‘Fast fashion’, una máquina de residuos

Análisis

La moda rápida bloquea los mercados de segunda mano y dejan a las entidades sociales sin capacidad para absorber tantos residuos

Un grupo de activistas contra la campaña en Barcelona

Un grupo de activistas contra la campaña en Barcelona

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La ultra fast fashion está causando una catarata de consecuencias ambientales. La moda que convierte las prendas en un producto efímero dispara la generación de residuos textiles. Pero, además, el predominio de un diseño pensado para usar y tirar cierra las puertas a la segunda mano...

Diversas entidades hacen acopio de prendas recogidas separadamente para darles una segunda vida. Y se han generado mercados florecientes de segunda mano envueltos en una estética de glamur y modernidad que las prestigian. Pero la globalización de la moda breve sopla en sentido contrario. El tsunami de prendas usadas ofrecidas al mercado y la mala calidad de fibras complican su reutilización y convierten en venerables reliquias los duraderos abrigos del abuelo. Y, además, la heterogeneidad de las fibras empleadas (con menos productos naturales, pero más poliéster, más sustancias tóxicas) dificultan el reciclado de tejidos, una actividad aún por desarrollar.

La hiperproducción es una autopista más rápida que el camino empedrado de la segunda mano

El resultado es una acumulación ingente de restos textiles. La hiperproducción es una autopista más rápida que el camino empedrado de la segunda mano. Las prendas usadas (recogidas en la calle o en contenedores por Cáritas, Roba Amiga u otras entidades sociales o empresas) cubren con holgura las necesidades de sectores más desfavorecidos. Y, además, alimenta un mercado de segundo mano. Pero este está en permanente riesgo de ser arrollado por una moda rápida y barata.

Algunas marcas chinas la venden en tiendas físicas o virtuales a precios irrisorios, mientras que las devoluciones generan un submercado global que agiganta las montañas de ropa barata disponible. ¿Qué estímulo tiene una joven en comprar una camiseta o un pantalón de segunda mano si puede disponer de esa misma prenda a un precio muy inferior y por estrenar?

Prestigiar la ropa vintage en mercados

Prestigiar la ropa 'vintage' en mercados

LoLoStock/Getty Images

El mercado de segunda mano (gracias a entidades sociales, empresas o apps de venta de tú a tú) han hecho un gran esfuerzo por prestigiar la indumentaria vintage. Entidades como la Fundació Formació i Treball han desplegado solo en Catalunya más de 30 tiendas Moda Re- para singularizar una actividad con vocación de empleo social. Pero la hiperproducción colmata también los mercados internacionales, saturados. 

La moda rápida también llega a Ghana. Y bloquea la exportación desde Europa a otros países de ropa para ser reutilizada o reciclada. Entre un 10% y un 20% de las prendas recogidas se vende en tiendas propias aquí, pero el grueso se exporta (entre un 40% y un 50% sirve para la segunda mano en África o en otros países de Europa, y entre un 30% o un 40% para ser reciclada en Pakistán). Y una pequeña parte va a eliminación final o valorización energética.

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El fenómeno descrito hace prever que este año se reduzcan las exportaciones, por lo que lamentablemente aumentará la ropa recogida selectivamente que se convertirá en basura. Las empresas del sector han dado la voz de alarma por esta crisis, que se produce justo cuando debía entrar en vigor el sistema de responsabilidad ampliada del productor, una obligación que impuso la directiva europea para que a partir del 1 de enero del 2025 los fabricantes asumieran los costos de la gestión de estos residuos.

Los ayuntamientos están obligados por la ley de Residuos (2022) a emprender esta recogida selectiva

Qué gran paradoja: los ayuntamientos están obligados por la ley de Residuos (2022) a emprender esta recogida selectiva, pero no cuentan con la financiación prometida, porque falta la aprobación de un real decreto ley que aclare todo este nuevo esquema de funcionamiento. Mientras tanto, el reciclado del textil es un camino tortuoso. Ropa usada de peor calidad (prendas que se desgastan y fibras que se deterioran) complican el reciclado. No existe prácticamente un mercado interno estable de materia para ser reciclada (con la excepción de recortes sobrantes). La fibra virgen es más barata que la reciclada.

Aunque están surgiendo colecciones de ropa con tejido reciclado (y la iniciativa Moda Circular, que aglutina a todos los actores, empuja en este sentido), la demanda no está siendo significativa, dice Nati Yesares, responsable de medio ambiente de Solidança. Todo el mundo coincide en que se necesitaría una normativa que obligara a los fabricantes a incorporar en las prendas nuevas un determinado porcentaje de producto reciclado. Pero esta es una carrera que gana la moda fugaz.

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