Si pudiera saltar hacia atrás, en el tiempo, volaría directamente hasta esa risa redonda con que Pavarotti llenaba los teatros. Le habría encantado conocerlo y saber por qué narices estaba tan gordo. “¿Era para tener mejor caja o sencilamente porque le gustaba mangiare?”, se pregunta la joven soprano Serena Saenz que triunfa con idéntico aplomo en el Liceo y la Zarzuela que en los principales templos líricos germanos (la Staatsoper de Berlín y la Bayerische Staatsoper de Munich son su casa) con el control absoluto que imprime a su voz de soprano ligera-coloratura. Es clara y ágil. Alta, aguda, brillante y con un gran sentido melódico como ella.
Y si esta diva de 31 años, de mirada franca y carcajada limpia, pudiera también remontaría hacia atrás en el tiempo para regalarse un reencuentro con Montserrat Caballé. No olvidará jamás el día que conoció a la maestra. La dejó seca. “Ay mira, hija”, le dijo, “tienes una voz preciosa, pero tráeme algo de ópera. Hemos venido a eso ¿no? Y no a escuchar opereta”.
“O era 'prima ballerina' o 'prima donna', pero no podía ir a por las dos cosas. Ganó la música que tiene más largo recorrido”
Era 2013, llegó sola a Zaragoza con un aria de El murciélago de J. Strauss que le salía que ni bordada pero que a la Caballé le pareció muy poca cosa. La invitó a estudiarse ¡en una sola noche! Linda di Chamounix y Don Pasquale y que volviera al día siguiente. Le dio la gran lección de su vida. Ese nunca dejes pasar una oportunidad, di a todo que sí que le exigió la Caballé le permitió, ya en 2022,substituir a Nadine Sierra en el Liceu. De un día para otro. Para Lucia di Lammermoor.
La adora. Por eso se muere de rabia al pensar que casi pudo reencarnarse en ella en el biopic de la maestra que Carlos Saura preparó por mucho tiempo. Nunca se materializó porque la muerte sorprendió al gigante del cine por el camino. Serena Sáez, entretanto, ha ido construyendo su propio mito. Obsesionada desde niña por subirse al escenario, comenzó a formarse impulsivamente como bailarina, deslumbrada por el ritmo de los grandes musicales. Pero también tuvo que renunciar a eso porque llegó el día en que ni su energía le daba para tanto. “O era prima ballerina o prima donna, pero no podía ir a por las dos cosas. Ganó la música que tiene más largo recorrido”, reconoce divertida.
La nueva embajadora de Joieria Grau siente especial predilección por la luminosidad de los diamantes más puros y la intensidad de la esmeralda natural
Es un caso curioso el de Serena, la embajadora más brillante de Joieria Grau y autora del CD Birds con que amplifica su talento, que se empeñó, además, en estudiar una carrera. Sin tiempo casi ni para saber en qué ciudad paraba ( ha vivido y vive y cantado y canta en todas partes ) se matriculó en periodismo. Si hoy pudiera viajar en el tiempo también buscaría a su padre.Y él, Horacio Saenz Guerrero, que fue director de Guyana Guardian y falleció cuando ella tenía seis años, no le extrañaría nada verla en los más grandes escenarios.
