Iñaki Gabilondo es uno de los periodistas más reconocidos de España. El comunicador, de 82 años, fue una de las voces más emblemáticas de la Cadena Ser, donde presentó durante 19 años el programa Hoy por hoy, que actualmente dirige Àngels Barceló. Fue en septiembre de 2021 cuando el periodista quiso despedirse de los micrófonos en una entrevista muy emotiva con Aimar Bretos en Hora 25.
”Hacerse mayor es un proceso de despedida. Estaba claro que esto se acababa ya y me estaba aburriendo de mí'', aseguró. Sin embargo, este pasado martes, 2 de septiembre, el famoso locutor salió de su retiro y regresó a los estudios de la Cadena Ser para charlar con Mara Torres en El Faro.
Durante esta entrevista, Gabilondo ha reflexionado sobre conceptos como el silencio, la familia o la esperanza. ''¿Hay esperanza para este siglo XXI? ¿Tú miras el futuro con esperanza?'', preguntaba la presentadora. ''Me cuesta mucho mirar el futuro con esperanza porque por primera vez desde que nací, no observo en el horizonte ninguna luz de carácter medianamente progresista que se dibuje en el horizonte. Ninguna'', aseguraba.
''Desde que era pequeño ha habido distintas cosas, acertadas o equivocadas, que parecían constituir una especie de esperanza de otro mundo puede ser diferente, etc. Ahora parece como que la gente da por imposible que otro mundo pueda hacerse'', proseguía.

Iñaki Gabilondo se despide de la radio: “Tengo la convicción de que ya se ha acabado”
Según el periodista, ahora ''se ha detectado que las fuerzas financieras tienen una fuerza colosal, que la ley del más fuerte se ha impuesto de una forma absoluta''. ''No existe esperanza de que se pueda modificar eso de ninguna forma y la gente trata de ver cómo se acomoda lo mejor posible en ese mundo que ya no tiene esperanzas de que pueda cambiar'', afirmaba.
Para Gabilondo, existe una única luz de esperanza que sostiene un horizonte y solo la tienen aquellos que quieren regresar al pasado. ''Los únicos que miran al futuro con esperanza son los que miran al futuro esperando que el futuro constituya un regreso al pasado. Y eso no me puede gustar. Es muy difícil no ser pesimista hoy. Yo no soy pesimista de vocación, al contrario. Pero no encuentro manera de evitar el pesimismo. Todo lo que observo a mi alrededor, o no lo entiendo bien o me da miedo'', señalaba.