quienes fueron, son y serán”, dice.
A pesar de la libertad que se le ha dado para conocer los entresijos de los procesos artesanales y las anécdotas más personales de la familia, la consigna era clara: un libro sobre Hermès que no hable de Hermès. Así, ni la historia del Birkin ni la de otros objetos de culto de la firma tienen cabida en las páginas de este relato. “Creo que es el único campo en el que he respetado la petición de Alexis. En otros aspectos sí que me he salido un poco más de la línea”, sentencia con una sonrisa enigmática