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Atravesar el país de la Pura Vida, el otro reto después del cáncer

Historias de superación

Cinco mujeres supervivientes de cáncer de mama se embarcan en una desafiante expedición donde el deporte es protagonista: Reto Pelayo Vida Costa Rica 2025

Mapi, Verónica, Idoia, Toñi y Eduina

Reto Pelayo Vida Costa Rica 2025

Costa Rica es un corredor natural de volcanes activos, selvas exuberantes y ríos indomables. Simboliza la vida en su estado más vibrante. Cruzarlo de costa a costa, arrancando en las arenas del Pacífico, avanzando cientos de kilómetros en MTB, abriéndose camino a pie por la selva tropical, sorteando rápidos en rafting y remontando en kayak las aguas del río Pacuare, hasta alcanzar el mar Caribe, es el otro reto para las cinco mujeres protagonistas de una hazaña que dará comienzo en pocos días. Porque el reto que ha dominado sus vidas, el que más miedos junta, ha sido superar un cáncer. En este caso, un cáncer de mama.

Estas cinco mujeres ganadoras y deportistas protagonizan el Reto Pelayo Vida Costa Rica 2025, una iniciativa que, en la que es ya su undécima edición, busca dar visibilidad a las mujeres supervivientes de cáncer e infundir esperanza a quienes luchan cada día contra la enfermedad. Poder ser altavoz y esperanza es su poderoso propósito. También difundir los beneficios de la práctica deportiva para contrarrestar los efectos secundarios del tratamiento y mejorar la vida cotidiana.

Reto Pelayo Vida Costa Rica 2025, una iniciativa que busca dar visibilidad a las mujeres supervivientes de cáncer

“La oncología ha superado aquella época en la que se prescribía reposo y ahora los médicos dan caña a sus pacientes, e incluso salen a correr con ellas. Nos hemos vuelto más deportistas porque así creemos más en lo que recomendamos y podemos predicar con el ejemplo. El deporte debería figurar siempre al final del informe médico”, afirmó César Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, durante la presentación de la nueva edición del Reto Pelayo Vida en la Casa de América, el pasado 15 de octubre.

Algunas de estas cinco mujeres practicaban deporte antes del diagnóstico, otras lo tenían olvidado, pero en los grupos de apoyo encontraron la complicidad para correr, hacer remo o montar en bici junto a personas que habían pasado por lo mismo, además de lograr el bienestar físico. Ahora, quieren demostrar al mundo que después del cáncer se pueden hacer miles de cosas, que existe aún mucha vida.

El deporte, un gran aliado

“Me dijeron que, para paliar los efectos secundarios del tratamiento, lo mejor era el deporte. Y pensé: “igual que me tomo una pastilla y me voy a dar la radioterapia, me voy a entrenar”. El primer día que empecé con la radio retomé el deporte. Buscando cómo me podía motivar más y mejor, un deporte más especializado y acorde a la operación, a los efectos y dolores que padecía, apareció el Reto Pelayo Vida. Fue descubrir a aquellas cinco mujeres que volvían de la expedición de Jordania en 2022 y me vi ahí. Me siento muy orgullosa de poder representar a muchas otras mujeres que no pueden librar esta batalla. También quiero dar a mis dos hijas una lección de vida y decirles que hay que intentarlo, que hay que poner toda la carne en el asador siempre, cada día”, compartió Verónica (47 años), teniente coronel de la Guardia Civil.

La 5 expedicionarias junto a AAdriana Bolaños, la embajadora de Costa Rica en España y Emma Ruiz, directora de marketing de Pelayo Seguros

Reto Pelayo Vida Costa Rica 2025.

Durante 15 días, desde el próximo 21 de octubre hasta el 4 de noviembre, Verónica, Idoia, Toñi, Eduina y Mapi serán las cinco protagonistas de la primera travesía “costa a costa” realizada en Costa Rica por mujeres que han superado un cáncer. Fueron las elegidas de entre 523 candidatas de nueve países. Por eso, agradecen la oportunidad de un reto que les permitirá colocar y compensar muchas cosas emocionalmente. También poner su cuerpo al límite. Y, lo más importante, superarse a sí mismas e inspirar a otras mujeres.

“Es un sueño poder participar en esto, poder sentir que nuestro cuerpo es capaz de hacer cosas que son increíbles. También nuestra mente, porque el entreno no solamente es físico, sino que es muy mental y para mí esa es una de las cosas más importantes. Si con esta experiencia podemos ayudar a otras mujeres que se encuentran en una situación por la que nosotras ya hemos pasado y dar esperanza, demostrar que se puede salir reforzada, que la vida es ahora y que los sueños son para alcanzarlos, me doy por satisfecha”, aseguró Toñi (44 años), profesional de banca de inversión.

Inspirar a seguir adelante

Parque nacional Manuel Antonio, Costa Rica

Getty Images/iStockphoto

Costa Rica aglutina un territorio donde cada kilómetro exige coraje, barro, calor tropical, pendientes imposibles y rápidos que rugen. “Es un país maravilloso que permite la práctica del deporte al aire libre, tan beneficioso, pero, sobre todo, es un país muy singular y especial porque apuesta firmemente por la educación y la salud”, destacó Adriana Bolaños, la embajadora de Costa Rica en España. Ellas ya están preparadas para desafiar cualquier límite, continuando, en esta nueva edición del Reto Pelayo Vida, una saga de retos épicos que quieren constatar que quienes sueñan y pelean por un futuro mejor no conocen fronteras, además de animar a millones de supervivientes a seguir adelante.

“El cáncer me hizo ver lo vulnerables que somos y, pese a que lo afronté con mucha fortaleza y casi obviando la enfermedad, la experiencia del Reto Pelayo Vida me ha hecho hablar por primera vez del cáncer en mayúsculas”, compartió Idoia (56 años), administrativa contable. También Eduina (39 años), la más joven de todas y consignataria marítima en la Fundación Nao Victoria de Huelva, quiso sacar la parte buena a la enfermedad. “A mí el cáncer me ha dado más de lo que me ha quitado. Quiero dar vida a esas mujeres que se van a reflejar en nosotras con mi propia experiencia”.

“A mí el cáncer me ha dado más de lo que me ha quitado”

Eduina 

Esto es algo que también compartió Mapi (45 años), médico dedicada a la investigación clínica y de nutrición en la Universidad de Alicante. “Con que mi experiencia inspire a una sola paciente de cáncer ya habré cumplido mi objetivo”.

Antes fueron otras mujeres las que ascendieron al pico más alto de África, atravesaron el Atlántico, pisaron el frío Ártico o pedalearon en el valle del Annapurna. Ahora serán ellas quienes crucen un país rebosante de vida: pedaleando, caminando, remando y sorteando rápidos desde el Pacífico hasta el Caribe en una aventura épica por la selva tropical. El otro reto de sus vidas.