“Cada cual libraba aquella guerra por su cuenta y riesgo, sin poder contar más que consigo mismo”. Lo escribió Ryszard Kapucinsky en Un día más con vida, que recoge su estremecedora experiencia como corresponsal de guerra en Angola en 1975. Lo leyó Paula Gil hace casi 25 años y quiso que las víctimas de las guerras tuvieran a alguien más que a sí mismas. Por eso ha dedicado su vida al trabajo humanitario. Su primer destino en Médicos Sin Fronteras (MSF) fue precisamente una zona rural de Angola. Se acababa de firmar la paz, llegaba la hambruna. De Kapucinsky aprendió que sólo se puede comprender el dolor de las guerras si se narran a través de la experiencia de quienes las sufren.
La presidenta de MSF nació en Barcelona, donde migraron sus padres desde Morón de la Frontera (Sevilla). Esa huella familiar de la migración, que ve a diario en su trabajo, es el núcleo de una de sus películas preferidas, pese a que no ha conseguido acabarla. Se trata de Green Border, de Agnieszka Holland. Cuenta la historia de los refugiados de Oriente Próximo y África que intentan llegar a la UE y son utilizados por gente sin escrúpulos. Cada vez que Paula se sienta a verla, le embargan sentimientos de vergüenza, tristeza y rabia, que le obligan a parar. Advertidos quedan quienes sigan su recomendación.
Sólo se puede comprender el dolor de las guerras si se narran a través de la experiencia de quienes las sufren
Ha cogido muchísimos aviones en su vida y, aún así, no vuela tranquila del todo. De la época que vivió en Mauritania ha adoptado la costumbre de las aerolíneas mauritanas de poner un par de versículos del Corán al despegar y al aterrizar. Con eso y una canción de su amigo Guillermo Rizzotto, El agua que manda, tira millas.
La cantaora Mayte Martín despierta las raíces andaluzas de sus emociones. Su canción preferida es Le gustaban pocas cosas. En ese puñado de gustos sencillos quizá esté el rastro más personal de Paula Gil: oigan y juzguen. Siempre lleva música encima, en distintos idiomas y de cualquier lugar. Nos recomienda, entre otras, Saudade, de Césarea Évora; When love comes to town, de U2 con BB King; y En el último trago, de Chavela Vargas. Está convencida del poder terapéutico de la música. Al fin y al cabo, también es una forma de contar con otros, y no sólo con uno mismo, cuando las cosas se ponen difíciles.

Paula en la terraza de las oficinas de Médicos Sin Fronteras en Barcelona,
'Los imprescindibles'
- Un podcast: No es el fin del mundo.
- Una canción: (tengo millones porque escucho muchísima música, aunque últimamente mucho flamenco. por el poder terapéutico que estoy convencida que tiene. Le gustaban pocas cosas, de Mayte Martín.
- Una película: El extranjero loco, de Toni Gatlif.
- Una serie: It’s a sin.
- Una obra teatral : En vez de una obra de teatro recomiendo un espectáculo de danza que es también una historia teatral maravillosa: Muerta de amor, de Manuel Liñán.
El agua que manda, de Guilermo Rizzotto
2El estanque de los Lotos, de Rafael Riqueni
3Saudade, de Césarea Evóra
4Buleria Negra del Gastor, de Son de la Frontera
5Malaika, de Miriam Makeba
6When loves come to town BB, de U2 con BB King
7Oye China, de Radio Tarifa
8Alfonsina y el mar, de Mercedes Sosa
9En el último trago, de Chavela Vargas
10Aisha, de Khaled

Portada del libro 'Mujeres en el mundo'
Mujeres en el mundo, de Mary Nash
2Las negras de la Inmaculada, de Jesús Cosa
3Empresas y tribulaciones de Maqrol el Gaviero, de Álvaro Mutis
4El lunes nos querrán, de Najat el Hachmi
5El rayo que no cesa, de Miguel Hernández
6Un día más con vida, del periodista Ryszard Kapucinsky
7Historias de Gaza, de Mikel Ayestarán
8Quijote en el Congo, de Xavier Aldekoa
9Crónicas a la intemperie, de Lola Hierro
10Vislumbres de África Oriental, de Igor García Barbero

Cartel de la película 'El extranjero loco'